INTERNACIONALES: ARIEL COHEN

La dependencia energética europea frente a Rusia no puede durar

Vladimir Putin es el padre del cambio energético más significativo de Europa. Ucrania podría representar...

29 de May de 2014

Vladimir Putin es el padre del cambio energético más significativo de Europa. Ucrania podría representar la gota que ha derramado el vaso, en este terreno.

Como resultado, Rusia está a punto de perder muchos ingresos. Hablando de consecuencias imprevistas...

GazpromAún antes de que Putin ocupara Crimea y respaldara a la insurgencia separatista en Ucrania Oriental, la Comisión de la Unión Europea ya había comenzado a buscar modos de disminuir la dependencia del continente frente al gas ruso.

Hoy día, el Viejo Continente importa el 30% de su gas en importaciones desde la Federación Rusa. Pero las naciones de Europa Central y Oriental, desde Bulgaria hasta Ucrania, dependen del fluído ruso para más del 70% de su consumo interno. Esto significa que, bastando solo la presión de un botón en Moscú, estas naciones podrían volverse frías y oscuras. De hecho, esto ya sucedió en 2009, y podría volver a ocurrir.

De tal suerte que la UE peleó para promover la canasta de la Tercera Energía, que prohíba destinos geográficos para moléculas comercializadas por Gazprom. Esta propuesta también enfrenta a la titularidad -por parte de compañías productoras de gas- de redes de distribución, y promueve legislaciones antimonopolio.

Sin embargo, la salvación provendrá desde tres sitios: el gas natural líquido (GNL), las nuevas fuentes de gas, y los interconectores. El GNL ya está volviéndose competitivo en los mercados europeos, y los proveedores son Qatar, Argelia, Nigeria y otros, que han olido la sangre y ahora intentan quitarle porciones de mercado a Rusia.

El interponer una terminal flotante de GNL en el puerto de Odessa sería una gran contribución a la búsqueda de diversificación energética de Ucrania, siempre y cuando Turquía permita a los buques tanque de GNL transitar a lo largo del angosto y congestionado Estrecho del Bósforo. De hecho, bajo el Acuerdo de Montreux de 1936, debe permitir el tránsito de 'cargas peligrosas' -tomando las precauciones necesarias.

Hacia 2018, es probable que una oleada de GNL y gas sea transportado a través de gasoductos desde el este del Mediterráneo -incluyendo las plataformas offshore de Israel y Chipre- y llegue a Europa, mientras que el tendido desde Azerbaiján (conocido como el Gasoducto Trans-anatoliano (TANAP) con una extensión hacia Italia) estará completo en 2015.

Los interconectores son gasoductos de corta longitud que permiten transportar gas de una red regional a otra, influyendo considerablemente en los costos. Por ejemplo, España podría ingresar notables cantidades de gas por vía de gasoducto desde Africa del Norte, y también desde terminales de GNL; pero aún falta un ducto interconector a Francia y más hacia el este. Los ductos norte-sur en Europa Central son cruciales a la hora de transportar volúmenes de gas desde las terminales de GNL a lo largo del Mar del Norte y del Mar Báltico hacia Hungría, la República Checa, Eslovaquia, Ucrania, e incluso Rumanía y Bulgaria.

Una electricidad más barata, obtenida del aprovechamiento de gas más abundante, representaría una bendición por partida triple: lograría disminuir la dependencia de Europa Central y Oriental frente a Rusia; incrementar notablemente los procesos fabriles y los niveles de empleo -algo no solamente útil para el ciudadano del continente, sino para los socios comerciales de éste, incluyendo Estados Unidos. Finalmente, disminuiría las emisiones, algo que los 'verdes' y los europeos conscientes de cara al medio ambiente siempre han valorado, mientras que sus gobiernos clausuran reactores nucleares. Una iniciativa semejante también lograría subsidiar energías renovables más allá de cualquier razón económica; y permitiría incrementar la importación de las emisiones de dióxido de carbono originadas en el carbón.
 


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/05/26/three-keys-european-energy-independence-russia/

 

 

Sobre Ariel Cohen

Analista Investigador Senior, dedicado a Estudios de Rusia y Eurasia en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos pueden leerse en español en el sitio web Heritage Libertad.