POLITICA: DR. ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO

Los Reyes Magos y la Reina ausente

La transición del calendario estuvo marcada por un “no-hecho”, capaz de generar, por sí sólo, un oxímoron: la presencia de la Presidente ausente.

05 de Enero de 2014
La transición del calendario estuvo marcada por un “no-hecho”, capaz de generar, por sí sólo, un oxímoron: la presencia de la Presidente ausente. Mientras que muchas personas, no sólo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del conurbano bonaerense, atravesaban la inusual e implacable ola de calor con falta de luz y de agua, Cristina nada dijo; como en tantas otras tragedias recientes, su silencio fue estruendoso (otro oxímoron; gracias, Jorge Asís).
 
Eso nos lleva a la gran pregunta: ¿quién gobierna hoy la Argentina? Las luchas internas del Gobierno ya venían de dando pruebas de su existencia pero, a partir de la desaparición de la Señora de Kirchner, se han exacerbado y hasta el propio Jefe de Gabinete se ha visto desautorizado en público por ministros y funcionarios.
 
El personaje con mayor crecimiento personal en materia de poder ha sido el ahora Teniente General Milani. ¿Cuál es la razón? Su conducta recuerda, casi diariamente, al fallecido Almirante Massera; acaso convendría que comenzáramos a verlo desde esa perspectiva, y a ocuparnos de evitar que las Fuerzas Armadas sean puestas al servicio del “modelo” y no de la Nación.
 
Me he puesto a pensar qué podría suceder en el escenario si mañana, cuando está previsto su regreso a Olivos, la Reina no vuelve, para no responsabilizarse por el inevitable “Rodrigazo. Por supuesto, la Ley de Acefalía tiene previstos los mecanismos legales para el reemplazo; sin embargo, sólo se trata de un marco teórico, porque no se percibe entre los precandidatos en danza a ninguno capaz de suscitar el enorme consenso indispensable -social, político y legislativo- para enfrentar la crisis inédita que el kirchnerismo dejará como herencia. El "Que se vayan todos" ya vuelve a oírse en las calles.
 
Porque, convengamos en que la magnitud de los problemas que aquejan a la Argentina es tal, y su resolución de tan largo plazo y de tan alto costo, que se necesitará un concilio de Reyes Magos para conducir esta nave -sin motor,  sin timón y sin estrella- a puerto seguro. Como estamos iniciando un nuevo año, viene bien hacer un somero inventario:
 
1.     el 25% de los argentinos depende de los subsidios para comer;
2.    quienes los reciben no quieren trabajar para no perderlos;
3.    cada vez es mayor la diferencia entre los más pobres y los más ricos;
4.    2.500.000 personas viven en villas de emergencia;
5.    la falta de cloacas (30%) y de agua potable (10%);
6.    la inseguridad cotidiana, que mata a cientos de personas por año;
7.    la sociedad enfrentada de un modo sólo comparable a las guerras civiles previas a la batalla de Caseros;
8.    el narcotráfico, socio de funcionarios de alto rango y de las policías;
9.    El millón de jóvenes “ni-ni”, que no trabajan ni estudian;
10. la decadencia de la educación, que excluirá los alumnos del mercado laboral de un mundo cada vez más exigente;
11.  la salud pública, en franco deterioro, y el sometimiento de los pacientes a enormes tormentos, agravados por la competencia con extranjeros transeúntes;
12. la carencia de una política de Estado en materia de inmigración, y la indiscriminada recepción de vecinos con escasa calificación laboral y, muchas veces, integrantes de organizaciones delictivas;
13. la expoliación de los más pobres a través del juego, que financia a la política;
14. la falsa e hipócrita política de derechos humanos, que ha llevado a la cárcel a los militares que reprimieron la subversión, mientras premia a los terroristas con indemnizaciones y cargos públicos;
15. el fantasma del desempleo;
16. la enorme deuda interna con el Banco Central, y la previsional, el vaciamiento de la ANSES y la montaña de juicios que se arrastran en los tribunales;
17. el sideral crecimiento del gasto público improductivo;
18. la infraestructura vial, ferroviaria y portuaria y de comunicaciones, que se caen a pedazos;
19. las reservas monetarias, que realmente no superan los US$ 10.000 millones;
20.la segunda tasa de inflación de toda América, que se acelera;
21. el deterioro del tipo de cambio;
22.el cepo cambiario
23.la desaforada emisión monetaria;
24.las economías regionales condenadas, que sufren el notable incremento de los fletes;
25.la falta de acceso a los mercados internacionales de crédito y el desinterés de los inversores globales, y la carencia de ahorro interno;
26.la concentración de la recaudación en manos del poder central, que estrangula a las provincias, sometidas a los caprichos de Olivos;
27.los sueldos públicos atrasados, como ya se ve en las paritarias docentes;
28.la presión impositiva inédita, a los contribuyentes a trabajar la mitad de su tiempo para pagar los impuestos;
29.el inmenso déficit habitacional;
30.la pérdida de los tradicionales mercados para nuestras carnes y granos, salvo la soja;
31. la industria nacional que, sin salir a competir a escala global, nuevamente está convirtiendo al país en el zoológico donde cazar;
32.el aislamiento internacional, la errática conducta diplomática y el inexplicable alineamiento con Venezuela e Irán;
33.la falsificación de las estadísticas y la intervención del INDEC;
34.el atraso en las tarifas del transporte, de la energía y del agua;
35.el autoabastecimiento energético perdido, el fuerte y creciente déficit de la balanza comercial de combustibles y la dependencia cada vez mayor de las importaciones, crecientes en cantidades y precios, que este año requerirán US$ 15.000 millones;
36.los gasoductos y las líneas de alta tensión que, construidas en los 90’s para exportar gas a Chile y energía eléctrica a Brasil y Uruguay, que han  invertido el sentido de los flujos para aliviar nuestra escasez interna;
37.la falta de resolución de los problemas con el Club de París y con el CIADI, que nos impiden acceder al financiamiento de nuestro comercio exterior, cerrando mercados y complicando las importaciones;
38.la corrupción oficial, que se ha exacerbado a niveles nunca vistos, ya que no se ha limitado a robar dinero sino que, ahora, lo hace con empresas enteras, en muchos ámbitos de la actividad económica;
39.las grandes empresas públicas que no publican sus balances, no son auditadas y están en manos de los jóvenes de La Cámpora;
40.los organismos de control desmantelados, y el Consejo de la Magistratura, responsable de los concursos para la designación de los jueces, paralizado;
41. la mayoría de los jueces que integran el fuero federal penal, irrecuperables por su venalidad;
42.las fuerzas de seguridad infectadas por la politización, la prostitución de sus funciones y la corrupción;
43.la increíble permeabilidad de nuestras fronteras terrestres, aéreas, fluviales y marítimas;
44.la obsolescencia de material bélico del que disponen las fuerzas armadas, que ha dejado indefensa a la nación.
 
Este 2014 no traerá buenas noticias para la Argentina, tanto por lo que se desprende de ese inventario cuanto de la razonable resistencia -¿a qué extremos estarán dispuestos a llegar al ejercerla?- de los funcionarios actuales a perder el poder, la libertad y la fortuna mal habida. Por eso, debo reiterar mi ingenuo deseo: que, esta noche, los Reyes Magos nos dejen en los zapatos una fórmula para salir de este laberinto en que solos nos metimos.
 
 
Sobre Enrique Guillermo Avogadro

Abogado. Columnista de temas políticos de Argentina, y colaborador en otros medios nacionales. Sus artículos completos pueden repasarse en el blog del autor, o en el enlace http://www.elojodigital.com/categoria/tags/enrique-guillermo-avogadro.