INTERNACIONALES: CHARLOTTE FLORANCE

La aflicción de Túnez y la amenaza del Estado Islámico

El Estado Islámico, al ganar territorio para operaciones en Africa del Norte...

10 de Febrero de 2016

AMAN, Jordania— El Estado Islámico, al ganar territorio para operaciones en Africa del Norte, ha dejado claras sus intenciones de desestabilizar a la naciente democracia en Túnez.

El solo hecho de mantener la esperanza de que esta nación bañada por las aguas del Mediterráneo continúe mostrándose como un relato exitoso para la democracia en la región, no es suficiente para garantizar que el país tenga éxito en el actual período, post-revolucionario.

Habiendo detectado un sentimiento creciente de descontento en lo que hace a reformas políticas, el Estado Islámico (conocido también como ISIS) ha dado a conocer una serie of videos, arengando a los tunecinos a provocar disrupción y atacar a su propio gobierno, y garantizar que el experimento democrático fracase.

Fuerzas especiales, TúnezSi el gobierno de Túnez no lleva a cabo drásticos cambios económicos, los tunecinos que merodean las calles para expresar sus preocupaciones sobre la falta de oportunidades y de dignidad, fácilmente podrían convertirse para terreno fértil de reclutamiento para ISIS. Hasta el momento, ya más de 6 seis mil ciudadanos tunecinos se han marchado a combatir en Siria e Irak, y el país se encuentra a la cabeza en lo que a cifra de aporte de combatientes extranjeros en Libia se refiere.

Ya es una contundente revelación el hecho de que individuos como Hosni Kaliya -sobreviviente de una autoinmolación- se pregunten si acaso Túnez estaba mejor bajo la dictadura de Zine al-Abidine Ben Ali.

Kaliya ayudó a motorizar los inicios de la Primavera Arabe, al igual que Mohamed Bouazizi, el vendedor de frutas que falleció previamente -también luego de prenderse fuego en medio de una manifestación.

En una entrevista con el matutino alemán Der Spiegel, Kaliya declaró: 'Todo fue un error... No sabía lo que sucedería. Ya no creo en la revolución'. Manifestaciones recientes a lo largo de Túnez han contribuído a iluminar la fragilidad de la transición democrática de esta pequeña nación norafricana -fragilidad que ISIS ya se encuentra listo para explotar en propio provecho.

Esta fragilidad existe, a pesar de lo que muchos han calificado como una remarcable transición política, dado el disímil récord de la Primavera Arabe en países como Libia, Siria y Yemén. Túnez llevó a cabo elecciones exitosas hacia el cierre de 2014, y el país fue honrado en 2015 con el Premio Nobel de la Paz, por buscar comprometerse en un sendero para un futuro de paz.

Amén de la incansable tarea de la sociedad civil en Túnez, la problemática de las oportunidades económicas -motor primigenio de la Primavera Arabe aquí y, a la postre, en la región- aún deben ser atendidas de manera significativa.


Probabilidad de reformas

Con un puntaje estancado en 57.6 puntos (sobre 100 posibles), Túnez se ubica en el puesto número 114 entre las 178 naciones evaluadas en la Edición 2016 del Indice de Libertad Económica -publicado en conjunto entre la Fundación Heritage y el periódico The Wall Street Journal.

El país ha visto mejoras en materia de negocios, mejoras en política monetaria y libertad de comercio, pero exhibe retrocesos en materia fiscal y laboral, registrándose también un elevado índice de corrupción -de acuerdo al Indice. El estudio enumera al Estado de Derecho, la inversión y la libertad financiera como principales áreas de preocupación. 'Numerosas reformas, incluyendo una reducción de subsidios, la reforma del sector público y la optimización de la eficiencia regulatoria, han sido llevadas a cabo, pero el seguimiento de estas reformas ha sido desigual', escriben los editores del Indice.

 

 

Leer más sobre la economía de Túnez.
Más información en el Indice 2016.

Conforme la gente tomaba las calles en enero de 2011 en Sidi Bouzid y el movimiento se extendía hacia todo el país, los ciudadanos tunecinos exigieron mayores oportunidades económicas y mayor libertad. Pero, ahora, la probabilidad de que se implementen reformas económicas significativas se muestra cada vez más baja, hasta tanto la élite política de ambos partidos principales, el secularista Nidaa Tounes y el islamista Ennahda, no resuelvan cuestiones de política doméstica.

El parecido entre las protestas registradas en Túnez y aquellas de 2011 son elocuentemente evidentes. Los tunecinos tienen una remarcablemente superior libertad política que hace cinco años, pero el escenario actual no debería quedar en manos de una juventud atrapada por el descontento. La furia es mucho más profunda; se trata de dignidad.


El extendido desempleo

Las más recientes protestas dieron inicio el 16 de enero, cuando el joven Ridha Yahyaoui trepó al techo de una instalación eléctrica en Kasserine, y puso fin a su vida, electrocutándose. Yahyaoui había descubierto al comenzar aquel día que no había sido seleccionado para un empleo en el gobierno. Su familia describe el escenario laboral en Nasserine como basado en el nepotismo; solo son contratados aquellos que registren contactos y conexiones.

El desempleo se ubica en torno de un impresionante 15.3 por ciento, dos puntos porcentuales más de lo que las estadísticas registraban al momento de iniciarse la Primavera Arabe. La tasa de desempleo para graduados universitarios continúa siendo más alta que el promedio general, con un 19.9%.

El sur y el interior de Túnez siguen mostrándose peor que la zona costera y la capital. Kasserine, el el centro-oeste del país, registra una tasa de desempleo del 30%. Esta impresionante cifra conlleva importancia dado que, a pesar de los cambios políticos y el aumento de libertades, el sur y el interior de Túnez continúan quedando al margen.

En los días de Ben Ali, las áreas del interior del país fueron marginadas adrede, y mantenidas en el subdesarrollo. Aún cuando la prioridad del gobierno central debería coincidir con proporcionar mejoras a la salud general de la economía tunecina, sitios como Kasserine se encuentran en una situación desesperante. La corrupción institucional y los sistemas burocráticos complejos -de los que abusaba el antiguo régimen- continúan sin sufrir mayores modificaciones. Cuanto menos, la reforma de las burocracias estatales y la propuesta de liberalización económica han sido ignoradas y, peor aún, obstaculizadas por aquellos pocos que se benefician del viejo sistema.

Ben Ali podrá ya no estar, pero sus modos clandestinos para adquirir favores y controlar la actividad económica, sobreviven. La decisión política para promocionar una agenda reformista y liberar la economía es escasa y, en apariencia, han quedado fuera de las prioridades, conforme la actual coalición se debate entre política interna; mientras tanto, aspectos como la lucha antiterrorista y la seguridad siguen siendo los dos temas que concentran la mayor atención.

 

Members of the Tunisian parliament listen to Martin Schulz, president of the European Parliament,  during his visit Monday to Tunis, the nation's capital. (Photo: Mohamed Messara/EPA/Newscom)

Miembros del parlamento tunecino, escuchando a Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, en su visita del pasado lunes a Túnez, capital de la nación. (Crédito: Mohamed Messara/EPA/Newscom)

Por qué la economía sufre

En tanto sería sencillo argumentar que Túnez necesita seguridad y estabilidad para recuperar el sector turístico, el turismo no está llamado a representar la cura para la totalidad de los desafíos económicos y de largo plazo de la nación. El gobierno, con demasiada frecuencia, ha elegido 'paz social', pero haciéndole pagar los costos a la economía.

Durante el pasado otoño -por segunda vez en 2015-, el gobierno convino elevar los salarios de 800 mil empleados del sector público, tras mantener negociaciones con el poderoso Sindicato General de Trabajo. El sector público involucra salarios, y éstos salarios representan el 13.5% del PBI del país -uno de los porcentajes más altos en el mundo.

En lugar de reformar el sector público, Túnez está contribuyendo a expandir un sector del que Ben Ali abusó para la compra de favores. El total representado por el sector público como porcentaje de la totalidad de la fuerza laboral empleada es del 24 por ciento, tres veces más elevado que en Marruecos.

En reiteradas ocasiones, el Fondo Monetario Internacional ha subrayado la necesidad de una reforma de los subsidios, la modernización del sistema impositivo, la optimización de políticas monetarias, un ambiente más amistoso para los negocios, y la recapitalización de los tres bancos existentes.

Priorizar y desarrollar un sistema económico abierto y justo, que permita el ingreso de inversión extranjera directa, así como también actividades ligadas al emprendimiento personal y la innovación, proporcionarán los cimientos para garantizar que los ciudadanos tunecinos encuentren dignidad a través del empleo; así, podrán asistir a sus familias y contruir una nación próspera y estable.

Los jóvenes tunecinos con estudios no deberían tener mayores dificultades para iniciar un negocio en una sociedad libre y abierta pero, de hecho, esto es lo que ha estado sucediendo. De acuerdo con el informe anual Doing Business (del Banco Mundial), Túnez se ha vuelto un país más difícil para poner en marcha negocios, dadas las elevadas comisiones para registración de firmas y compañías.

Cambio y liderazgo

Las transiciones democráticas suelen ser desprolijas y complejas. Las apuestas corren fuerte para Túnez, sin embargo, conforme la alternativa podría coincidir con algo peor que un Estado fallido: podría concluír como santuario seguro para terroristas, a un viaje o un vuelo corto hacia Europa.

El cambio requiere liderazgo. Y, si bien es cierto que la situación económica en Túnez no pueda modificarse de la noche a la mañana, el curso del navío sí puede alterarse. Un reciente estudio de opinión, conducido por el International Republican Institute, halló que el 83 por ciento de los ciudadanos tunecinos estiman que el país se encamina en la dirección incorrecta. La gente en las calles de Kasserine y en otros sitios buscan, en la práctica, un plan, y renovar sus esperanzas de cara a un futuro mejor.

Estados Unidos deberá mantener su compromiso de ayudar a Túnez a completar su transición de manera ordenada. La asistencia de parte de las naciones del Golfo Pérsico es fundamental en el corto plazo. Sin embargo, la creación de un sistema político y económico libre y abierto por y para los tunecinos debería ser una prioridad para el gobierno local.

Será hora de que el gobierno tunecino ponga manos a la obra; de otro modo, la alternativa podría ser otro territorio cayendo en manos del Estado Islámico.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/02/09/tunisias-woes-as-isis-looms-its-about-dignity/

* Fotografía inicial: fuerzas especiales del gobierno, dedicadas a actividad contraterrorista

 

Sobre Charlotte Florance

Desarrolla artículos sobre la política de seguridad de los Estados Unidos de América en relación a Africa y el Medio Oriente, con foco en libertad económica, instituciones democráticas, desarrollo, y seguridad y cooperación. Es analista en el Centro Allison para Estudios de Política Exterior de la Fundación Heritage. Sus trabajos pueden leerse en español en el sitio web Heritage Libertad. En El Ojo Digital, sus artículos se encuentran compilados en la URL http://www.elojodigital.com/categoria/tags/charlotte-florance.