La OTAN aún es necesaria para la defensa europea
El Fondo Marshall Alemán dio a conocer esta semana los resultados de su encuesta Tendencias Transatlánticas...
09 de Septiembre de 2014
El Fondo Marshall Alemán dio a conocer esta semana los resultados de su encuesta Tendencias Transatlánticas (Transatlantic Trends), coincidiendo con la cumbre 2014 de la OTAN en el País de Gales. Los guarismos revelaron un apoyo recurrente para la misión clave de la OTAN, de parte de ciudadanos consultados de Estados Unidos y Europa por igual. Una mayoría de éstos consideran que la Alianza Atlántica aún es clave para asegurar la integridad territorial del Viejo Continente. En lo que respecta a despliegues militares fuera del área de influencia, los encuestados no se mostraron tan seguros.
Mientras que el texto completo no estará disponible hasta el 10 de septiembre, los resultados sí se hicieron públicos. El estudio fue llevado a cabo durante el mes de junio, siendo consultados algo de mil personas en cada país, y siendo el foco miembros de la OTAN dentro de la Unión Europea, presentándose a Turquía en una categoría separada -aunque las opiniones de ciudadanos turcos se mostraron mayormente en línea con el resto.
Mientras los líderes de la Alianza discuten temas de importancia candente como la agresión rusa en perjuicio de Ucrania o la amenaza del grupo terrorista ISIS, la encuesta reveló que un regreso a la misión clave de la OTAN con miras a la protección del espacio del Atlántico Norte y las fronteras de sus miembros exhiben un claro apoyo. Los ciudadanos europeos consultados respaldaron este regreso a la misión central de la OTAN en un 73%; los estadounidenses hicieron lo propio, en un 59%. Tras una década de falta de certezas en relación a la misión de la OTAN, el tratamiento de ésta ha regresado al punto de partida.
Sin embargo, las potenciales misiones de la OTAN en áreas que no hacen a la influencia geográfica de la Alianza mostraron menos entusiasmo, tras una década en Afganistán e Irak. Los estadounidenses apoyan este tipo de misiones en un 49% (el 42% se opone, mientras que el resto no se muestra seguro); una mayoría de europeos (un 51%) no respalda este tipo de intervenciones. En lo que respecta a la alternativa de armar a países que se encuentren bajo amenaza, como es el caso de Ucrania, los estadounidenses se mostraron a favor, en un 53%; los europeos, se oponen, con un 52%.
El apoyo continúa siendo sólido, sin embargo, a la hora de considerarse apoyo no militar y menos controversial para Afganistán y Ucrania. Entre los europeos, el 57% está a favor de estabilizar Afganistán, a lo que los estadounidenses respondieron en igual sentido, con un 53%. En lo concerniente al apoyo económico de la Unión Europea frente a Ucrania -aún de cara a la oposición de parte de Rusia-, un 73% de europeos aprueban esta alternativa, y lo propio los estadounidenses consultados (en un 55%).
La protección de la integridad territorial de sus miembros es la misión principal de la Alianza, aunque no puede llevarse a cabo con la ausencia de inversiones en capacidades militares convencionales. Tal como lo escribieron oportunamente los analistas Luke Coffey y Daniel Kochis (Fundación Heritage):
'Aún cuando sea completamente inconcebible para aquellos en Europa Occidental, existen aquellos al este de la OTAN que enfrentan preocupaciones reales de seguridad frente a Rusia. Para aquellos miembros de la OTAN que vivieron bajo el puño de hierro del Pacto de Varsovia o que de hecho fueron absorbidos por la ex URSS luego de la Segunda Guerra Mundial, el comportamiento belicoso de Rusia en la actualidad es visto como una amenza existencial. Aún cuando la Guerra Fría ha llegado a su fin, hay mucho qué hacer para la OTAN a la hora de defender al Viejo Continente frente a amenazas contra la región noratlántica en el siglo XXI'.
La renovada agresión rusa contra Ucrania ha oficiado como despertador, tanto para europeos como para estadounidenses. Ahora, queda en manos de sus líderes sacar partido de este apoyo público expresado en favor de la OTAN, y proceder a invertir en esta organización como pilar de estabilidad, seguridad y continuidad de la sociedad transatlántica.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/09/05/transatlantic-trends-nato-still-required-europes-defense/
Mientras que el texto completo no estará disponible hasta el 10 de septiembre, los resultados sí se hicieron públicos. El estudio fue llevado a cabo durante el mes de junio, siendo consultados algo de mil personas en cada país, y siendo el foco miembros de la OTAN dentro de la Unión Europea, presentándose a Turquía en una categoría separada -aunque las opiniones de ciudadanos turcos se mostraron mayormente en línea con el resto.
Mientras los líderes de la Alianza discuten temas de importancia candente como la agresión rusa en perjuicio de Ucrania o la amenaza del grupo terrorista ISIS, la encuesta reveló que un regreso a la misión clave de la OTAN con miras a la protección del espacio del Atlántico Norte y las fronteras de sus miembros exhiben un claro apoyo. Los ciudadanos europeos consultados respaldaron este regreso a la misión central de la OTAN en un 73%; los estadounidenses hicieron lo propio, en un 59%. Tras una década de falta de certezas en relación a la misión de la OTAN, el tratamiento de ésta ha regresado al punto de partida.
Sin embargo, las potenciales misiones de la OTAN en áreas que no hacen a la influencia geográfica de la Alianza mostraron menos entusiasmo, tras una década en Afganistán e Irak. Los estadounidenses apoyan este tipo de misiones en un 49% (el 42% se opone, mientras que el resto no se muestra seguro); una mayoría de europeos (un 51%) no respalda este tipo de intervenciones. En lo que respecta a la alternativa de armar a países que se encuentren bajo amenaza, como es el caso de Ucrania, los estadounidenses se mostraron a favor, en un 53%; los europeos, se oponen, con un 52%.
El apoyo continúa siendo sólido, sin embargo, a la hora de considerarse apoyo no militar y menos controversial para Afganistán y Ucrania. Entre los europeos, el 57% está a favor de estabilizar Afganistán, a lo que los estadounidenses respondieron en igual sentido, con un 53%. En lo concerniente al apoyo económico de la Unión Europea frente a Ucrania -aún de cara a la oposición de parte de Rusia-, un 73% de europeos aprueban esta alternativa, y lo propio los estadounidenses consultados (en un 55%).
La protección de la integridad territorial de sus miembros es la misión principal de la Alianza, aunque no puede llevarse a cabo con la ausencia de inversiones en capacidades militares convencionales. Tal como lo escribieron oportunamente los analistas Luke Coffey y Daniel Kochis (Fundación Heritage):
'Aún cuando sea completamente inconcebible para aquellos en Europa Occidental, existen aquellos al este de la OTAN que enfrentan preocupaciones reales de seguridad frente a Rusia. Para aquellos miembros de la OTAN que vivieron bajo el puño de hierro del Pacto de Varsovia o que de hecho fueron absorbidos por la ex URSS luego de la Segunda Guerra Mundial, el comportamiento belicoso de Rusia en la actualidad es visto como una amenza existencial. Aún cuando la Guerra Fría ha llegado a su fin, hay mucho qué hacer para la OTAN a la hora de defender al Viejo Continente frente a amenazas contra la región noratlántica en el siglo XXI'.
La renovada agresión rusa contra Ucrania ha oficiado como despertador, tanto para europeos como para estadounidenses. Ahora, queda en manos de sus líderes sacar partido de este apoyo público expresado en favor de la OTAN, y proceder a invertir en esta organización como pilar de estabilidad, seguridad y continuidad de la sociedad transatlántica.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/09/05/transatlantic-trends-nato-still-required-europes-defense/
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@HelleDale
Sobre Helle C. Dale
Es Analista Senior en estudios de Diplomacia Pública, para la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Desarrolla trabajos relacionados con instituciones y programas del gobierno estadounidense que hacen a la relación con terceros países y diplomacia tradicional, y elementos críticos en la guerra de ideas contra el extremismo violento. Previamente, se desempeñó como Editora en el periódico The Washington Times.