Argentina: combatiendo el capital
Desde el año 2003 el gobierno, representando la mayoría del pueblo argentino, eligió una política de aislamiento...
Desde el año 2003 el gobierno, representando la mayoría del pueblo argentino, eligió una política de aislamiento, confrontación internacional y hostilidad a la inversión.
A través de declaraciones altisonantes, alianzas y acuerdos con los países más cerrados y conflictivos del mundo (una suerte de barra brava global) como Venezuela, Cuba, Rusia, China e Irán la Administración Kirchner ha logrado en estos doce años que la inversión extranjera directa se vaya extinguiendo poco a poco.
Las políticas locales de controles, restricciones a las importaciones, exportaciones, envío de remesas, proliferación de permisos y aprietes oficiales hicieron también lo suyo para ahuyentar inversiones genuinas.
Las Inversiones Externas Directas (IED) son una fuente genuina de divisas como lo son las exportaciones.
Pero a diferencias de estas, las IED implica un incremento directo en la capacidad productiva y en el stock de capital físico que a su turno es la única garantía del incremento real de salarios y remuneraciones.
En la primera mitad de 2014 Argentina estaba sexta en el Ranking de captación de IED en América Latina. Detrás de Brasil, Chile, México, Colombia, y Perú. En esa primera mitad Argentina recibió 4.200 millones de dólares, cuando Brasil recibió 42.000 millones, diez veces más.
En los años 90 por cada 100 dólares que ingresaban a la Argentina, Brasil recibía 153, Chile 47, Colombia 26, México 125 y Perú 23.
En el cuatrienio 2009/2012 por cada 100 dólares que recibió nuestro país en concepto de IED Brasil recibió 669 (¡seis veces mas!), Colombia 123, Chile 234, México 225 y Perú 101.
Todos estos países recibieron más inversiones que Argentina en estos años.
De no haber mediado una política de confrontación y hostigamiento a la inversión y con sólo haber mantenido las mismas proporciones que en los noventa con países chicos como Chile, Colombia o Perú podemos afirmar que el cuatrienio 2009-2012 nuestro país podría haber recibido entre 152.000 y 172.000 millones de dólares en lugar de los magros 34.000 millones que hemos recibido en dicho período.
Con mejor clima de negocios no hubiera habido ni cepo, ni administración de comercio.
En economía lo más difícil de apreciar es lo que no se ve. La oportunidad perdida y los costos de la demagogia fácil quedan ocultos frente a los discursos de la hostilidad.
El autor es economista en la Fundación Libertad y Progreso (Argentina). Publica regularmente sus trabajos en la web de la fundación y en el sitio web en español del Instituto Cato.