SOCIEDAD: GUSTAVO LAZZARI

Para el populismo, los pobres deben 'pasarla bien'

Aún sin considerar obscuras intenciones ligadas a la corrupción monetaria y al deseo del eterno mantenimiento en el poder...

05 de Enero de 2015
Aún sin considerar obscuras intenciones ligadas a la corrupción monetaria y al deseo del eterno mantenimiento en el poder, podemos pensar que la intención del populismo en todas sus formas es que los pobres deben 'pasarla bien'. Para ello,  se diseñan políticas públicas desde las cuales transferir recursos hacia el gasto, destinado ello a hacer más placentera la vida del desposeído. Dichos programas se observan en todas las Administraciones y son propuestos por todos los candidatos sin excepción.

De allí, el consenso político (y popular) que tienen proyectos tales como 'Fútbol para todos', 'Mi Primer Viaje', 'Las Playas de la Ciudad', los subsidios a las tarifas o al transporte, 'Argentina Sonríe', etcétera, e infinitos ejemplos de bienes 'gratuitos', incluyendo las 'canastas navideñas' de rigor.

El populismo -que describe a la actual Administración pero también a los principales candidatos del 2015, trátese de Mauricio Macri, Sergio Massa, Daniel Scioli, Florencio Randazzo o del espacio UNEN- sostiene, en el fondo, que la pobreza es un dato inmodificable. 'Siempre habrá pobres' y, por lo tanto, aquéllos 'deben pasarla lo mejor posible'. Es más: el razonamiento subyacente pareciera ser que la pobreza es inevitable. Esta mentalidad es corta y acaso perversa: porque es posible pensar un país sin pobreza, sin barrios precarios, con atención eficiente a los bienes públicos básicos como salud, educación, seguridad y justicia.

Es absolutamente imaginable una sociedad donde el esfuerzo privado no sea expoliado (por vía de impuestos, inflación y/o regulaciones) y, en consecuencia, pueda atender a las necesidades familiares que incluyan ahorro y financiamiento del progreso individual. Sin embargo, los gobernantes populistas no piensan eso. ¿Será que no vieron ejemplos mundiales actuales e históricos de superación de la pobreza? ¿Carecen del ideario adecuado? ¿O será que necesitan un ejército de pobres sobre el cual basarse?

¿Podemos imaginar populismo sin pobreza? ¿Puede imaginarse a los dictadores del siglo XX sin masas de indigentes dependientes del favor del tirano? ¿O a los populismos latinoamericanos sin el conurbano bonaerense o la miseria del gran caracas y la pobreza endémica cubana? El populismo fabrica su propia pobreza, con el objeto de perpetuarse: corresponde desterrar este paradigma de la Argentina.

Es posible eliminar las causas de la pobreza, apelando a instituciones sanas que generen riqueza y progreso en forma masiva, al cual puedan acceder todas las personas. Pensar en una pobreza inevitable implica carecer de voluntad e ideas para superarla.

 
Sobre Gustavo Lázzari

El autor es economista en la Fundación Libertad y Progreso (Argentina). Publica regularmente sus trabajos en la web de la fundación y en el sitio web en español del Instituto Cato.