ECONOMIA & NEGOCIOS: MAXIMILIANO BAUK

Argentina: a propósito de los paros

Cada vez que tiene lugar un paro de actividades de parte de uno o varios sectores, las opiniones se presentan divididas.

11 de Junio de 2015
Cada vez que tiene lugar un paro de actividades de parte de uno o varios sectores, las opiniones se presentan divididas. Algunos se enojan por la incapacidad de llegar a sus lugares de trabajo; otros manifiestan un gran descontento por las molestias ocasionadas, aunque dicen comprender la situación de los trabajadores. Otro grupo simplemente se muestra de acuerdo con las medidas. Con todo, lo cierto es que, pese a las intenciones, un paro en las actividades laborales no modificará la situación económica de las empresas empleadoras, ni mucho menos, la del país.
 
Los salarios dependen, básicamente, de la oferta laboral existente. Si se registra una abundancia de ésta, es decir, si muchas compañías están buscando mano de obra, los salarios tenderán a subir, dado que los empresarios deberán competir por los pocos trabajadores disponibles; y lo propio se da de manera inversa: si la oferta de trabajo es escasa y, por lo tanto, ahora lo que abunda es la mano de obra disponible, serán los trabajadores quienes deberán competir por los pocos empleos disponibles en el mercado. Y la manera más efectiva que tienen de hacerlo es a través de menores salarios.
 
Por otra parte, corresponde entender que la situación es objetiva, y que un reclamo no incrementa el capital de una empresa. Si un empleador cuenta cuatro trabajadores a su cargo, y éstos exigen un aumento salarial que aquél no puede hacer frente, el empresario se verá forzado a prescindir de la labor de uno de ellos, con miras a poder costear el aumento del resto. Por lo que, en tal escenario, puede comprobarse que un paro no solo no ayuda sino que empeora las cosas, dejando sin salario alguno a uno de los trabajadores.
 
Un buen ejemplo que permite evaluar el modo en que suben los salarios de forma genuina, es el caso de la Ford Motor Company que, a raíz de su enorme productividad e innovación, logró reducir la jornada laboral, la que pasó de 9 a 8 horas diarias y a duplicar el salario diario de 2,5 a 5 dólares, según se desprende del libro Creadores de Riqueza, de Alejandro Gómez.  
 
En la Argentina, en cambio, difícilmente tienen lugar casos como el citado en el párrafo anterior, no por falta de voluntad empresarial, sino porque las condiciones para ello no están dadas, como se ve reflejado, por ejemplo, en el índice Haciendo Negocios (Doing Business) del Banco Mundial; allí, se analiza el respeto por los derechos de propiedad y las condiciones favorables para el crecimiento de las empresas, que ubica a la República Argentina en el puesto 124 entre 189. Complementariamente, puede consultarse el trabajo realizado por el Foro Económico Mundial, en el que se califica a nuestro país en el penúltimo lugar en cuanto al Ambiente para Negocios, solo por delante de Venezuela
 
Visto esto, es posible afirmar que los reclamos están dirigidos hacia el sector equivocado, ya que debería atacarse al problema desde la raíz, exigiendo un país en el que el clientelismo político sea erradicado, la seguridad jurídica se vea garantizada y donde los impuestos sean los justos y necesarios para costear las funciones básicas del Estado, imitando a países como Suiza, Nueva Zelanda y Singapur, quienes lideran aquellos ránkings y que exhiben los ingresos per cápita más elevados del planeta.

 
Sobre Maximiliano Bauk

Es Analista de Políticas Económicas en el Centro de Estudios Libertad y Responsabilidad (Argentina). Sus artículos son publicados regularmente en el sitio web en español del Instituto Cato, Washington, D.C., Estados Unidos.