INTERNACIONALES: ANA QUINTANA

Barack Obama y Raúl Castro: apretón de manos

A primera hora de ayer, durante las exequias por Nelson Mandela, el presidente estadounidense Barack Obama estrechó la mano del dictador de Cuba...

11 de Diciembre de 2013
A primera hora de ayer, durante las exequias por Nelson Mandela, el presidente estadounidense Barack Obama estrechó la mano del dictador de Cuba, Raúl Castro. Este saludo supone la tercera vez en la historia que los líderes de ambos países se han saludado en público; otro hecho idéntico tuvo lugar en Naciones Unidas en el año 2000, entre Bill Clinton y Fidel Castro y el primero muchos años antes, en 1959, cuando el vicepresidente Richard Nixon se reunió en el tirano cubano durante su visita a Estados Unidos.
 
El apretón de manos de ayer, mal valorado y tremendamente controvertido, supuso un triunfo de relaciones públicas muy necesario para el régimen de La Habana, tras momentos en los que se ha visto sometido a unas críticas cada vez mayores por su terrible historial de derechos humanos y sus tratos con el régimen paria de Pyongyang, Corea del Norte.
 
La imagen del régimen cubano ha quedado aún más manchada en los últimos meses, con su violación de las sanciones del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas y los cuatros años ya de detención del excontratista de la USAID y ciudadano de Estados Unidos, Alan Gross.
 
La colaboración militar de Cuba con el también régimen paria de Corea del Norte supone otra preocupación para los estadounidenses. Las autoridades panameñas descubrieron en julio de este año un alijo de armas compuesto por misiles antiaéreos, partes de un caza y otras armas ilegales en un intento por hacerlas pasar de forma encubierta a través del Canal de Panamá. Destinadas a Corea del Norte, las armas estaban escondidas bajo 10 mil toneladas de azúcar y no estaban declaradas en la documentación del carguero. La Resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la ONU prohíbe explícitamente a sus estados miembro el proporcionar a Corea del Norte “cualquier carro de combate, vehículo de combate blindado, sistema de artillería de gran calibre, avión de combate, helicóptero de ataque, buque de guerra, misil o sistema de misiles”.
 
Si se halla de manera formal que Cuba está violando esta resolución del Consejo, será la primera vez en la historia que un país del hemisferio Occidental es hallado culpable de proliferación armamentística.
 
Los Castro han visto que su ofensiva para ganarse la simpatía internacional es una ardua batalla, por lo que la imagen ofrecida por el apretón de manos del presidente Obama les ha proporcionado un impulso muy necesario. La Casa Blanca necesita notificarse sobre cómo sus acciones dan apariencia de legitimidad al régimen cubano y de cómo sus declaraciones oficiales, básicamente, contradicen sus propios objetivos de política exterior.
 
En lugar de obsequiar a Raúl Castro un saludo amistoso y una gran oportunidad a la maquinaria de relaciones públicas de la dictadura cubana, Barack Obama podría haberle consultado sobre:
 
1. Alan Gross, ex contratista de la USAID y ciudadano de Estados Unidos que, en estos momentos, se pudre en una prisión cubana;
2. La continua represión por parte del régimen de la libertad de expresión y de un espacio abierto para el diálogo político;
3. Los más de 70 presos políticos que su país mantiene encarcelados;
4. Los más de 50 años sin elecciones en Cuba;
5. El terrorífico historial de Cuba respecto a los derechos humanos y la designación del país como uno de los lugares más peligrosos del mundo para los periodistas independientes y la sociedad civil;
6. La violación este verano por parte de Cuba de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU al proporcionar a Corea del Norte un cargamento de armas.

Un reproche por parte del presidente de Estados Unidos, no un apretón de manos, es lo que debería haber estado en el orden del día en Sudáfrica.
 
 
Sobre Ana Rosa Quintana

Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales