INTERNACIONALES : ANTONELLA MARTY

Venezuela: diálogo, ¿con quién?

Desde que se dieron inicio en Venezuela las manifestaciones pacíficas contra el gobierno represor de Nicolás Maduro, un total de 2.500 personas...

19 de May de 2014
Desde que se dieron inicio en Venezuela las manifestaciones pacíficas contra el gobierno represor de Nicolás Maduro, un total de 2.500 personas han sido víctimas de detención por parte del gobierno y sometidas a crueles torturas –bajo órdenes de Cuba-, registrándose un total de 41 fallecidos. Hoy, el terror continúa vigente en las calles del país, mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado y alimenta el más doloroso de los silencios.
 
En este caos político, social y económico, merece destacarse la figura de los estudiantes y los jóvenes venezolanos. Ellos, a sabiendas de que pueden ser asesinados en cualquier momento, continúan luchando por su país que otrora fue ejemplo de prosperidad y progreso: aquella Venezuela que no pudo ser y hoy sus calles, estancadas, deterioradas y llenas de dolor, lo demuestran con nostalgia. 
 
Asimismo, han acompañado a los jóvenes venezolanos desde el primer momento Leopoldo López –quien continúa recluído sin motivos- y la legisladora María Corina Machado, acostumbrada también a padecer los atropellos del régimen. Es factible argumentar que ésta ha sido la verdadera oposición, la que ha dado todo por lograr una salida de esta dictadura opresora que lleva su tiempo en el poder, y persigue mantenerse en él.
 
Por otra parte, se ha expuesto como evidente la inoperancia de Henrique Capriles Radonski en el seno de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Su intento de ser oposición fracasó hace tiempo, cuando avaló el fraude electoral y, por ende, cediendo al juego del gobierno. No obstante, Capriles ha corroborado -durante los últimos meses- el fracaso que resultó ser su modo de hacer política, demostrando no tener interés alguno por una Venezuela verdaderamente libre: el ex candidato presidencial solo ha buscado concesiones con el poder, dialogando con una dictadura y obstaculizando las demostraciones públicas que podrían derribarla. 
 
Estos valientes jóvenes han sabido continuar con la lucha desde el mes de febrero arriesgando sus vidas, pasando hambre y frío; aunque se desconoce hasta cuándo podrán continuar con sus esfuerzos. El gobierno continúa apresándolos, torturándolos, asesinándolos, y aquello que la comunidad internacional reconoce como 'oposición' solo busca negociar y 'dialogar por la paz' con los mismos torturadores. 
 
A criterio de echarle más leña al fuego y dejar más en claro las bases, la Mesa de la Unidad Democrática -demostrando cierta ingenuidad- ha depositado en los cancilleres de UNASUR la confianza del proceso de diálogo, catalogándolos como los mediadores de la conversación con el gobierno de Nicolás Maduro en busca de 'paz'. Finalmente, la MUD pretende hallar una salida depositando esperanzas en uno de los organismos latinoamericanos más corruptos y antidemocráticos de los últimos tiempos. Es precisamente en el seno de UNASUR donde se engendran los mayores vicios y clientelismos entre gobiernos para el fomento populista y 'revolucionario' de la región.
 
Se imponen, pues, las preguntas: ¿resulta posible hablar de paz cuando han muerto 41 jóvenes por salir a la calle a pedir por un país más libre y seguro? ¿Es plausible la paz mientras el régimen pasa por alto la Constitución Nacional y la 'interpreta' a su modo y conveniencia? ¿Puede hablarse de paz cuando las calles son objeto de un estado de sitio recurrente y donde se cometen a diario centenares de violaciones a los Derechos Humanos?
 
Es hora de que el mundo vuelva su mirada hacia Venezuela, mirada que jamás debió haber retirado. Esta dictadura comunista es tan atroz como cualquier otra que haya padecido la humanidad y deberá ser juzgada y condenada: ¿cómo es posible dialogar con asesinos? Es el momento de abandonar la ingenuidad.

No existe gobierno dictatorial que, haciendo ostentación de armamento y métodos represivos, operando bajo el auspicio de La Habana, ceda ante negociación alguna. Miraflores deberá caer, pero el "diálogo" y la "paz" solo lograrán construir una segunda Cuba.

Nadie debe aguardar a que su propia patria sea sometida, para comenzar a reaccionar. Es ahora o nunca.

 
 
Sobre Antonella Marty

Tiene estudios en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Abierta Interamericana. Es Miembro Fundadora del Grupo Joven de la Fundación Libertad. Investigadora Asociada de Fundación para El Progreso, Chile; miembro del Consejo Ejecutivo y Directora Regional por Argentina y Chile de Estudiantes por la Libertad. Publica novedades relativas al trabajo e investigaciones de think tanks de América Latina y los Estados Unidos de América.