INTERNACIONALES: OLIVIA ENOS

El crecimiento en la producción de opio en Afganistán no representa sorpresa

Un informe reciente de Naciones Unidas refiere que la producción de opio en Afganistán se ha incrementado en un 36% durante 2013.

22 de Noviembre de 2013
Un informe reciente de Naciones Unidas (http://www.unodc.org/documents/crop-monitoring/Afghanistan/Afghan_report_Summary_Findings_2013.pdf) refiere que la producción de opio en Afganistán se ha incrementado en un 36% durante 2013. Este dramático resurgimiento de la producción confirma temores frente a que los granjeros afganos aprovechan las oportunidades que se les presentan y se suman al comercio de opio, mientras aguardan la retirada de las fuerzas estadounidenses.
 
De acuerdo al informe de la ONU, el incremento en la producción de opio se debe a una combinación de factores, incluyendo el retiro de las fuerzas militares y la falta de certezas frente a quién se hará cargo del poder en 2014. Esto significa que, si la cuestión de la inseguridad en la región continúa sin ser abordada, el comercio de opio difícilmente disminuya.
 
Sin mantener el foco en los esfuerzos antinarcóticos, Estados Unidos se arriesga a malgastar los US$ 6 mil millones ya invertidos en el combate contra el tráfico masivo de drogas en Afganistán. Asimismo, se requieren ajustes en las políticas. Por ejemplo, los esfuerzos de erradicación liderados por autoridades afganas fracasan desde el origen porque no ofrecen alternativas de largo plazo a la producción de opio. EE.UU. debería discontinuar su apoyo para la erradicación de cultivos y, en su lugar, apoyar la diversificación de la economía afgana, a través de sistemas de microcréditos e inversión extranjera directa, para ofrecer trabajos alternativos a los granjeros del país.
 
De acuerdo a un informe publicado por la Fundación Heritage en septiembre pasado, la analista Lisa Curtis y quien esto escribe argumentamos que, de no mediar un ofrecimiento económicamente alternativo (y viable), los granjeros continuarán produciendo opio. De hecho, una encuesta reciente revela que el 75% de los afganos que siembran opio se han dedicado a su comercialización, dada la naturaleza lucrativa del cultivo.
 
El ciudadano afgano promedio no es el único que capitaliza sobre los ingresos del comercio de opio: en 2009, el Talibán se hizo de un aproximado de US$150 millones de la comercialización del cultivo y, en muchas maneras, la continuidad del tráfico se presenta directamente relacionada con las cuotas de poder mantenidas por el espectro rebelde.
 
Un factor clave en los esfuerzos antinarcóticos estadounidenses en Afganistán involucra a las fuerzas armadas. Sin contar con la seguridad provista por las tropas de EE.UU. en la región, las fuerzas afganas se quedarán sin la capacidad para eliminar a los grandes traficantes y sus factorías.

A tal efecto, Curtis apunta:
 
Conforme los Estados Unidos y sus socios de la coalición retiran sus tropas de Afganistán y entregan las operaciones de seguridad a fuerzas locales, Washington debería renovar sus compromisos diplomáticos y financieros para contribuir a un país pacífico y estable, a criterio de no retornar a su estado anterior a la guerra, que representaba un paraíso para terroristas internacionales. Este esfuerzo debería involucrar el compromiso de cara a una politica antinarcóticos de largo plazo que disminuya -y, eventualmente, aniquile- el tráfico de drogas en Afganistán.
 
El informe de Naciones Unidas debería significar un llamado de atención para los tomadores de decisión en Washington, frente a la importancia vital surgida de la implementación de una estrategia sólida y de largo plazo contra el flagelo del tráfico de estupefacientes.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2013/11/21/rise-afghanistan-opium-production-surprise/
 
 
 
Olivia Enos | Heritage Libertad, The Heritage Foundation