INTERNACIONALES: MARIA CELSA RODRIGUEZ

El régimen y la MUD, promotores de la agonía de Venezuela

Parece que Nicolás Maduro -titular de un gobierno abiertamente volcado a la tiranía-...

20 de Noviembre de 2016
Parece que Nicolás Maduro -titular de un gobierno abiertamente volcado a la tiranía- se ha arrogado la titularidad sobre Venezuela. El presidente se ha convertido en virtual dueño del país, de su presente y de su futuro. Desde luego que ya no le importa la voluntad popular; simplemente le interesa conservar cuotas de poder. Venezuela es hoy, desde lo técnico, una dictadura en donde solo la palabra de Maduro tiene valor. Solo él concentra la toma de decisiones.
 
Cabe aclararlo: en la Venezuela actual, se registran dos grupos -abiertamente enfrentados-: uno que busca la negociación para encontrar una salida a la crisis, detener la crispación y la violencia del chavismo y cosechar apoyo internacional. Otro núcleo que busca el fracaso de las negociaciones, que no busca sinceramente el diálogo, que se ubica en el seno de la dirigencia chavista, y que se muestra temeroso de que cambie el gobierno. La razón: estos personajes se vinculan íntimamente con el tráfico de drogas, la corrupción y la violación de los derechos humanos de la ciudadanía en su conjunto. El futuro de este espectro es incierto: pendula entre la prisión o la petición de asilo ante aquellas naciones en donde el socialismo del siglo XXI aún conserva influencias.
 
Bergoglio, MaduroMaduro, por caso, ha solicitado la ayuda del Papa Francisco. El Sumo Pontífice le tendió la mano, obsequiándole su bendición. De esta manera, Monseñor Claudio Maria Celli fue el encargado de diseñar la agenda de lo prioritario, y pidió a la oposición suspender el petitorio de juicio político contra Maduro -así como también que las marchas hacia Miraflores no tuvieran lugar. A cambiol el gobierno liberó a seis presos políticos, pero mantuvo a Leopoldo López en su celda. Asimismo, la Iglesia es consciente de que, ante la situación económica y social en extrema crisis, la violencia e impunidad en sus calles, los colectivos paramilitares en choque constantes, la violencia se tornaría ingobernable y una guerra civil se instalaría en territorio venezolano.
 
En tal sentido, es factible citar que la supuesta oposición ha colaborado para legitimar al régimen, cabalgando sobre su propio personalismo y buscando hilvanar poder para acopiar cargos públicos -alejándose, en definitiva, de los intereses de Venezuela y configurando capítulos de una novela diaria donde la insistencia de un revocatorio fue perdiendo sustento. Se ha terminado por fortalecer a Maduro, alentándolo para que se mantenga en el poder hasta las elecciones de 2018
 
En diciembre pasado -instancia en que la oposición ganó en los comicios-, sus referentes declararon que se desharían del presidente en un semestre. Sin embargo, sucedió lo opuesto. Henrique Capriles, Julio Borges, y Ramos Allup hoy se han colgado de la ayuda papal para seguir en el juego, donde basta leer la redacción del acuerdo para darse cuenta que fue diseñada por el régimen. Comportándose ya como un fantasma, la pretendida oposición ha admitido la existencia de una 'guerra económica'. Al decir de María Corina Machado, los miembros de la MUD optaron por unirse al régimen porque, 'gracias al diálogo, la alianza opositora entregó la mayoría de la Asamblea Nacional y el referéndum revocatorio'
 
En simultáneo, Nicolás Maduro no deja de certificar que la revolución tiene un carácter 'irreversible'.
 
Entretanto, fuentes desde la propia Venezuela apuntan que Francisco sugiere, de manera subterránea, que no hay necesidad de reemplazar el centralismo presidencial imperial por el sistema político federalista parlamentario, sino luchar por la coronación de presidentes imperiales que sean buenos católicos. A tal efecto, Maduro parece acercarse a ese perfil. Así podría explicarse por qué la Iglesia Católica no coincide con el llamado a elecciones; apenas se conforma con que el régimen permita el ingreso de ayuda humanitaria, en la forma de alimentos y medicinas.
 
Francisco se conmueve con la lucha 'a favor de los pobres y desposeídos', atacando con firmeza al capitalismo -en el proceso, pone a éste como el enemigo definitivo del ser humano. Tanto Chávez como Maduro, Tibisay Lucena Ramírez, Vladimir Padrino López y tantos otros (lo propio sucede con los hermanos Santos en la vecina Colombia o Evo Morales en Bolivia) fueron adoctrinados por los Castro para sembrar las semillas del Socialismo del Siglo XXI en sus países. El objetivo no era otro que minar la región de pobreza, corruptela, ignorancia y retraso. A todas luces, Jorge Bergoglio se muestra negado a asimilar esta realidad; niega sus propios yerros, y todo queda en la instantánea con su sonrisa en compañía de gobernantes señalados como corruptos declarados e inocultables multiplicadores de pobres.
 
Ahora, el futuro parece centrarse en María Gabriela Chávez, encomendada a la ex presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner -quien carga con varias causas judiciales por corrupción-, y se la ha remitido a Naciones Unidas como segunda de Rafael Darío Ramírez Carreño, para que sume renglones a su resumé.

Sin lugar a dudas, los causantes primigenios de la agonía de Venezuela son el régimen actual y la Mesa de Unidad Democrática. Cada cual atiende su juego entre bambalinas: los falsos demócratas buscan el propio beneficio, mientras el pobre venezolano ha de conformarse con la congoja y la lucha diaria por la supervivencia.

 
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