INTERNACIONALES : NILE GARDINER

El referéndum ilegal en Crimea debe ser rechazado por el mundo libre

Crimea acaba de anunciar los resultados preliminares de su referéndum forzado. Sin que ello represente sorpresa, el 95% de quienes tomaron parte...

17 de Marzo de 2014

Crimea acaba de anunciar los resultados preliminares de su referéndum forzado. Sin que ello represente sorpresa, el 95% de quienes tomaron parte de la votación se pronunciaron en favor de la secesión de Crimea de Ucrania, pidiendo unirse a la Federación Rusa. Pero el referéndum de Crimea fue una farsa, y el mundo libre debe unirse a la hora de rechazarlo, convocando a Rusia a que respete la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

En rigor, se trató de un voto ilegal ingeniado por Moscú, reforzado a punta de pistola, en franca violación a la constitución ucraniana. Los residentes de Crimea se apersonaron en las urnas bajo condiciones de ocupación y de una intimidación masiva, en tanto que las voces que mostraron disidencia fueron violentamente suprimidas; los medios ucranianos interrumpieron sus operaciones, los periodistas extranjeros fueron apaleados en las calles, y los observadores internacionales, expulsados de la región.

El Estado de derecho fue reemplazado por las botas de las tropas rusas, disfrazadas como 'fuerzas de autodefensa'. El resultado del inverosímil referéndum será utilizado por el presidente ruso Vladimir Putin como justificación para la anexión de Crimea, y como posible recurso previo para una invasión mayor del este de Ucrania.

Este es el momento para robustecer el liderazgo de los Estados Unidos de América, al igual que el de aliados estadounidenses clave en Europa, incluyéndose a Gran Bretaña y Alemania. El evidente acto de agresión de Moscú en Crimea debe ser condenado y rechazado con énfasis. Sin mediar confusión, debería advertirse al presidente Putin que habrá un precio qué pagar en el corto plazo por restablecer sus ambiciones imperiales, comenzando por el retiro inmediato de Estados Unidos del largamente fallido tratado Nuevo START -sobre reducción de armamento nuclear estratégico- y la rápida implementación de sanciones específicas, incluyendo la revocación de visados y el congelamiento de activos financieros, contra cualquier funcionario del gobierno ruso o ciudadano particular -incluyendo a los oligarcas que rodean al Kremlin), que se hayan visto involucrados en la agresión contra Ucrania o en violaciones contra los derechos humanos en el terreno. El Acta Magnitsky, aprobada en el congreso estadounidense durante 2012, debería ser implementada sin misercordia contra las élites en control de Rusia; éstas han sido un instrumento clave a la hora de mantener al brutal régimen de Putin en el poder.

Una política dura de sanciones -de profundo alcance, despojado de retórica vacía- deberá ser acompañada reforzando el apoyo a los aliados de la OTAN en cercanía geográfica de Rusia. Esto debería complementarse con el despliegue de activos militares adicionales de los Estados Unidos en la región, particularmente en los cuatro miembros de la Alianza Atlántica que comparten fronteras con Ucrania: Polonia, Rumanía, Hungría y Eslovaquia, junto con los Estados bálticos de Estonia, Latvia y Lituania. Debe remitirse un mensaje en forma directa a Vladimir Putin, en el sentido de que cualquier amenaza contra un miembro de la OTAN se enfrentará con la invocación del Artículo V del Tratado de Washington y de la fuerza total de la OTAN. Más aún, la Administración Obama deberá actuar para eliminar las restricciones a la exportación de gas natural líquido a aliados de EE.UU. en Europa que se exhiben cada vez más dependientes de la energía provista por Moscú.

Es hora de que el presidente estadounidense Barack Obama enfrente la realidad y reconozca que el “reseteo ruso” está muerto y enterrado. Las políticas de pacificación solo son útiles para alimentar al oso ruso, y para debilitar a EE.UU. en el escenario mundial. Estados Unidos debe ser claro: las acciones conllevan consecuencias, y el peligroso y desagradable accionar de Putin en Crimea deberá representar altos costos para Rusia. Y es menester que Rusia lo piense dos veces antes de intentar repetir el mismo juego en cualquier otra parte, especialmente en los Estados bálticos.



Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/03/16/russias-illegal-crimea-referendum-must-rejected-free-world/
 

 

 

 

Sobre Nile Gardiner

Es Director del Centro para la Libertad Margaret Thatcher, en la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Es analista especializado en variadas temáticas, como la 'relación especial' entre Estados Unidos y el Reino Unido, Naciones Unidas, el Irak de posguerra, y el rol de Gran Bretaña y Europa en la alianza liderada por EE.UU. contra el terrorismo internacional y Estados autoexcluídos del orden mundial ('rogue states'), como Irán. Gardiner fue nombrado recientemente por el periódico The Daily Telegraph como uno de los cincuenta ciudadanos británicos más influyentes en EE.UU. Sus trabajos son también publicados en la web estadounidense The Daily Signal.