INTERNACIONALES : MATIAS E. RUIZ

El 'socialismo', de Caracas a Opa Locka y Miami

A la luz de los reportes publicados por la escasa prensa no allegada al eje Caracas-La Habana y por medios internacionales...

25 de Febrero de 2014

A la luz de los reportes publicados por la escasa prensa no allegada al Eje Caracas-La Habana y por medios internacionales, la espiral de violencia en Venezuela no parece ceder. Al día de la fecha, la represión ordenada desde el Palacio de Miraflores contra el movimiento estudiantil y la ciudadanía movilizada en su conjunto registra una cifra aproximada de casi una docena de muertes. Barroco panorama en el que los titulares obsequiaron prioridad al asesinato de la joven Génesis Carmona -21 años, ex reina de belleza en Carabobo-, ejecutada de un disparo en la cabeza por milicianos pro chavistas de extracción civil, conocidos en ese país como colectivos.

A tal efecto, el pasado viernes 21 de febrero, la Fundación Heritage organizó un panel en sus dependencias de Washington, D.C., para ilustrar con mayor detalle la situación en la nación caribeña (http://www.heritage.org/events/2014/02/venezuela). Expusieron Otto Reich (ex embajador de los Estados Unidos de América en Venezuela y ex Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Hemisféricos), Leopoldo Martínez (titular del Centro para la Democracia y el Desarrollo en las Américas, y dirigente de la Mesa de Unidad Democrática o MUD), y Beatrice Rangel (empresaria, y ex Jefe de Gabinete bajo la Administración de Carlos Andrés Pérez).

Martínez compartió cifras que exponen con crudeza la realidad en Venezuela, a saber, los aproximadamente 27 mil muertos devueltos anualmente por episodios de violencia en todo el país; las recurrentes devaluaciones del bolívar, la moneda nacional -cuyo último retoque fue del 100%-; y las dificultades de los ciudadanos venezolanos para hacerse con mercaderías básicas de la canasta alimentaria. En este sentido, el referente del MUD ilustró que, en promedio, las personas deben dirigirse hacia los mercados no menos de cinco veces por semana para obtener lo mínimo indispensable, ello como consecuencia de los faltantes de productos. Recordó Martínez que los últimos años han signado la primera ocasión en la que la comercialización de crudo por parte de PDVSA no desparrama sus beneficios a la ciudadanía, a pesar del alto precio del barril de crudo Brent, esto es, US$100. Lo cual refleja con contundencia el nivel de despilfarro y la corruptela que caracterizan en este terreno a la Administración Maduro. A la postre, el dirigente político concluyó que, más allá de las disidencias con el gobierno, los venezolanos se han decidido a tomar las calles para rebelarse contra el desabastecimiento de alimentos y, por ende, el desplome de su calidad de vida.



Los prolegómenos de la violencia administrada por Miraflores fue, obviamente, eje central de la exposición de Leopoldo Martínez, quien citó que el accionar impune de los colectivos, sugestivamente, siempre ha tenido lugar dentro de los perímetros de seguridad ordenados por la Guardia Nacional bolivariana. Con lo cual, la responsabilidad del gobierno de Maduro se presenta ineludible. Refrescó Martínez los conceptos del presidente frente a estos grupos: Maduro supo calificar a los colectivos apenas como "duros trabajadores revolucionarios". Otro capítulo al que hizo mención el hombre del MUD fue el de los pranes, mafias que controlan por completo el sistema carcelario del país y los modos empleados por estos grupos para tomar ventaja de la delincuencia en los centros urbanos y suburbanos de la nación. Aspecto sobre el que el gobierno también ha perdido todo control y frente al cual hace tiempo ha dejado de tomar medidas de fondo. En otro terreno, Martínez citó la expulsión de periodistas de CNN y la cadena colombiana NTN24, decidida por Nicolás Maduro por el solo hecho de que estos medios destacaron personal para cubrir las marchas de protesta contra Miraflores. Hacia fines del viernes 21, ambas señales habían sido removidas de las emisiones de televisión por cable; sus hombres y mujeres de prensa vieron que sus credenciales eran anuladas por decisión oficial. En simultáneo, al momento de producirse manifestaciones en núcleos urbanos de importancia, los sistemas de telefonía móvil y el Internet dejaban de funcionar por espacio de horas.

¿Cuál es, en definitiva, la proposición del MUD para lidiar con la emergencia venezolana? Leopoldo Martínez lo explicó con detalle: continuar promoviendo la organización de manifestaciones ciudadanas pero sin acudir a la violencia, invocar a la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) y sumar apoyo oficial de parte de terceros países. Subrayó el dirigente que el MUD no pretende en modo alguno el alejamiento de Nicolás Maduro sino que, antes bien, se allane el terreno para la generación de canales de diálogo tendientes a modificar políticas que conduzcan hacia el progresivo retorno a la normalidad. En lo que a las demostraciones públicas respecta, Martínez insistió en la necesidad de sumar a los votantes del chavismo: después de todo -dijo-, muchos de ellos también protestan por el empeoramiento de la crisis económica. El político invirtió esfuerzo para diferenciarse del movimiento estudiantil y de su líder Leopoldo López, ahora hecho prisionero por el régimen chavista. El conglomerado de los estudiantes cercanos a López se diferenció en su oportunidad de la postura de Henrique Capriles y de la coalición opositora, que los primeros caracterizan de colaboracionista, tras haber reconocido la oposición demasiado prematuramente la victoria de Maduro en las últimas presidenciales a pesar de las pruebas en contrario. Esta evidente fractura política -amén de la incidencia de los padecimientos surgidos de la economía y la criminalidad- también ha contribuído con su propia dinámica al surgimiento de la actual crisis de gobernabilidad que aqueja al gobierno central en Caracas.

En un tono por momentos coincidente con Martínez y en ocasiones más confrontativo, la empresaria Beatrice Rangel expuso sobre la necesidad de expulsar al elemento cubano de Venezuela que, como es de público conocimiento, controla ministerios y dependencias clave del gobierno de Maduro, particularmente Economía (PDVSA), Defensa, Inteligencia (SEBIN) y Seguridad. Sentenció Rangel que la creciente agenda represiva ejecutada por Miraflores observa línea directa con el temor de La Habana ante la posibilidad de que Maduro sea eyectado del poder y Cuba pierda los más de cien mil barriles de petróleo enviados desde la petrolera nacional con rigor diario. La numerología expuesta por la ex funcionaria y ejecutiva del Cisneros Group certificó que, hoy día, Venezuela contribuye con el PBI cubano en un 15%. Aporte sin el cual el régimen de Fidel y Raúl Castro no podría sostenerse en el corto plazo. Para la isla -explicitó-, mantener la influencia sobre Venezuela es "cuestión de vida o muerte". Beatrice Rangel incluso compartió que, a diferencia del gobierno argentino -que ha procedido a la implementación de un ajuste en su economía, reconociendo implícitamente sus dificultades-, Maduro no ceja en su política de despilfarro y de agravamiento del escenario macroeconómico venezolano. La empresaria recordó que, en rigor, las manifestaciones ciudadanas dieron inicio en el interior del país, geografía en donde la crisis es más acentuada: la totalidad de las grandes ciudades de las provincias venezolanas se encuentran hoy virtualmente paralizadas, sin alimentos, combustibles ni energía. A posteriori, la toma de calles y avenidas llegó a Caracas, a caballo del efecto contagio. Finalmente, en palabras de Rangel, Nicolás Maduro sigue a pies juntillas el libro de propaganda de los hermanos Castro, que coincide con la acentuación de la represión para aferrarse al control del gobierno. Modelo que se esboza en la fotocopia de las politicas de Basher al-Assad en Siria. La conclusión de la ex funcionaria fue por demás contundente: eventualmente, Venezuela aterrizará en un capítulo de colapso económico, aunque destacó que, previamente, las masacres surgidas de la represión gubernamental no verán otro camino que el de incrementarse en número. Al cierre, Beatrice Rangel llamó a bloquear cualquier intento de promover a un bloqueo petrolero de Venezuela -variable que ya comienza a analizarse a consciencia en diversos circuitos políticos de los Estados Unidos. Ante esa posibilidad, la mujer expresó que semejante medida haría que la situación de los ciudadanos venezolanos se agrave sin remedio.

Para las últimas líneas, sirve recopilar la ponencia de Otto Reich -antiguo embajador estadounidense en Caracas-, quien corporiza una serie de propuestas que en Capitol Hill comienzan a ganar empuje. Reich corroboró que numerosos espacios políticos en Norteamérica -espectro en donde también se insertan influyentes medios de comunicación- se han hecho eco de la pérdida de la brújula de la Administración Obama y del Departamento de Estado americano, coincidentes con un abandono del seguimiento de la realidad latinoamericana y que, en mucho, han contribuído al desbarajuste económico-social provocado por los gobiernos en la región. La propuesta del diplomático -que, coincidentalmente, coincide con iniciativas hoy bajo consideración en Europa de cara a la crisis de Ucrania- coincide con la cancelación de visas para funcionarios chavistas (o de otros gobiernos de la América del Sur) que viajan a Estados Unidos para vacacionar o llevar a cabo grandes inversiones. ¿El motivo? Los incontables arribos de aeronaves del gobierno venezolano que, todos los viernes de cada mes, se registran tanto en el Aeropuerto Internacional de Miami como en el Opa Locka Executive Airport -cercano a North Miami Beach-. Las máquinas -declaró Reich- aterrizan a funcionarios del gobierno de Caracas involucrados en actos de defraudación contra la nación sudamericana, y que ingresan a territorio estadounidense bien dispuestos a "gastarse lo robado en su país". Es necesario -apuntó Reich- que el gobierno de EE.UU. se haga a la necesidad imperiosa de cancelar el visado de estos individuos y de, posteriormente, proceder a la congelación de cuentas bancarias y confiscación de bienes por ellos administrados en el Norte. De lo que se trata -sentenció el diplomático- es de confeccionar listas de esos funcionarios venezolanos y luego 'poner manos a la obra'. "Son, precisamente -explicó- las personas que ordenan detenciones y torturas en su país". Y para ello, Estados Unidos cuenta con los instrumentos legales para proceder. Boceto aplicable a otros casos de la región, como el argentino, que Otto Reich no dudó en relacionar directamente con el régimen de Maduro.

No parece curioso que el ex embajador en Venezuela haya aludido a este preámbulo de medidas para contener al promocionado 'Socialismo del Siglo XXI'. Por estas horas, en los pasillos del poder en el Distrito de Columbia, los grandes temas de conversación remiten a la inacción registrada por parte de la Administración Obama no solo en relación a Sudamérica sino frente a los escenarios de Siria, Irán y Ucrania; el llamativo silencio de la OEA y el cuestionable rol del chileno José Miguel Insulza; la sombría cercanía del primer mandatario colombiano Juan Manuel Santos con las FARC; y las infranqueables carencias del establishment militar, contraterrorista y de seguridad estadounidense a la hora de evaluar estratégicamente el rompecabezas sudamericano en los considerandos que configuran el tablero geopolítico.

Como fuere, Kiev y Caracas no solo comparten coincidencias notorias en lo que hace a causalidad; acaso podrían conducir a senderos comunes al llegar el momento de analizarse soluciones y plantearse cursos de acción. Irónicamente, la complejidad de escenarios puntuales vuelve a exponer cabalmente la crisis de identidad de la propaganda bolivariana y su similar de La Habana, retrotrayendo parte de la discusión continental a apartados que refritan la Guerra Fría. En primera instancia, volverán a ponerse de moda terminologías tales como 'sanciones económicas' o la súbita activación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA). En el desenlace, no pocos líderes sudamericanos podrían tener mucho de qué preocuparse, ni bien deban abandonar el cobijo que les proporciona el poder. Lo propio podría caberle a sus personeros.

En lo que a Venezuela respecta, el ritmo y el tempo de la invasión cubana (La Habana ya ha destinado más de 30 mil elementos en la nación sudamericana y sus operadores han puesto bajo arresto domiciliario a la cúpula de las fuerzas armadas locales [para que no se sumen al reclamo popular], mientras que Nicolás Maduro no camina un metro sin la compañía de sus chaperones castristas) son variables clave sobre las cuales los analistas deberán meditar.

 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.