INTERNACIONALES: BRUCE KLINGNER

2015: un año de tempestad para la Península de Corea

El presidente estadounidense Barack Obama emitió una Orden Ejecutiva con el objeto de...

07 de Enero de 2015

El presidente estadounidense Barack Obama emitío una nueva orden ejecutiva, con el objeto de imponer medidas punitivas adicionales contra Corea del Norte. Aún cuando el ataque cibernético contra Sony Pictures y las amenazas subsiguientes contra cines oficiaron de catalizadores, la orden presidencial también subrayó las recurrentes violaciones de Corea del Norte contra las resoluciones de Naciones Unidas sobre temas nucleares y tecnología misilística -amén de las extendidas violaciones de derechos humanos de Pyongyang. La orden ejecutiva de Obama agregó otras entidades norcoreanas a la lista de sanciones.

A contramano de la percepción establecida, Corea del Norte no es la nación más sancionada del globo. Estados Unidos ha implementado las leyes americanas con mayor firmeza contra otras naciones, incluyendo Irán, Burma, Siria y Zimbabwe -por violaciones menos importantes.

Las medidas financieras específicas han tenido un impacto significativo incluso en los regímenes más recluídos o en grupos terroristas, dado que el 95% de la totalidad de las transacciones internacionales comportan denominación en dólares estadounidenses y, por lo tanto, deben superar la barrera de los bancos controlados por el Departamento del Tesoro americano, dando a Washington una enorme ventaja.

Conforme se dijera desde la Fundación Heritage en 2013, existe un número de medidas complementarias que la Administración Obama debería imponer sobre Corea del Norte. Existe también una cifra de acciones específicas que Washigton debería tomar, en respuesta al reciente ciberataque, incluyendo el reposicionamiento de Norcorea en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. El congreso estadounidense debería continuar llevando a cabo la evaluación correspondiente sobre la necesidad de legislación adicional contra las violaciones norcoreanas de las leyes estadounidenses e internacionales. Y también debería revisar la ciberlegislación existente, para asegurar que ésta protege por completo los intereses públicos y privados de los EE.UU.

Pyongyang responde con firmeza a cualquier cosa que considere un insulto contra su liderazgo, como es el caso de la película 'The Interview' (La Entrevista), que relata la muerte de Kim Jong-un, ilustra sobre las acusaciones de EE.UU. frente al ciberataque contra Sony y las sanciones posteriores derivadas, y la discusión sobre las violaciones a los derechos humanos por parte de Pyongyang.

Ya fuera que Corea del Norte se muestre satisfecha solo con amenazas retóricas o que continúe con acciones lindantes con la provocación, estos escenarios siempre remiten a preguntas en relación a la Península de Corea. El régimen de Pyongyang podría conducir pruebas misilísticas o nucleares adicionales -imágenes satelitales durante 2014 mostraron las mejoras hechas a instalaciones dedicadas al lanzamiento de misiles, y trabajos preparatorios en el sitio de pruebas nucleares-, o bien ejecutar otro ataque militar de carácter táctico contra Corea del Sur. Cabe esperar un recrudecimiento de las tensiones, en cercanía de los ejercicios militares entre fuerzas surcoreanas y estadounidenses (Ejercicios Key Resolve y Foal Eagle) en el mes de marzo.

En otro evento, Kim Jong-un emitió su discurso de Año Nuevo para Corea del Norte, normalmente escrutado por los medios en busca de señales relativas a intentos del régimen por reformar o bien moderar su provocativo comportamiento. Aquellos pasajes del discurso que se perciban como menos fuertes que los del año anterior son destacados por los personeros de la aproximación pacífica. La cobertura mediática de la epístola de Pyongyang sobre 2015 se encuentra repleta de titulares que refieren que Kim Jong-un aplaudiría una cumbre con Seúl como parte de una política de 'grandes cambios'.

Pero el contexto es crítico a la hora de interpretar los communiqués del Nuevo Año en Norcorea -tanto en lo que hace al examen de la total extensión del texto como con lo que tiene que ver con las acciones que a posteriori toma Pyongyang. Los periodistas gustan de titulares dulces, pero eluden las porciones marginales en donde se listan las condiciones que Norcorea impone a sus ofrecimientos. El discurso de este año no ha sido diferente, con Pyongyang exigiendo a Washington y a Seúl que hagan concesiones para mejorar la atmósfera diplomática.

Dicho esto, la impresión de un nuevo deseo de Norcorea para conducir a un acercamiento puede comportar cierto impacto, reduciendo potencialmente los esfuerzos internacionales para castigar a Pyongyang en materia de derechos humanos, y conducir al presidente surcoreano Park Geun-hye a aliviar las condiciones para dialogar con el Norte. Park enfrenta cada vez más críticas a nivel doméstico, y presión para lograr algún tipo de progreso en las relaciones intercoreanas.

Seúl, por su parte, percibe que está más dispuesta a reducir sus propias sanciones contra Corea del Norte, al mismo tiempo que Washington las incrementa. Esto podría conducir a tensiones entre Seúl y Washington, si acaso el público en Corea del Sur percibe que EE.UU. está impidiendo la normalización de las relaciones en la Península.

El comienzo de año siempre es bienvenido con esperanza y trepidación en la Península de Corea. Si bien los próximos movimientos de Kim Jong-un se desconocen, parece ser que, en 2015 -año zodiacal chino de la Oveja-, Pyongyang no se comportará tán dócil a la hora de presentar sus demandas.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/01/05/tumultuous-year-ahead-korean-peninsula/

 

Sobre Bruce Klingner
Es Analista Senior en Investigación para el Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage. Publica periódicamente análisis y escritos sobre Corea del Norte, Corea del Sur, Japón y temáticas de seguridad en la región. Klingner se desempeñó veinte años en la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). Fue jefe de la estación de la CIA en Corea en el bienio 1993-1994.