POLITICA ARGENTINA: PABLO PORTALUPPI

La Argentina y el periodismo en la Era Macri: ¿quién nos informa?

Un 'logro' insoslayable del kirchnerismo consiste en el haber introducido, en la cultura argentina...

12 de Enero de 2017
Un 'logro' insoslayable del kirchnerismo consiste en el haber introducido, en la cultura argentina, un concepto hasta hace poco desconocido por todos: el de periodismo militante. El diario más importante que se erigiera como vocero insustituíble del ex oficialismo ha sido -y aún lo es- 'Página 12'. Pero no fue el único. En tal andarivel, también cabe cifrar al matutino 'Tiempo Argentino' (más allá de su crisis existencial) y a la cadena de noticias C5N.
 
Los profesionales que se desempeñan en tales espacios jamás dudaron en autoproclamarse defensores del modelo K. Los motivos podían ir desde la convicción hasta la mera conveniencia. En la vereda de enfrente, se situaban Diario Clarín y La Nación, rebautizados por los kirchneristas como 'diarios opositores' o dignatarios del 'poder concentrado'. A la luz del cambio de gobierno, se descubre que las cosas no eran tan lineales como se presentaban.
 
Tiempo, ClarínDurante el primer año de gobierno de Mauricio Macri, Página 12 descubrió que en el país existen altos niveles de inflación y una aguda carencia de seguridad ciudadana. La mención de tales problemáticas se hallaba taxativa y tácitamente prohibida, por ejemplo, en la retórica periodística del medio creado por Jorge Lanata hace ya más de treinta años. En paralelo, Clarín retornó a los contenidos edulcorados de la temporada de Néstor Kirchner, de la mano de un combo de hibridez, obsecuencia y crítica tímida -tan característica de la empresa creada por Roberto Noble. A su vez, La Nación no oculta su marcada simpatía por la Administración Cambiemos. No obstante, el matutino de los Mitre se mantiene en la línea de la defensa de postulados liberales y mantiene cierto grado de coherencia -amén de algunas posiciones que, en opinión de algunos, merodean el planteo reaccionario
 
Párrafo aparte merecen los recurrentes titulares de Clarín que ilustran sobrados detalles sobre la corrupción K -el tratamiento que se hace de estos temas podría, eventualmente, comportar un efecto boomerang. El periódico de Noble centra sus esfuerzos en subrayar el evidente retardo en el accionar de la administración de justicia, saturando datos que refieren a los obscenos negociados de Lázaro Báez, Cristóbal López, Julio De Vido, Ricardo Jaime, y etcéteras. En oportunidad de decidir la Cámara decidió la reapertura de la denuncia del desaparecido fiscal Alberto Nisman versus Cristina Fernández, la cadena TN le dedicó prácticamente las 24 horas a la novedad. Y parece claro que la sobrevaloración de ese titular no se constituye en un error, ni en una coincidencia: Diario Clarín -el matutino más leído del país- y el kirchnerismo dilucidan sus diferendos como si se tratase de una guerra privada.
 
Toda vez que la comparación no sea tan rigurosa, podría tomarse el análisis del ejemplo estadounidense. Los principales diarios, The New York Times y The Washington Post, y las cadenas más grandes, “Fox”, “CNN”, “CBS”, tienen por costumbre fijar posiciones -al menos al detectarse la cercanía de un comicio presidencial o legislativo (Midterm). Tales medios manifiestan explícitamente a qué candidato respaldan, si acaso lo harán por el Republicano o por el Demócrata. Difícilmente ese grado de transparencia podría servir como argumento para la defensa, por ejemplo, de Página 12. Los columnistas de este periódico se aferraron a la costumbre de tomar un hecho noticioso y forzar su interpretación para acomodarlo a la realidad política de su conveniencia, llegando a límites intolerables. Lección sencilla que la prensa en la República Argentina aún parece no querer asimilar: el periodismo jamás puede permitirse el lujo de extraviar su espíritu crítico de cara al poder. Página 12 lo ha perdido hace ya años. ¿Podría comenzar a estimarse lo propio sobre Diario Clarín?
 
En el espacio de los Noble, las cosas no son diferentes. El incisivo rigor periodístico que supo mostrar durante los años de Cristina ha mutado hoy en una hibridez exasperante. Sus columnistas de primera línea intentan guardar las formas por vía de críticas sutiles -y, por momentos, en extremo light- pero tales sutilezas no pueden huír del análisis del ojo avezado: la postura de Clarín frente al macrismo tiene, podría decirse, un 'sabor a poco'.
 
Recientemente, el sociólogo Marcos Novaro, asiduamente convocado a opinar sobre la realidad política en programas de TN y Radio Mitre, confesó ser un asesor rentado del Grupo Clarín. ¿Qué grado de independencia podría esperarse de sus editoriales y comentarios? En tanto es saludable la decisión de Novaro de blanquear su actividad marginal, quizás debió hacerlo mucho antes: hace ya años viene compartiendo sus opiniones sobre la arena política nacional. 
 
Así las cosas, la Administración encuentra, en la mayoría de los principales periodistas y analistas del conglomerado dirigido por Magnetto, a sus intérpretes predilectos de la realidad. Otro tanto podría apuntarse sobre destacados columnistas de La Nación.
 
En el caso de los medios electrónicos, resulta crítico el layout o disposición de los titulares de cada jornada. Esa disposición revela el criterio editorial para asignar importancia a tal o cual tema. Allí reside, en gran parte, el poder de los medios de comunicación en la Argentina.
 
Sin embargo -y de igual manera-, allí también puede rastrearse la explicación para el lóbrego presente del periodismo argentino.

 
Sobre Pablo Portaluppi

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Periodismo. Columnista político en El Ojo Digital, reside en la ciudad de Mar del Plata (Provincia de Buenos Aires, Argentina). Su correo electrónico: pabloportaluppi01@gmail.com. Todos los artículos del autor, agrupados en éste link.