INTERNACIONALES: STEVEN BUCCI

El Medio Oriente luce hoy como Europa justo antes de la Primera Guerra Mundial

Durante años, las grandes naciones de Europa gastaron enormes sumas de dinero para construir su poder militar.

05 de Abril de 2015
Durante años, las grandes naciones de Europa gastaron enormes sumas de dinero para construir su poder militar. Estos países se ensamblaron en forma de bloques, a los efectos de hacer frente de mejor manera al peligroso juego de la política de alto calibre. Lenta y de forma segura, se encaminaban hacia la guerra.
 
En junio de 1914, un asesino disparó al heredero del trono del Imperio Astrohúngaro, y así fue como se encendió la mecha. Los resultados fueron desastrosos.

El Medio Oriente luce hoy peligrosamente similar a la Europa de comienzos del siglo XX.
 
Por años, la República Islámica de Irán y el Reino de Arabia Saudita han competido -Irán, como el pionero del mundo islámico shiíta, y la Casa de Saud, como líder de facto del mundo sunnita.
 
Irán exhibe un masivo armado militar, así como también capacidades de importancia en guerra no convencional y espionaje. Influencia o bien controla directamente a Hezbolá en el Líbano, a Basher al-Assad en Siria, y a las poderosas milicas shiítas en Irak. Por estas horas, Teherán alimenta -y, con toda probabilidad, ayuda- a la rebelión de los al-houthi en Yemén.

Los sauditas, poderosos en su justo derecho, se han aliado con al-Sisi en Egipto, con el Rey Abdullah en Jordania, y con la mayoría de otros Estados árabes. También han sellado alianzas con los paquistaníes, que tienen una de las fuerzas armadas más imponentes del mundo, e incluso cuentan con armas nucleares. Adicionalmente, existe una posibilidad creciente que los turcos se comprometan con el lado sunita.

Se asiste a una gigantesca cuota de poderío militar, de rivalidades y de conflictos armados, todo esto concentrado en una región comparativamente pequeña. Y esta caja de resonancia podría estallar en la forma de una conflagración de importancia, con consecuencias destructivas sin paralelo desde la Segunda Guerra Mundial.

Pero -dirán algunos- estos bloques en franca oposición han estado allí durante décadas. Entonces, ¿por qué preocuparse ahora? Muy sencillo: porque Estados Unidos ya no está desempeñando el rol que ocupara en la región durante un largo tiempo.

Durante décadas, Estados Unidos sirvió como garante de seguridad y como solucionador de problemas diplomáticos para sus amigos en la región. Los saudíes, jordanos, egipcios y otros aliados no tenían que preocuparse porque Irán ganara hegemonía regional. Ellos sabían que un Estados Unidos fuerte y con decisión podría mantener a raya las ambiciones iraníes. Mientras tanto, Irán y sus proxies (aliados de proximidad) sabían que solo podían llegar hasta cierto límite, previo a ser detenidos por el criterioso poder estadounidense. La amenaza creíble del poder duro americano era suficiente para mantener a los aliados de EE.UU. en calma, y a sus enemigos, quietos.
 
Pero todo esto ha cambiado. Los enemigos de Estados Unidos han certificado que EE.UU. 'lidera desde atrás' [N. del T.: Lead from Behind; eslogan de Barack Obama para las relaciones internacionales] en Libia, y que luego ha dado la espalda a su propio consulado en Bengasi. Los enemigos de Estados Unidos han visto a EE.UU. trazar una 'línea definitiva' [Red Line] en Siria, para luego abandonar el escenario cuando al-Assad se percató del bluff. Los enemigos de EE.UU. han visto el modo en que Rusia anexó Crimea y luego fogoneado a los separatistas en Ucrania oriental, mientras que Estados Unidos se rehúsa a proporcionar asistencia militar a Kiev. Los enemigos de Estados Unidos han visto cómo Washington se estremeció solo de pensar en la posibilidad de enviar tropas terrestres a combatir contra ISIS.
 
Considerado todo esto en conjunto, se asiste al cuadro de un Estados Unidos tímido, o bien confundido o en estado de flaccidez -una nación que aún parlamenta en el juego del poder duro, pero que carece de la voluntad para seguir los pasos necesarios.
 
Más aún, aquéllos ven a una Administración tan hambrienta por generar un acuerdo en forma de 'legado' con Irán, que la notoria capacidad negociadora de los iraníes ni siquiera debe pagar un precio. En las conversaciones del G5+1 de Lausanne (Suiza), el Secretario de Estado John Kerry ha hecho concesión tras concesión sin obtener reciprocidad de parte de Irán -al punto en que Francia emerge hoy como el polo de línea dura en el lado occidental de la mesa de negociaciones.
 
Pero los enemigos de Estados Unidos no son los únicos que observan estos desarrollos. También lo hacen los amigos de EE.UU. ¿Qué deben pensar los saudíes y otros cuando ven que la Administración Obama ha dejado a un lado a su aliado regional número uno, Israel? ¿Estarán más cerca los amigos de EE.UU. de cruzar la línea de la puerta e irse, apenas vean que entorpecen el enfoque de Washington, obsesionado en apaciguar al régimen de Teherán?
 
Aquellos amigos de EE.UU. ahora tienen razones para temer que las negociaciones nucleares con Irán podrían acelerar el retiro estadounidense de la región o, peor aún, dar lugar a un reacercamiento irano-estadounidense que los perjudique. Este temor ha llevado a los amigos de Estados Unidos a unirse para defenderse a sí mismos contra lo que saben es una amenaza creciente: Irán. Mientras que la Administración Obama podría mostrarse predispuesta a hacer la vista gorda ante esa amenaza -conforme solo presta atención al cierre de un acuerdo nuclear-, los vecinos de Irán no pueden darse ese lujo.
 
Desde que Estados Unidos ha recortado su dosis de antibióticos, los nerviosos amigos de Washington en el Medio Oriente ahora sienten que deben contrarrestar -con fuerza e inmediatez- las infecciones locales promovidas y/o explotadas por Irán. Y, en ocasiones, lo hacen sin consultar a EE.UU.
 
El resultado coincide con un Medio Oriente más explosivo e impredecible que nunca. Las condiciones son ahora las ideales para una guerra de alto calibre en el Medio Oriente -una que podría desparramarse hacia el resto del mundo, allí donde interactúan musulmanes sunitas y shiítas. Todo lo que hace falta es una chispa.
 
¿Considera Usted que este escenario es de ocurrencia imposible? Aquel día de junio en Sarajevo, ningún experto predijo las horribles consecuencias de las acciones de Garo Princip.
 
Hoy, los sauditas están acumulando 150 mil soldados en la frontera con Yemén. Los paquistaníes y los egipcios han prometido tropas terrestres. Estos gobiernos sunitas consideran su alianza como una de corte autodefensivo. Pero representa una amenaza crítica para las aspiraciones hegemónicas de Irán, y Teherán bien podría ponderarla como una amenaza para la supervivencia del régimen de los mullás.

Nadie quiere la guerra -sea ésta grande o pequeña. Pero, entre los bloques de poder del Medio Oriente, las políticas ilegítimas de Washington han fogoneado la incertidumbre en un lado, y han sido percibidas como una oportunidad en el otro.
 
Entre las secuelas de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses temían un choque entre superpotencias. Pero la lección de la Primera Guerra Mundial es que cuando las potencias regionales de mayor importancia -especialmente aquellas motorizadas por fuerzas apocalíptico-sectarias- son empujadas al conflicto, cualquier error de cálculo puede resultar proporcionalmente cataclísmico.
 
Esta es la situación existente hoy en el Medio Oriente. Y la Administración Obama, lejos de apaciguar las tensiones, desestabiliza activamente la región a partir de sus negociaciones con Irán.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/04/04/the-middle-east-today-looks-like-europe-right-before-world-war-i/

 
Sobre Steven Bucci

Es Director del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Sirvió durante casi treinta años en las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos de América, y luego como importante funcionario del Pentágono. Su trabajo de investigación se focaliza principalmente en ciberseguridad, operaciones especiales y actividades de apoyo para autoridades civiles desde la óptica de la Defensa. Sus artículos también son publicados en la web estadounidense The Daily Signal. Más información sobre el autor (en inglés), en éste link.