INTERNACIONALES: JAMES PHILLIPS

El gobierno de Trump lleva el combate contra al-Qaeda a Yemén

La Administración Trump ha escalado la extendida campaña antiterrorista estadounidense en Yemén...

10 de Marzo de 2017

La Administración Trump ha escalado la extendida campaña antiterrorista estadounidense en Yemén, Estado fallido que se ha deslizado hacia la anarquía -a la luz de una guerra en la que las partes beligerantes son múltiples. En días recientes, el Pentágono ha lanzado más de cuarenta ataques aéreos contra líderes y bases de al-Qaeda en la Península Arábiga, ponderada por los oficiales de inteligencia estadounidense como la franquicia más peligrosa entre las muchas con que cuenta al-Qaeda.

Los ataques aéreos siguieron al raíd protagonizado por comandos el 28 de enero, que fuera escenificado por los SEALs de la armada estadounidense y que pusiera fin a la vida de numerosos líderes de la organización terrorista, así como también la de algunos civiles yemeníes que se ocultaban en compañía de aquellos líderes -en el episodio, también falleció el jefe-oficial de la armada americana William 'Ryan' Owens. La campaña antiterrorista -que viene intensificándose- tiene por objetivo revertir la expansión de al-Qaeda en la Península Arábiga en el sur de Yemén, donde ha logrado florecer en años recientes debito a la eyección del gobierno yemení de la capital, Sana'a -operación ejecutada por rebeldes hutíes respaldados por las fuerzas armadas iraníes.

Trump y MattisEl debilitado gobierno, liderado por el presidente Abdu Rabbu Mansour Hadi, ha cooperado con los Estados Unidos en la campaña contra al-Qaeda en la Península Arábiga, pero ha enfocado porciones superiores de su esfuerzo militar en acciones contra los hutíes. La creciente anarquía en Yemén forzó a Estados Unidos a retirar su embajada en 2015, y al pequeño contingente de fuerzas de operaciones especiales que habían estado recopilando información de inteligencia y lanzando ataques con aviones no tripulados (UAVs) contra la franquicia local de al-Qaeda. El retiro de estos elementos permitió que al-Qaeda en la Península Arábiga ampliara sus operaciones, en un ambiente más permisivo.

En marzo de 2015, Arabia Saudita configuró una coalición militar multinacional que intervino en Yemén, a los efectos de respaldar al gobierno de Hadi versus los rebeldes hutíes, que los saudíes evalúan como proxies de su archirrival, Irán. La intervención provocó disrupciones en las operaciones de al-Qaeda en algunas ciudades que había ocupado al sur de Yemén, pero el grupo continuó su progreso y crecimiento en las áreas montañosas rurales, generalmente estableciendo alianzas con tribus árabes sunitas independientes.


El alcance de la amenaza de al-Qaeda 

Yemén, tierra ancestral de Osama bin Laden, ha sido un bastión para el apoyo del extremismo islámico en general -y al-Qaeda en particular- durante largo tiempo. Muchos ciudadanos yemeníes que migraron a Arabia Saudita en busca de empleo, en ocasión del boom petrolero de los años setenta, se vieron expuestos a la radicalización allí. Los yemeníes representan un número desproporcionado dentro del estimado de 25 mil musulmanes extranjeros que se dirigieron a Afganistán para unirse a la guerra contra la ocupación de la ex Unión Soviética de los años ochenta. Adicionalmente, los yemeníes representan un amplio segmento de al-Qaeda, que fuera fundada por veteranos de la guerra versus la URSS, con el objeto de lanzar una insurgencia revolucionaria de proyección global.

El primer ataque terrorista de al-Qaeda contra Estados Unidos tuvo lugar en Yemén en diciembre de 1992, cuando un explosivo fue detonado en un hotel utilizado por personal militar involucrado en los vuelos de ayuda humanitaria con alimentos hacia Somalia. Al-Qaeda lanzó un ataque aún más letal en octubre de 2000, al atacar el navío USS Cole en el puerto de Adén, utilizando un bote cargado con explosivos -diecisiete marineros estadounidenses perecieron a consecuencia del ataque.

Uno de los líderes de la franquicia al-Qaeda en la Península Arábiga, Anwar al-Awlaki, inspiró numerosos ataques terroristas en los Estados Unidos y en otras geografías, previo a ser asesinado por un ataque con UAVs en 2011. En su rol de carismático predicador del extremismo islamista, Awlaki sirvió como 'guía espiritual' para al menos dos de los secuestradores de aeronaves utilizadas el 9/11, previo a radicarse en Yemén en 2004. Ya en Yemén, al-Awlaki recibió la protección de los hombres más cercanos a su padre, la poderosa tribu Awlaki, la cual también contaba con el padre de bin Laden entre sus miembros.

Awlaki fue vinculado a numerosos ataques terroristas en los Estados Unidos, incluyendo el tiroteo en Fort Hood -perpetrado por el Mayor Nidal Hasan, y que se cobró la vida de trece personas. Lo propio sucedió con el ataque de Navidad del 'terrorista de ropa interior'(aunque no fue exitoso, el individuo buscaba destruir un avión de vuelo comercial sobre los cielos de Detroit), y otro tanto sucedió con el intento para detonar un coche-bomba en Times Square, Nueva York, en mayo de 2010. Tras registrarse su muerte, las enseñanzas de al-Awlaki en video siguieron inspirando ataques terroristas islamistas, incluyendo el ataque con explosivos de 2013 en el Maratón de Boston -que asesinó a tres personas e hirió a más de 260; el tiroteo con resultado fatal de julio de 2015 -fallecieron dos marines y un oficial militar de reclutamiento en Chattanooga, Tennessee-; y el ataque terrorista de 2015 en San Bernardino, California, que puso fin a la vida de catorce personas.

Las enseñanzas de al-Awlaki también inspiraron los tiroteos de junio de 2016, en donde 49 personas murieron en un club nocturno de Orlando, Florida; y el ataque con explosivos de septiembre de 2016 que hirió a 29 personas en Nueva York. Al-Qaeda en la Península Arábiga también fue pionera en lo que hace a técnicas sofisticadas en la construcción de explosivos, lo cual le permitió contrabandear bombas no detectadas en aeronaves comerciales que se dirigían a EE.UU.: el ya referido 'terrorista de la ropa interior' en 2009, y dos aeronaves de carga en 2010. En 2012, funcionarios de Estados Unidos anunciaron que al-Qaeda en la Península Arábiga había perfeccionado un dispositivo detonable que no contenía partes en metal, pudiendo ser movilizada sin hacer sonar las alarmas de detectores de metales.

Esta combinación letal entre sofisticación para la construcción de explosivos e incitación terrorista, ha convertido a la franquicia al-Qaeda en la Península Arábiga en un objetivo de alta prioridad para los funcionarios del área antiterrorista de la Administración Trump. La Administración Trump ya está incrementando los ataques aéreos y los raíds de operaciones especiales de tierra contra este grupo, a criterio de reducir sus capacidades para perpetrar nuevos ataques terroristas en el futuro.



Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2017/03/08/trump-administration-taking-the-fight-to-al-qaeda-in-yemen/

 

Sobre James Phillips

Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.