POLITICA: MATIAS E. RUIZ

En el nido del 'buitre'

La reciente proposición presidencial relativa al cambio de domicilio de pago para acreedores...

21 de Agosto de 2014

La reciente proposición presidencial relativa al cambio de domicilio de pago para acreedores nacionales y foráneos de Nueva York a Buenos Aires ha terminado por certificar el acuciante grado de extravío exhibido por la Administración Fernández de Kirchner. Acaso como catalizando este diagnóstico, en la última semana se han multiplicado las voces dentro del bloque de legisladores del Frente Para la Victoria que exteriorizan sin tapujos que la Jefa ha perdido, definitivamente, los estribos. De tal suerte que la Presidente se encuentra a la vera de configurar un inesperado milagro: diputados y senadores de oposición, hasta hoy inexorablemente entrampados en una verborragia oficial pringada de falsas antinomias, analizan la posibilidad de resistir la invitación de desacatar al tribunal de Thomas Poole Griesa, el americano más famoso -quien hoy parece ceder el protagónico al ex oficial de la US Navy, Cam Ferenbach, devenido en Juez Magistrado.

Así las cosas, analistas económicos de renombre continúan tropezando con la piedra de siempre, desmenuzando la irracionalidad del gobierno desde una óptica estéticamente racionalista. Poco pueden, entonces, aportar los trabajos de Pagni, De Pablo o Melconian cuando, del otro lado, el director de orquesta resulta ser la nada misma. Del mismo modo, nadie en su sano juicio invertiría minutos de su tiempo en explicar la fenomenología de Husserl o Heidegger a las cucarachas que transitan por el grasiento porcelanato de cualquier cocina en algún hogar de clase media.

Por cierto que el ejercicio del intelecto no está tipificado como delito -o no era así; al menos hasta que Cristina Kirchner y su devaluada wehrmacht comenzaron a desparramar acusaciones lindantes con el terrorismo y la traición a la patria... para después retroceder a los trompicones en una espesa bruma de pusilanimidad.

Ya en los años cincuenta, el teórico de la administración de empresas de origen austríaco, Peter Ferdinand Drucker, anticipaba que la información se convertiría, en el futuro, en el commodity más valioso -por encima de los alimentos, la energía o los metales preciosos. En la misma década, los planificadores de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas echaban mano de rigurosos métodos de investigación operativa para regular la cotidianeidad en el Estado todopoderoso -pero Axel Kicillof jamás aprendió eso en su poco fructífero paso por UBA. Hedge funds tales como Elliott Management, NML Capital o el recientemente descubierto Black Rock solo pueden justificar su patrimonio (y supervivencia) en base a la esencial materia prima confeccionada a base de ceros y unos. Así las cosas y, por ejemplo, Paul Singer y sus asociados exhiben la capacidad para ingeniar la creación de pequeñas task forces cuyo único fin sea el acopio de información sobre Lázaro Báez y sus incontables sociedades offshore. Para ello, pueden recurrir rápidamente al recurso humano mejor entrenado del planeta, contratando temporalmente a free-lancers provenientes de alguna de las cinco agencias más importantes del gobierno federal estadounidense -Departamento de Justicia, Departamento del Tesoro, IRS, FinCen, etcétera-.

Sin abandonar esta línea del análisis, sería un grotesco colegir que los 'buitres' se hicieron de información privilegiada sobre la jefe de Estado argentina y su círculo intimista a partir de los informes dominicales de Periodismo para Todos. En rigor, los acreedores neoyorquinos de la República Argentina se encontraron con la proverbial mina de oro informativa que refería a las operaciones non sanctas del matrimonio y sus allegados al hacerse eco de la torpeza con que los fondos ilícitos eran trasladados vía paraísos fiscales y en efectivo. Desde luego, para investigadores acostumbrados a lidiar con rivales expertos en disfrazar la titularidad de sociedades, fue una sorpresa descubrir que Cristina y su difunto esposo operaban bajo el mismo formato de los dictadores genocidas del Africa subsahariana, siendo el único factor diferenciante la excentricidad: los hijos de los regentes del continente negro tenían por costumbre esmerarse en obtener su fusil de asalto bañado en oro o con incrustaciones de piedras preciosas; los vástagos de otros prefirieron blanquear riqueza en inversiones inmobiliarias, como ser la construcción de hoteles de lujo en avenida Collins (Miami). No se trata de despiadado revanchismo, sino de research puro y duro: a partir de la eventual publicación de consumos de tarjetas de crédito de Florencia Kirchner en medios afines, los fondos especulativos dejarán entrever los alcances de su nueva estratagema, a saber, destripar desde la raíz el panfletario eslogan kirchnerista de 'Patria o Buitres'. Aún para el más alienado de los militantes, se volverá una tarea sumamente compleja defender a la lideresa de los pobres que amaba Nueva York por su extendida oferta de carteras y zapatos de marca. Las inversiones realizadas por la desaprensiva parentela de Amado Boudou en Florida o, incluso, el sórdido periplo angoleño en busca de diamantes y el trato de la Presidente con Isabel Dos Santos (hija del mandatario José Eduardo) están al alcance de la mano, para todo aquel bien predispuesto a investigar con método.

Provisto que los hedge funds han entendido que no verán un solo dólar de parte de Cristina Fernández, la salida que les queda es aquella que hubiesen preferido no tomar. CFK debería dar por finiquitado su abuso de la teoría del complot; solo se encuentra cada día más cerca de toparse con el escabroso 'lado B' del excepcionalismo americano.
 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.