INTERNACIONALES | PUNTOS DE VISTA: GERMAN GORRAIZ LOPEZ

Afganistán: el mesianismo de Hamid Karzai

A pesar de llevar casi una década en el poder, Hamid Karzai, señor de la guerra de origen pashtún y en un principio simple marioneta de la CIA...

14 de Enero de 2014
A pesar de llevar casi una década en el poder, Hamid Karzai, señor de la guerra de origen pashtún y en un principio simple marioneta de la CIA, estaría ahora convencido del espíritu mesiánico de su misión de pasar a la Historia como presidente de un gobierno de coalición pashtún-talibán, por lo que tendría previsto reformar la constitución afgana (que fija un máximo de dos mandatos presidenciales de cinco años cada uno), previo a las elecciones inicialmente previstas para el mes de abril del 2014 pero que podrían retrasarse debido a problemas en la confección de un censo electoral actualizado.
 
Recordar que tras tres décadas de guerras, Afganistán sería un estado fallido y corrupto que apenas rebasa los límites de su capital, Kabul, y en donde la inseguridad generalizada ha dado alas al negocio de la seguridad privada -ésta emplearía a un aproximado de 43 mil hombres-, en tanto que casi 9 mil civiles habrían muerto entre el 2007 y el 2010, conforme refleja el informe anual de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA).
 
Además, de los más de 60 mil millones de euros de ayuda económica llegados del exterior desde 2002, sólo un 12% se habría invertido en mejorar la vida de una población (con un 42% por debajo del umbral de la pobreza y un 33% en serio riesgo de hambruna), sirviendo el resto para alimentar la corrupción o financiar los ejércitos privados. Así, en acuerdo con información publicada por el matutino estadounidense The Wall Street Journal, y que cita como fuente a funcionarios afganos y norteamericanos anónimos, “funcionarios afganos de alta jerarquía habrían evadido desde 2006 más de 3.000 millones de dólares a refugios financieros en el exterior”.
 
Con respecto al cultivo del opio, según el Bureau de Drogas y Crímenes de la ONU, UNODC, con la llegada de Estados Unidos se habría incrementado de forma considerable el cultivo de la adormidera, pues hacia 2007, el 93% de los opiáceos del mercado mundial procedían de Afganistán y, en la actualidad, la superficie de tierra dedicada a la producción de opio en territorio afgano superaría al del cultivo de la coca en América Latina, siendo el opio y la coca las principales fuentes de financiación de una CIA, reconvertida para algunos en la mayor trasnacional de la droga.
 
Así, desde 2004 un billón de dólares del tráfico de opio habría sido utilizado para financiar la guerra en todos los frentes, aunque cabe resaltar que los ingresos por opio de los talibanes sólo representan el 5% del montante total que genera el negocio, siendo en su mayoría blanqueado en Wall Street por la corrupta camarilla que rodea al actual presidente Karzai, devenido en "capo del opio".
 
Recordar que la operación de recolección de opio se repite tres veces dentro de cada quince y veinte día y se le paga entre diez y veinte dólares la hora, siendo una de los mayores fuentes de ingreso para el campesinado pues, en un país donde hay más de 197 mil acres cultivados, sólo este proceso generaría más de ocho millones de puestos de trabajo. Además, habría que añadir que la realización de programas alternativos al cultivo del opio puede llevar como mínimo entre diez y veinte años en un país en condiciones normales, conforme deben ir precedidas de la solución de necesidades básicas como la construcción y reconstrucción de carreteras, el suministro de diésel para la producción inmediata de energía eléctrica, la expansión de electricidad entre las fronteras, la inversión en proyectos hidráulicos para mejorar la productividad de la agricultura, el desarrollo de la infraestructura para la explotación mineral y un programa de construcciones para los sectores público y privado. Dada la actual situación de tensión evidente entre Washington y Karzai, lo citado se antoja en un objetivo irrealizable.

 
El incierto futuro de Karzai
 
Cuando irrumpió en el tablero afgano el talibán (milicia ultraintegrista procedente de las madrazas deobandis del norte de Pakistán), Karzai dispuso lo necesario para facilitarles el control de las ciudades en las regiones de influencia popalzai ya que, pese a su fanatismo religioso, los consideraba como una milicia de hombres virtuosos que buscaban pacificar un país sumido en los desmanes de los numerosos señores de la guerra.
 
Sin embargo, el asesinato del hermanastro del presidente afgano, Hamid Karzai, el controvertido Ahmed Wali Karzai (jefe del Consejo Provincial de la provincia de Kandahar y sospechoso de traficar con opio, desviar fondos públicos y reclutar grupos paramilitares al servicio de la CIA), llevaría la marca de la “Compañía” dentro de la estrategia de implementación de la doctrina del “caos constructivo” de Brzezinski, cerebro geopolítico de Barack Obama.
 
Así, la CIA,·en un informe secreto, habría acusado a Wali Karzai de ser "el mediador del Presidente electo Karzai en el inicio de conversaciones secretas para la gestación de un Gobierno de Coalición islamista entre pastunes y talibanes" y que, tras conseguir en unas elecciones anticipadas la legitimación democrática en las urnas en el horizonte del 2014, procederían a la creación de la República Islámica de Afganistán. A su vez, esto exigiría la retirada de las tropas de Estados Unidos y la consecuente pérdida de presencia en un país considerado por el Alto Mando norteamericano como "pieza geoestratégica vital" en el rompecabezas del Oriente Medio.
 
Para evitar la vietnamización del conflicto afgano, Obama dictó la sorpresiva orden de retirada de tropas de Afganistán a partir de julio de 2011, plan que contaría con el apoyo de la mayoría de congresistas del Partido Demócrata y que contemplaría la paulatina reducción del contingente total a unos 47 mil soldados para mediados de 2013, pero los altos mandos militares insisten en frenar los repliegues hasta que pase la temporada de combates del otoño del 2013. Ello debido a que, aún cuando los talibanes han sido expulsados de algunas zonas de su bastión del sur, los combatientes del grupo insurgente afgano Haqqani (afín a los talibán), siguen cometiendo ataques transfronterizos desde sus bases paquistaníes situadas en la frontera oriental con Afganistán.
 
Por otra parte, vista la ausencia de solución militar al conflicto, el portavoz de los talibán en Doha (Qatar), Mohamed Naeem, en declaraciones a la agencia Reuters, confirmó la intención de los talibán de iniciar conversaciones preliminares de paz con emisarios estadounidenses, aunque excluyendo a los representantes del Gobierno afgano de Karzai a quien no reconoce y considera un mero títere de Washington.
 
Sin embargo, Karzai (que se consideraba el único interventor legítimo para una eventual negociación con los talibán y molesto con dicha exclusión y con el estatus oficial que se daba al talibán) respondió con la miope decisión de suspender la negociación con los Estados Unidos para suscribir un acuerdo de seguridad que entraría en vigor tras la retirada de tropas de la ISAF (acuerdo considerado clave por medios diplomáticos occidentales, pues exhibía el objetivo de garantizar la estabilidad del sistema político afgano a partir del 2014). Luego de esto, Washington dio por finalizada la estrategia de tanteo con el talibán para iniciar conversaciones formales de paz debido a la intransigencia de Karzai, lo que significaba un nuevo revés para los intereses geopolíticos norteamericanos.
 
En consecuencia, y según la agencia Reuters, la asesora de Seguridad del presidente Barack Obama, Susan Rice, viajó a Afganistán para convencer a Karzai de que firmara el Acuerdo Bilateral de Seguridad (ABS) antes de fin del 2013, pero ante la negativa de éste y la exigencia de nuevas condiciones, Rice advirtió que “Estados Unidos se vería obligado a retirar de manera definitiva su presencia militar en la nación asiática al tiempo que pondría en peligro los 4.000 millones dólares en ayuda internacional con los que se financiarán las fuerzas armadas afganas tras 2014, además de otros 4.000 millones de dólares pactados para afianzar el desarrollo económico del país”.
 
Dicho acuerdo entre EE UU y Afganistán (ABS), establece las condiciones en las que el contingente de tropas americano (unos 8 mil soldados), realizará sus tareas de adiestramiento y de dirección de operación antiterroristas y pese a que los miembros de la Loya Jirga (asamblea de líderes tribales afganos) avalaron el acuerdo e instaron a Karzai a que lo firmara antes del 2014, el mandatario afgano se enrocó en su decisión de no firmarlo hasta abril del 2014, por lo que John Podesta, jefe de Gabinete con Bill Clinton en declaraciones a la radio estadounidense NPR, afirmó que “Karzai ha pasado de ser exasperadamente impredecible a peligrosamente errático”, lo que sería el velado anuncio de la próxima defenestración de Karzai por métodos expeditivos tras haber dejado de ser un peón útil para el Pentágono al no plegarse a sus dictados.
 
Así, se procederá a la creación de un ambiente propicio al derrocamiento de Karzai en el que estarían involucrados la CIA y el Jefe del estado mayor de Karzai Abdul Karim Khurram, reviviendo uno de los aspectos más oscuros de la política exterior de Kennedy o el derrocamiento y asesinato del presidente survietnamita Diem (1963). Escenario que remitiría a la retirada total de las tropas de EE.UU. y a la formación de un gobierno de coalición islamista entre pastunes y talibanes que proclamará la República islámica de Afganistán “basada en los principios islámicos” en el horizonte del 2015, fruto de un pacto secreto entre el nuevo Gobierno afgano y Washington. Este tendría como objetivo inequívoco utilizar a los talibanes para instaurar “un arco de crisis” en las fronteras de Rusia y China, los únicos enemigos reales de Estados Unidos, siguiendo la teoría brzezinskiniana del “choque de civilizaciones”.
 
Así, el objetivo último de Brzezinski es la confrontación con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán) más Uzbekistán y convertida junto con los países del ALBA e Irán en el núcleo duro de la resistencia a la hegemonía mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña, y teniendo a Xinjiang como escenario idóneo para sus operaciones desestabilizadoras.
 
Recordar que la etnia uigur de Xinjiang (de origen turco-mongol y con un total de 8.5 millones de habitantes) conserva características étnicas e islámicas que les situarían muy próxima a sus parientes de Asia central y Turquía, por lo que sería el caldo de cultivo ideal para implementar la estrategia brzezinskiniana del “choque de civilizaciones”, consistente en lograr la balcanización de China y su confrontación con el Islam (cerca de 1.500 millones de seguidores) así como secar sus fuentes de petróleo de los países islámicos del Asia Central pues, según F. William Engdahl, en el artículo titulado “La agenda oculta tras la violencia en Xinjiang” y reproducido por el China Daily en el 2009 ,varios de los más importantes gasoductos de China pasan por Xinjiang en procedencia de Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán y Rusia, lo que explicaría la importancia estratégica de dicha provincia para lograr la total ruso-dependencia energética china y en una fase posterior acabar enfrentándolas entre sí, finalmente someterlas e implementar el nuevo orden mundial bajo la égida anglo-israelita.
 
 
Sobre Germán Gorraiz López

Desarrolla análisis relativos a temas económicos y geopolítica. Publica regularmente en su blog "Los Restos del Naufragio". Reside en Navarra, España.