INTERNACIONALES : DR. JAMES JAY CARAFANO

Corea del Norte, el 'joker' de Asia

Una oleada de tropas enemigas llenaba el horizonte. El nervioso joven teniente se volvió a su oficial (NCO), preguntando qué hacer.

26 de Enero de 2014
Una oleada de tropas enemigas llenaba el horizonte. El nervioso joven teniente se volvió a su oficial (NCO), preguntando qué hacer. "No sé Usted" -replicó el sargento-; "Pero yo voy a correr como el diablo".
 
La Península de Corea era el hogar de uno de los conflictos más calientes de la Guerra Fría. El combate se extendió durante tres años, y el pueblo coreano había vivido bajo una fría paz desde entonces. 
 
Hoy, la situación en el noreste de Asia es tan peligrosa como lo sería en cualquier momento desde el armisticio de 1953.
 
Kim Jong-un continúa representando una preocupación mayor. El Tercer Querido Líder hizo ejecutar a su tío, recientemente. Los rumores que remitieron a su ejecución a manos de una jauría de perros hambrientos atrajo todo tipo de atención, aunque esa historia fue rastreada luego en la creación de un escritor de sátira chino.
 
Aunque ha sido desenmascarado, ese relato continúa siendo perturbador por dos razones. La primera de ellas es que muchas personas lo tomaron como plausible -demostrando, de esta manera, lo mucho que se han acostumbrado a esperar lo peor de Pyongyang.
 
En segunda instancia, aún los "expertos" coreanos no pueden ponerse de acuerdo de cara a lo que ese asesinato significa. Algunos piensan que muestra que Kim se encuentra fortaleciendo efectivamente su control sobre el gobierno y los militares; otros lo interpretan como un acto de desesperación, reflejando que el esfuerzo de Kim Jong-un para consolidar su poder se está quedando corto.
 
En cualesquiera de los casos, los expertos esperan más malas noticias de parte de la peor nación del globo. Sus predicciones van desde una nueva prueba nuclear, pasando por otro ataque sobre Corea del Sur, o la implosión del régimen -hecho este último que podría arrojar al país a la guerra civil y con el control de sus armas nucleares en manos del primero en posibilidad de hacerse de ellas.
 
Como si ello no fuera suficiente, los "buenos viejos tiempos" de Seúl y sus preocupaciones sobre Norcorea parecen haber llegado a su fin.
 
Surcorea se muestra hoy atrapada en el último round de la reescritura de las normas internacionales ejecutada por China. A fines del pasado año, cuando Pekín expandió su Zona de Identificación Aérea Defensiva en el este del Mar de China, incluyó territorio reclamado por Seúl. Esa acción motorizó una furiosa respuesta de parte del gobierno surcoreano.
 
Más preocupante todavía, sin embargo, es el colapso abismal de las relaciones entre Corea del Sur y el Japón, los dos aliados más importantes de Estados Unidos en la región.
 
En 2013, Corea del Sur reaccionó con firmeza ante actos y expresiones del primer ministro nipón, Shinzo Abe, que se refirió a un pedido de disculpas anterior de Japón por invadir Corea durante la Segunda Guerra Mundial. La aprensión sudcoreana volvió a la carga, cuando Tokio anunció recientemente planes para mejorar sus fuerzas de defensa.
 
A posteriori, el presidente surcoreano Park Geun-hye intentó minimizar el tono antijaponés en Seúl, pero las encuestas de opinión se orientan hacia otra parte. Numerosos ciudadanos surcoreanos califican ahora a Japón como una amenaza de seguridad, a la par -o peor- de Corea del Norte o de la República Popular China.
 
Aunque parezca bizarro, es la primera vez que Corea del Norte y su vecino del sur recurren a la misma melodía. El periódico del partido gobernante en Norcorea, el 'Rodong Sinmum', etiquetó al premier japonés Abe de "demente militarista". Algunos líderes en Corea del Sur han llegado a sugerir que Estados Unidos y China deberían arrojar presión sobre Tokio.
 
En lo que a la política de relaciones exteriores estadounidense respecta, esto representa un evento peligroso.
 
El Japón y Corea del Sur son el ancla del poder y la política estadounidense en Asia. Más aún, una relación sólida entre estas naciones se esgrime en la mejor garantía de continuidad de paz y estabilidad en el norte del continente.
 
Tanto Japón como Corea del Sur son democracias fuertes y vibrantes. Ambas deberían alcanzar puntos de acuerdo, al momento de tratar su historia compartida y abundante en problemas. Sería un tropiezo estratégico permitir que Pyongyang o Pekín piensen que existe una brecha entre Tokio, Seúl y Washington, que fuera digna de ser explotada.
 
En lo que le cabe, Washington debe acelerar sus esfuerzos para mostrar una fuerte presencia regional y estratégica. La expansión de los sistemas de defensa de misiles, la modernización del arsenar nuclear estadounidense, y la reversión de los recortes que han afectado a fuerzas convencionales serían modos claros de hacer sentir seguros a los aliados regionales de EE.UU. 


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/01/26/north-korea-asias-wild-card/
 
 
Sobre Dr. James Jay Carafano

Poseedor de master y doctorado en la Universidad de Georgetown, Carafano es un reconocido experto en temáticas de seguridad nacional y desafíos en política exterior. Es vicepresidente de Estudios en Políticas de Defensa y de Política Exterior en la Fundación Heritage, y Director del Instituto Kathryn y Shelby Cullom Davis de Estudios Internacionales. Es también historiador e investigador; su publicación más reciente es "Wiki at War: Conflict in a Socially Networked World" ('Wiki en Guerra: el Conflicto en un Mundo Socialmente Interconectado', 2012), obra que examina el impacto revolucionario del Internet en la seguridad nacional. Es Teniente Coronel del Ejército de los Estados Unidos. Recientemente, se ha desempeñado -asesorando en temas sobre los cuales es experto- en el equipo de transición del presidente estadounidense Donald Trump.