ESTADOS UNIDOS: PHILIP GIRALDI

Cómo un ex oficial de Inteligencia interpreta el dossier sobre Trump

Hace pocos días, BuzzFeed publicó un dossier de 35 páginas...

11 de Enero de 2017

Hace pocos días, BuzzFeed publicó un dossier de 35 páginas que incluyó alegatos al respecto de que operativos rusos trabajaron a los efectos de identificar y desarrollar información personal comprometedora -incluso financiera- sobre Donald Trump. Según se dijo, tal es el documento completo sobre el cual dos páginas en formato de sinopsis le fueron proporcionadas a Trump y al presidente Barack Obama, como apéndice relativo a un informe sobre la interferencia rusa en la elección presidencial.

He leído el documento publicado que, en rigor, es una recolección de breves informes que contienen una redundancia considerable. Según se ha informado, se trata de memos dirigidos al cliente de una firma privada de seguridad (cuyo nombre no se conoce) establecida en Londres, regenteada por un ex oficial del MI-6 británico quien en su momento sirviera en Rusia, y que ha sido considerado como una fuente creíble por la inteligencia estadounidense y por sus fuerzas de seguridad. La investigación fue comisionada por un grupo de republicanos anti-Trump y fue, acto seguido, respaldada por demócratas anti-Trump.

Donald TrumpGran parte del informe ha permanecido en manos del gobierno estadounidense desde el pasado verano septentrional. La información, en apariencia, está siendo cotejad por el FBI pero, según se comentara, no ha sido sencillo confirmar ciertos detalles específicos, cifrados en el documento.

La documentación es, de algún modo, extraña en su presentación, conforme no incluye encabezados ni otro tipo de información que identifique a su autor. Tal información, evidentemente, ha sido borrada, posiblemente adrede, por parte de aquellos que lo prepararon en un boceto para que permaneciera anónimo. El matutino The Wall Street Journal ha identificado al ex oficial de Inteligencia del MI-6 como Christopher Steele, de la firma de seguridad británica Orbis.

He trabajado para firmas privadas dedicadas a investigaciones en el orden internacional, y lo primero que he notado en este caso es que el lenguaje empleado pareciera ser el correcto. Los informes individuales son exactamente lo que se esperaría en términos de tono y contenido sobre actualizaciones enviadas a un cliente, a criterio de informarle sobre lo que sucede en una investigación dada.

El siguiente detalle que observé es que las fuentes se encuentran protegidas y descriptas por letras del alfabeto, pero tales fuentes son referidas acorde a su función, para revelar el acceso que tenían a información privilegiada. Esto también es lo que se esperaría de parte de un oficial de inteligencia, o de un buen investigador. No obstante, también noté que mucho de la información más significativa proviene de una sóla fuente: la 'Fuente E'. La credibilidad -o la carencia de tal- de esta fuente ha de ser evaluada como un asunto de importancia. Estando la información disponible para el público, resulta imposible determinar si la persona citada en realidad puede certificar lo que afirma.

Habiendo realizado tareas de inteligencia -a los efectos de cumplir con investigaciones para clientes privados-, debería yo apuntar que los inciadores del presente trabajo no estaban rastreando información que liberara a Trump de culpa y cargo. Esto significa que la investigación sólo buscaba aspectos negativos; lo cual, a su vez, implica que la firma de investigaciones y las fuentes que adquiriera no estaban interesadas en averiguar qué tan buena persona era Trump. Ninguna firma privada de investigaciones con una reputación apreciable saldría a mentirle a un cliente (aún cuando existen numerosas firmas con mala reputación que sí lo harían), pero cualquiera que se propusiera continuar en el negocio recopilaría toda la información posible y presentarla de la manera más negativa en que pudiese hacerse, porque tales eran los deseos del cliente. Esta conclusión también sería certera para las fuentes locales empleadas para elaborar el informe, la totalidad de las cuales desearían mantenerse en el negocio tanto tiempo como fuera posible. Con esto, me propongo implicar que podrían fabricar información o informes si estimaran que ello podría hacerse sin resultar perjudicados.

Lo que digo es que se percibe allí cierta tendencia a informar sobre especulaciones y rumores como si fuesen hechos concretos o, al menos, lograr un efecto similar, siendo que la totalidad del producto está siendo presentado con la meta de volverlo creíble. Esto es precisamente lo que sentí al leer las 35 páginas del trabajo. Se observan detalles considerables, y algunos nombres propios son incluso citados, incluyendo aquellos que se conocen como dos allegados cercanos a Trump y uno de Putin. La inclusión de nombres propios aporta credibilidad aunque, en éste caso, parece ser que el FBI no cuenta con la capacidad de confirmar fechas y sitios relativos a traslados y reuniones, así es que quienes elaboraron el boceto preliminar bien pudieron hacerse de algunos datos que en realidad eran incorrectos, o bien asumieron que las discrepancias no serían notadas por el cliente final.

Y, en lo que respecta a la conexión entre Trump y su equipo con los rusos, uno podría asegurar que el FSB -sucesor de la KGB- sabría quién viaja a Moscú y quién se moviliza por aquella ciudad. Los servicios rusos pondrían la mira sobre prominentes ciudadanos estadounidenses y europeos como fuentes potenciales de información, e incluso como posibles elementos a los cuales influenciar en determinadas operaciones; de tal forma que la presunción de que Trump era monitoreado es ciertamente creíble. Pero eso no significa que Trump mordió el anzuelo para concretar 'tratos' con los rusos, como el mismo informe lo refiere, y no significa que él sea un agente. Yo incluso apuntaría de pasada que las agencias de inteligencia de los Estados Unidos, de igual manera, monitorean a ciudadanos extranjeros que transitan por el territorio americano, o que reciben educación en éste país. La CIA cuenta con una divisón completa dedicada a la detección, la evaluación y el reclutamiento de ciudadanos extranjeros que visitan los EE.UU. por negocios o por estudios, así es que tal imperativo operacional de parte de agencias de inteligencia no resulta exclusivo de Rusia.

Mi sospecha sobre el informe remite a que éste es un collage de alguna clase -y que incluso revista algo de ficción. Es bastante similar a los tipos de desinformación enfocada en medios de comunicación producida tanto por la CIA como por la KGB en Europa en las décadas de 1970 y 1980, en donde muy poco de información fáctica se utilizaba para proporcionar credibilidad a mucha de la especulación y falsos relatos con los que se buscaba sembrar duda y confusión. En este caso, el intento primario podría perfectamente haber coincidido con desacreditar personalmente a Trump; el hecho de que se haya dado a conocer al público en esta instancia busca, probablemente, deslegitimar su presidencia, o bien reducir sus opciones a la hora de recalibrar las relaciones con Rusia.

Espero, en cualquier caso, que gran parte del relato de referencia se desenvuelva, conforme el FBI continúa ampliando la investigación respectiva. Conforme era predecible, Trump ha denunciado que toda la cuestión tiene que ver con las 'falsas noticias' o 'fake news'. Y bien podría estar en lo cierto.



Artículo original en inglés, en http://www.theamericanconservative.com/articles/how-a-former-cia-officer-reads-the-trump-dossier/
 

Sobre Philip Giraldi

Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.