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El boom de las cervezas artesanales

La cerveza es la bebida alcohólica más consumida en el mundo. En rigor, se trata de la tercera bebida de consumo...

15 de Marzo de 2017
La cerveza es la bebida alcohólica más consumida en el mundo. En rigor, se trata de la tercera bebida de consumo más extendido en el planeta, después del agua y el té. Su historia se remonta a los orígenes de la civilización, cuando los primeros grupos humanos se hicieron sedentarios en las tierras fértiles de lo que hoy en día son los países de Irak e Irán.
 
Hoy en día, la cerveza es también una de las bebidas favoritas en cuanto a comercialización y venta; su mercado es el mundo entero, y los medios de venta van desde la venta pequeña y tradicional de la cerveza artesanal, pasando por grandes cadenas de comercialización y distribución, hasta los medios más modernos como las tiendas online que ahora están tan en boga, como por ejemplo BevyBar.

Cerveza artesanalTradicionalmente, la cerveza como la conocemos empezó a ser elaborada por monjes alemanes medievales, quienes fueron los primeros en agregar lúpulo a la fermentación del mosto. Con esto, la bebida adquirió su clásico sabor amargo, además de ciertas cualidades de preservación y de textura. La elaboración de la cerveza es entonces, en su origen, artesanal.
 
Con la llegada de la Revolución Industrial, casi la totalidad de los procesos de elaboración de todo tipo de bienes para el consumo se vio sacudida desde los cimientos. La producción industrial de todo lo que pueda ser producido comienza, para satisfacer una demanda, ya no local, sino global en su extensión. Esto, por supuesto, afectó la elaboración de productos como la cerveza.
 
El siglo XIX, con las innovaciones en el campo de la refrigeración, ve nacer a la familia de las lager, cerveza de baja fermentación entre las que se cuenta a la pilsen, originada en Bohemia, República Checa. Actualmente, las pilsen o las cervezas hechas según su modo de fabricación son las más consumidas alrededor del planeta. Estos avances no habrían podido ser posibles de no ser por las bondades de la producción industrial y sus avances tecnológicos.


El regreso de la cerveza artesanal
 
Un fenómeno interesante se ha venido dando en los últimos tiempos, relacionado con cierta estética que privilegia la manufactura tradicional por encima de la producción excesivamente estandarizada e industrial, tan característica del tiempo en el que vivimos. De la mano de ciertas subculturas urbanas, se ha venido dando un movimiento que aboga por el rescate de lo vintage, de las apariencias antiguas, de cierta autenticidad en los procesos de producción de bienes y servicios propios de tiempos pre o inmediatamente post industriales.
 
En este contexto, han aparecido cualquier cantidad de pequeños productores, que promocionan toda suerte de productos. No podía ser de otra manera; el mundo de la cerveza también acusaría ese impacto: por eso, ya se habla del boom de la cerveza artesanal. 
 
Con una población joven desencantada por la alienación del mundo contemporáneo, en el que todo es producido en gran escala, por fábricas saturadas de robots y donde ya no destacan la calidez ni la humanidad, la producción de cerveza artesanal encuentra un mercado potencial tan amplio como provechoso. Era cuestión de tiempo para que se popularizara alrededor del mundo. Y Latinoamérica no podía ser la excepción.
 
 
El boom latinoamericano
 
En Latinoamérica también se producen y consumen importantes cantidades de cerveza. El tercer productor de cerveza mundial está en Sudamérica, es Brasil, y sólo es superado en el mundo por mercados y productores industriales gigantescos como China y Estados Unidos.
 
La cerveza de producción industrial más conocida del mundo es la Corona, mexicana. Esta se vende en alrededor de 150 países, siendo en más de una tercera parte de estos la líder en el segmento de las cervezas importadas. En lo que respecta al consumo, la región también tiene números importantes: 61 litros per cápita en México, seguido por poco por Colombia, Perú y Chile.
 
Latinoamérica es un gran mercado, que está siendo aprovechado por los pequeños productores de las cervezas artesanales. El comentario es que en países como México y Argentina el crecimiento experimentado por el sector en los últimos años es de hasta el 40%, lo que es bastante si tenemos en cuenta el hecho de que se trata de pequeños emprendimientos con cuotas de producción limitadas.
 
Y es que el secreto está en la innovación y en el rescate de viejas tradiciones. Frente a lo que tal vez ven como la imposición de las lager en el mercado, los pequeños productores optan por tipos de cerveza alternativos, ales o de fermentación larga; oscuras como bock o la stout; llegando inclusive a incorporar sabores novedosos como la miel y algunas variedades frutales. Poco a poco, estas propuestas novedosas se han ido abriendo paso entre un público ávido de experiencias gourmet, con necesidad de conocer nuevos sabores, respondiendo además a una estética y una visión del mundo propias del segmento de la población joven contemporáneo.
 
Acaso sea prematuro para juzgar si la aparición proliferación en nuestros mercados de cervezas artesanales es solo una moda pasajera, o constituye una tendencia perdurable y sostenible frente a las imposiciones de la producción industrial. Es difícil predecir los vaivenes del mercado, y saber cuántos de estos productores podrán adaptarse y sobrevivir a un mundo en constante cambio, donde las crisis son algo frecuente. 
 
Sin embargo, sí se puede estar seguros de que, hoy en día, están aquí a disposición de nosotros, para que las probemos y nos dejemos llevar por esos sabores novedosos envueltos en una estética que intenta rescatar la tradición. La próxima vez que visites tu licorería de confianza o realices un pedido a domicilio a través de alguna tienda online, piénsalo un momento y prueba una cerveza artesanal. Amén de apoyar a un pequeño productor, estarás ampliando tus horizontes de gusto en lo que respecta a ese elíxir favorito, la inmortal cerveza.