ECONOMIA INTERNACIONAL: ADRIAN RAVIER

La Argentina sufre de inconsistencia temporal

Es significativo el número de economistas que han llamado la atención acerca del cortoplacismo de las políticas económicas que se vienen aplicando en la Argentina...

29 de Junio de 2013

Adrián Ravier es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y profesor de Macroeconomía en la Universidad Francisco Marroquín.

Es significativo el número de economistas que han llamado la atención acerca del cortoplacismo que hace a las políticas económicas que se vienen aplicando en la Argentina, y la preocupación que se abre en el entorno político y económico para el mediano y largo plazo. Técnicamente, podemos definir este problema como inconsistencia temporal. En la política y en la economía, se trata de aquella situación en la que el gobierno dispone de incentivos para abandonar un plan óptimo de largo plazo, reoptimizando constantemente sus políticas. Como su nombre lo indica, cada reoptimización es óptima en cada momento del tiempo, pero no lo es desde el punto de vista del plan original a largo plazo y, por lo tanto, da lugar a resultados subóptimos o inferiores. De esta manera, la ausencia de una política de largo plazo y el interés del gobierno por reoptimizar sus políticas durante períodos cortos de tiempo conduce a la Argentina a empeorar su situación de largo plazo.

Para ilustrarlo en términos más sencillos, podemos recordar aquella historia de Homero, el poeta de la Antigua Grecia, sobre Ulises y las sirenas. Ulises había escuchado que las sirenas seducían a los marineros de las embarcaciones con sus cantos para matarlos después. Si analizáramos la situación, el plan óptimo de los marineros sería navegar cerca de las sirenas, escuchar su bello canto, pero alejarse lo suficientemente pronto para evitar la muerte. Pero, dado que Ulises conocía el fin de la historia, se da cuenta que la política óptima sufre de inconsistencia temporal. Ulises halla una solución al problema: urge a sus compañeros a que lo aten a un mástil y que, sin importar lo que suceda, cualquier orden posterior sea ignorada. Si bien no es óptima -pues el protagonista se perderá el bello canto de las sirenas-, esta solución le permitirá a los tripulantes mantenerse alejados del peligro, poniendo a salvo su nave y a su tripulación.

Cuando la embarcación transitó frente a las sirenas, efectivamente Ulises exigió a sus hombres que lo soltaran y llevaran la embarcación hacia ellas. Pero sus hombres respetaron el plan original, ignoraron la orden y salvaron sus vidas, la de Ulises y la embarcación.

La moraleja de esta historia frente a la política económica argentina es clara. Se necesitan reglas que impidan al gobierno verse seducido por el canto del pueblo.

El pensador clásico John Stuart Mill señaló que “la voluntad del pueblo no necesita control si es el pueblo el que decide”. Sin embargo, Friedrich Hayek, premio Nobel de Economía de 1974, advirtió el error de aquella afirmación. Hayek comprendió muy claramente que en la actualidad la voluntad de la mayoría ya no determina lo que el gobierno hace, sino que el gobierno se ve forzado a satisfacer todo tipo de intereses especiales para lograr la mayoría. James M. Buchanan agregaría, tiempo más tarde que, dado que los beneficios se concentran en pequeños grupos y los costos se dispersan en un gran número de personas, los primeros tienen incentivos para reclamar el beneficio de ciertas partidas presupuestarias, pero los segundos no tienen incentivos para invertir tiempo en oponerse.

La Argentina necesita instituciones. Necesita reglas. Necesita de una Constitución Nacional que determine ex-ante lo que el gobierno puede o no puede hacer. De otro modo, la embarcación volverá a estrellarse.

Este artículo fue publicado originalmente en Economía para todos (Argentina) el 27 de junio de 2013.

 

Adrián Ravier | The Cato Institute, sitio web en español; publicado en la web Economía Para Todos