INTERNACIONALES : ARIEL COHEN

Juegos olímpicos de invierno: la reputación de Rusia, en juego

El próximo mes, las Olimpíadas de Invierno en Sochi pondrán sobre el tapete muchos de los problemas sistémicos de Rusia...

26 de Enero de 2014
El próximo mes, las Olimpíadas de Invierno en Sochi pondrán sobre el tapete muchos de los problemas sistémicos de Rusia, hoy en foco. Y no será un cuadro agradable. La amenaza terrorista, la corrupción rampante, un registro problemático en materia de derechos humanos, y el nacionalismo y una xenofobia crecientes aparecerán en la vitrina.
 
La manera en que el liderazgo ruso lidie con estos problemas durante las Olimpiadas definirá la imagen internacional del país en los años que vendrán. Se trata de un desafío de reputación de gran magnitud para el presidente Vladimir Putin, y él lo sabe.
 
Acaso la cuestión de mayor calibre en esos días coincidirá con el terrorismo islamista. Solo hace un mes, atacantes suicidas se inmolaron en Volgogrado -a solo una hora de vuelo de la ciudad de Sochi-, matando a treinta y siete personas.
 
Sochi está situada en la costa del Mar Negro, en el Cáucaso Norte, una región plagada de insurgentes islamistas. La cercana Daguestán es, de hecho, epicentro de la insurgencia yijadí-salafista. Una de las principales organizaciones terroristas en Daguestán es el Emirato del Cáucaso. Su líder, Doku Umarov -aunque se lo presume fallecido- ha sido sindicado como el responsable detrás de los ataques en Volgogrado. El ha prometido provocar caos durante los Juegos Olímpicos y ha urgido a sus seguidores a que ataquen mientras se produzca el desarrollo del evento. La prevención contra los ataques, aún cuando se pague el precio de una saturación de actividades, es el trabajo más importante en la agenda de la policía rusa y los servicios de seguridad.
 
La corrupción ha sido una piedra colgada en el cuello de Rusia durante siglos. Los niveles astronómicos de corruptela ponen a Rusia en el escalafón de las economías más reprimidas del globo, de acuerdo al Indice de Libertad Económica de la Fundación Heritage, en su edición 2014. La corrupción es recurrente a lo largo de todas las agencias del gobierno, incluyendo a la policía y las fuerzas nacionales de seguridad. Infortunadamente, este factor contribuye a minar las actividades antiterroristas del Estado.
 
Un miembro del Comité Olímpico Internacional, de nacionalidad suiza, ha estimado que, aproximadamente, un tercio de los US$ 55 mil millones del presupuesto asignado para los Juegos de Invierno ha sido robado por funcionarios rusos.
 
Cuando las autoridades rusas no dedican su tiempo a recibir sobornos, suelen caer encima de activistas de derechos humanos. Las tácticas del gobierno incluyen acoso e intimidación, que se han intensificado en cercanía del evento deportivo internacional.
 
El pasado año, Putin firmó una ley antigay que pone la mira en las "expresiones públicas de apoyo para relaciones no tradicionales". Esto no solo quebranta las leyes internacionales -a las que la Federación Rusa suscribe públicamente-, sino que también ha creado fricciones diplomáticas entre Moscú y Occidente. El presidente estadounidense Barack Obama designó a tres antiguos atletas de su país (reconocidos homosexuales) para que sean parte de la delegación norteamericana en la ceremonia de apertura de las Olimpíadas -un mensaje deliberado para Putin.
 
Pero Moscú también ha obstaculizado la labor de los medios. Esta semana, Rusia le negó visado a David Satter, un autor estadounidense que se ha mostrado crítico del presidente Vladimir Putin en el pasado. Más aún, el Kremlin controla a la mayor parte de los medios de comunicación rusos, que pertenecen ya sea al Estado o a firmas privadas pro-estatales como Gazprom.

 
Diversidad en problemas
 
La población musulmana del Cáucaso Norte se muestra en crecimiento, y sus costumbres y comportamiento suelen intimidar a los rusos étnicos. Asimismo, los nacionalistas rusos han contribuído a alienar a las comunidades de origen musulmán, conduciendo a que algunos de éstos se unan a grupos islamistas radicales. A lo largo de los últimos quince años, las acciones militares ejecutadas por agentes de seguridad de Moscú han asesinado a miles de personas, solo en Daguestán.
 
La xenofobia es rampante a lo largo de Rusia. La furia contra los rangos crecientes de musulmanes de piel oscura -la mayoría de los cuales arribaron al país en busca de empleo- se muestra en crecimiento. Jóvenes rusos se han unido a organizaciones nacionalistas de objetivación extremista en pos de la "limpieza étnica de la Madre Patria". Estudios de opinión sugieren que cerca del 70% de los ciudadanos rusos comportan sentimientos negativos hacia las personas de otras etnias.
 
El sentimiento antiestadounidense también es creciente en la Federación. La retórica antinorteamericana del Kremlin ha ayudado a crear una imagen que muestra a los Estados Unidos intentando disminuir el poder de Rusia en todo el mundo. Los medios de comunicación en control del gobierno fogonean la percepción de EE.UU. como un enemigo, a criterio de consolidar el apoyo doméstico para el gobierno, y distraer respecto de la corrupción y la carencia de democracia.
 
Claramente, Sochi es un punto de inflexión para Rusia. Le obsequia al liderazgo en Moscú una oportunidad para percibir los problemas desde mayor altura, y para desarrollar una estrategia para enfrentarse a las fallas de la sociedad. Pero las relaciones públicas no son suficientes. Aunque una oportunidad podría surgir de este complejo desafío; una oportunidad que podría beneficiar a Moscú y a sus socios internacionales.
 
El Kremlin debería empezar a tomar en serio la lucha contra la corrupción, la reconstrucción del Estado de Derecho, la promoción de la democracia, la toma de medidas drásticas contra el extremismo y la creación de un ambiente más favorable para los negocios.
 
La liberación de Mikhail Khodorkovsky, la banda de rock punk Pussy Riot y los activistas de Greenpeace son un buen comienzo. Pero todavía hay mucho trabajo por hacer, si de lo que se trata es de convertir a Rusia en un país que valga la pena visitar -y apto para hacer inversiones.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/01/26/russias-reputation-risk-sochi/
 
 
Sobre Ariel Cohen

Analista Investigador Senior, dedicado a Estudios de Rusia y Eurasia en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Sus artículos pueden leerse en español en el sitio web Heritage Libertad.