SOCIEDAD: REMITIDO POR GABRIELA C. FERRAZZANO

Carta abierta de una madre desesperada

El lado oscuro de la organización militante "CHA" (Comunidad Homosexual Argentina): conexiones políticas profundas con el kirchnerismo; talante y metodología fascistas. El dolor de Gabriela Constanza Ferrazzano.

18 de Septiembre de 2013
Soy Gabriela Constanza Ferrazzano. Vivo en CABA. Madre de tres hijos. Me encuentro absolutamente desamparada por las leyes y la Justicia. Mi hija mayor ha sido chupada por la secta CHA, a la que han convencido -pese a opiniones profesionales en contrario- de que debe operarse para cambiar de sexo. Una carnicería. Ablación de senos, útero e injerto de un pene artificial. Una locura total. Nadie me ayuda. Los abogados le tienen terror al poder político de la CHA. Ni hablar de jueces o fiscales. Todos imitan a Poncio Pilatos: se lavan las manos, aduciendo que mi primogénita es mayor de edad. Apenas 22 años y en posible crisis psicótica. Los médicos también se hacen los distraídos. Todos con miedo. Ruego que me ayuden para frenar esta locura. Estoy sola y desamparada contra un inmenso aparato de propaganda y con poder político inmenso derivado de la propia Presidente de la Nación. Sintéticamente esta es mi historia. Triste, pero real.
 
Mi hija María Celeste Puerta Ferrazzano sufrió mucho con la muerte temprana de su padre. A la edad de 17 años, comenzó a frecuentar los grupos de Animé, Dark. Lo que la llevó a ponerse en contacto con gente de pensamientos distintos de los estándares normales. Parecía un juego de roles de adolescentes, pero finalmente la experiencia la llevó a algunos cambios en su personalidad. Para ese entonces conoció a Morena Lopez Moral (que se hacía llamar Miharu) de apenas 16 años, pero con una personalidad muy manipuladora y con ciertos problemas de identidad sexual.
 
La madre de “Miharu” se llama Claudia del Cabo, que muestra similares características psicológicas. Mi hija al conseguir trabajo en el Senado de la Nación, hace dos años, decide mudarse a vivir sola en un departamento de Caseros, Provincia de Buenos Aires, mismo barrio donde vive la familia López Moral. La excusa fue que se iba a inscribir en la Escuela de Música de la zona. Inopinadamente, “Miharu” se mudó al mes a su departamento y comenzaron a convivir.
 
En marzo de 2012, cuando María Celeste cumplió 21 años, la mamá de “Miharu” llevó a su hija y a la mía a una consulta profesional con la Lic. Alejandra Paván, jefa del área de salud de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) ["Magíster en Clínica Psicoanalítica", conforme reza el texto en la web www.cha.org.ar, siendo sus teléfonos 011-4361-8577 o 155-0411-024]. Esta profesional comenzó a atenderlas juntas (siendo terapeuta de la madre de “Miharu”). En forma privada, la Lic. Paván comenzó a tratar a ambas chicas en su consultorio de Bolivar 226 (CABA).
 
En mayo de 2012, mi hija se presenta en mi casa solicitándome la partida de nacimiento, puesto que deseaba mutar su nombre original (María Celeste) por Dante Ariel. Intenté convencerla de que tamaña decisión era demasiado rápida, pero sin éxito. Increíblemente, sin informe profesional alguno, en el Registro Civil, en un trámite de 10 minutos, le cambiaron el nombre y su partida de nacimiento. Con esta documentación, María Celeste hizo cambiar toda su historia personal. Desde los certificados de estudios hasta su nombre laboral, tarjetas de crédito, etc.
 
Frente a esta situación, tomo contacto con la Lic. Paván, quien me recibe en su consultorio e intenta convencerme que mi hija es un transexual. Sus explicaciones fueron profesionalmente muy débiles. Sin mayores estudios y con escasas entrevistas, la Lic. Paván llegó a la conclusión que María Celeste era un hombre en un cuerpo de mujer, dado que le molestaban sus pechos y el color de su piel.
 
La Lic. Paván puso a disposición de mi hija todo el aparato legal de la CHA para que, en el caso que su Obra Social (DAS) rechazara financiar la cirugía de cambio de sexo, accionar judicialmente contra la cobertura de salud del Congreso de la Nación. Indudablemente, María Celeste estaba siendo manipulada por la secta CHA y todo su aparato de propaganda y presión política. Cabe destacar que, conversando con la gente allegada a la Obra Social, todos mis interlocutores admitieron tener pánico frente al accionar mediático y político de la secta CHA. Está claro que el actual gobierno apoya a esta secta por razones netamente electorales.
 
La Lic. Paván puso en contacto a mi hija con el Dr. Adrián Helien, Director del Programa de asistencia al transexual del Hospital Durand, a efectos de iniciar un tratamiento hormonal y fijar fecha de las cirugías de cambio de sexo.
 
Ante esto, me puse en contacto con el Dr. Helien, quien me recibió en su consultorio privado en la calle Pichincha 1141 Piso 4 Dto C (CABA). El Dr. Helien me afirmó que (extrañamente) no era necesario hacer tests sobre la presunta transexualidad, dado que bastaba un análisis del discurso de la paciente. Sin embargo, Helien le sugirió a mi hija que iba demasiado rápido en el proceso de cambio de sexo y que debía hacer terapia al menos por tres años más. Infortunadamente, mi hija rechaza automáticamente a cualquier profesional que ponga en duda su decisión tan apresurada. Asimismo, Helien me afirmó que desconoce todos los manejos que está haciendo la secta CHA.
 
Mientras tanto, consulté al Prof. Dr. Enrique Kuper, uno de los profesionales con más experiencia y conocimiento de la Argentina en esta temática. El médico le solicitó a la Lic. Paván que por favor le enviara un informe sobre lo actuado con mi hija, pero la Lic. Paván se negó, aduciendo que nadie podía dudar de su capacidad profesional. Le rogué a mi hija que consultara a este eminente psiquiatra, pero se negó, sospechando que esa opinión profesional iba a ir en contra de sus deseos.
 
Dado que Helien se niega a darle curso urgente al permiso de cirugía, la secta CHA contactó a mi hija con el urólogo César Fidalgo, del Hospital Gutierrez de La Plata. Fidalgo me atendió amablemente por teléfono y adujo que legalmente estaba obligado a realizar la cirugía, aún en el caso de no tener el aval de una junta de psiquiatras.
 
El Dr. Helien también me afirmó que mi hija había abandonado el programa de atención al transexual del Hospital Durand sin su conocimiento. Subrayó que no sabía que la CHA había actuado solitariamente para conseguirle a mi hija una cirugía con el Dr. Fidalgo, pese a una opinión psiquiátrica en contrario.
 
En conclusión,
 
Mi hija tiene un trastorno de personalidad, producto de la muerte de su padre y en su estado de debilidad, está siendo manipulada por la secta CHA, liderada por la Lic. Paván, que tampoco admite interconsultas con otros profesionales, lo cual demuestra un desprecio absoluto por la salud mental de María Celeste.
 
Me temo que la secta CHA está usando a mi hija como leading case para presionar a todas las obras sociales para que financien las cirugías de cambio de sexo, aún ante opiniones en contrario de diversos profesionales.
 
La CHA hoy es una secta que no admite ópticas distintas y utiliza el poder otorgado por las autoridades políticas de turno para llevar adelante su accionar político.
 

Gabriela Constanza Ferrazzano
DNI 20.861.248
 
 
Gabriela Ferrazzano | El Ojo Digital Sociedad