INTERNACIONALES: LISA CURTIS

Seguridad internacional: hacer frente al nuevo terrorismo implica definirlo

La manera que emplea el presidente estadounidense para hablar sobre el terrorismo es de gran importancia...

25 de Agosto de 2013
La manera que emplea el presidente estadounidense para hablar sobre el terrorismo es de gran importancia. Como lo expusiera recientemente el presidente del Comité de Seguridad Interior de la Cámara de Representantes estadounidense, el representante Michael McCaul (Republicano, por Texas), "Los grandes líderes no les dicen a sus electores lo que quieren oír; les dicen lo que necesitan saber (...) El pueblo estadounidense merece poder tomar decisiones bien fundamentadas, y que no se les oculten las verdaderas amenazas ni minimizar nuestros verdaderos empeños por combatirlas".
 
Hace dos años, la Fundación Heritage publicó un informe intitulado "Una estrategia antiterrorista para la próxima ola", que resaltaba la necesidad de impedir la aparición de una insurgencia islamista de alcance global. El informe pareció alarmista para quienes creían que la muerte de Osama bin Laden conduciría a la destrucción de al-Qaeda. Pero, dada la creciente confianza de al-Qaeda en sus organizaciones filiales presentes en todo Medio Oriente y el norte de Africa para llevar a cabo su agenda de actos violentos, así como sus iniciativas para sacar provecho de las transiciones democráticas del mundo árabe, hoy queda claro que, en realidad, el mundo está ingresando en una segunda fase del terrorismo global inspirado por al-Qaeda.
 
La Administración Obama ha hecho un trabajo lamentable al momento de explicar al público estadounidense la evolución de la amenaza terrorista. Por lo que, de forma coherente, el presidente ha retratado a al-Qaeda como una organización "moribunda" y a la amenaza del terrorismo como "en retroceso". El empeño de la Administración tendiente a minimizar la amenaza del terrorismo global es incongruentes con el alerta terrorista emitida a principios de este mes que cerró cerca de veinte delegaciones diplomáticas de Estados Unidos en Medio Oriente y Africa del norte.
 
En una conferencia celebrada recientemente por la Fundación por la Defensa de las Democracias (FDD), numerosos expertos en seguridad nacional pusieron el foco en cómo la Administración Obama ha anunciado prematuramente la muerte de al-Qaeda. El analista asociado de la FDD Tom Joscelyn argumentó que al-Qaeda ha demostrado los recursos con los que cuenta y con los que ha alcanzado sus objetivos gracias a sus socios en Irak, Malí, Siria y Yemén. E indicó que los líderes de la organización no son sólo terroristas, sino que también son "revolucionarios políticos" que anhelan el poder en todo Medio Oriente.
 
Joscelyn argumentó, además, que, incluso aunque puede que la marca al-Qaeda no sea especialmente popular en el mundo musulmán, la ideología del grupo continúa representando una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y que, por tanto, debe ser contrarrestada de forma activa. Por otro lado, el analista de seguridad nacional del Daily Beast y Newsweek, Eli Lake, argumentó que al-Qaeda fracasará por sí sola, dada la falta de respaldo entre los musulmanes a causa de su ideología.
 
El eco de la ideología de al-Qaeda en el mundo musulmán y el hecho de que ésta deba contrarrestarse de forma activa por parte de Estados Unidos son cuestiones muy importantes. A la hora de cumplimentar su labor con miras a desbaratar las amenazas terroristas, los responsables de seguridad de Estados Unidos deben continuar previendo y pensando los escenarios desde un enfoque estratégico.
 
El presidente de la FDD, Cliff May, observó en la conferencia la importancia del modo en el que la Administración elige encuadrar la amenaza del terrorismo en sus declaraciones públicas. No definir apropiadamente esta amenaza conducirá al fracaso en la puesta en marcha de la respuesta política adecuada.
 
May enfatizó la necesidad de que la Administración Obama deslegitime y desacredite de manera activa la ideología de al-Qaeda. Comparó la situación de al-Qaeda y Medio Oriente con las decisiones que se tomaron antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando Winston Churchill y Franklin Roosevelt adoptaron la estrategia de destruir y derrotar la ideología que encarnaba la Alemania nazi.
 
No cabe duda de que las políticas de actuación que se han seguido a nivel nacional y en el extranjero por parte de las Administraciones Obama y George Bush han ayudado a prevenir un segundo atentado terrorista al estilo del 11 de septiembre. Pero el excesivo énfasis que ha puesto la Administración Obama en las victorias frente a al-Qaeda es innecesario a la par que perjudicial, cuando se considera el objetivo de ir por delante de la evolución del tipo de amenaza que supone esta organización terrorista.
 
Lisa Curtis | Heritage Libertad, The Heritage Foundation