INTERNACIONALES: ROGER NORIEGA

Venezuela: la máquina electoral cubanochavista. El fraude que dio la victoria a Nicolás Maduro

Apenas comienzan a conocerse los hechos detrás de la "victoria" manufacturada de Nicolás Maduro del 14 de abril, su legitimidad y su capacidad para gobernar se verán diezmadas...

11 de May de 2013

Apenas comienzan a conocerse los hechos detrás de la "victoria" manufacturada de Nicolás Maduro del 14 de abril, su legitimidad y su capacidad para gobernar se verán diezmadas. Cantidades de resmas con documentos confidenciales oficiales obtenidos de fuentes venezolanas revelan la existencia de una maquinaria política sofisticada -desarrollada y administrada por consejeros cubanos- que dota a los jefes del partido chavista una ventaja injusta a la hora de movilizar a sus votantes y de manipular los resultados de los comicios.

Este complejo sistema fue creado a lo largo de los últimos años, bajo la dirección de consejeros de Cuba, y en cooperación con venezolanos de línea dura Raciel García Ceballosasociados con el "Frente Francisco de Miranda", y administrado desde el terreno por una base de datos operada en Pinar del Río, Cuba. El equipo electoral cubano está encabezado por Raciel García Ceballos, que visita Venezuela con rigor semanal. A continuación, se explica el detalle del funcionamiento del sistema ingeniado por los cubanos (interamericansecuritywatch.com/wp-content/uploads/2013/05/Minutas.pdf):

Empleando información oficial provista exclusivamente para el uso del partido chavista por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), una base de datos fue desarrollada con referencias cruzadas entre la lista de 18.9 millones de venezolanos en condiciones de votar y los más de diez millones de ciudadanos de ese país que dependen del gobierno para mantener empleos estatales, vivienda, alimentos, seguro de salud, etcétera, entre los numerosos programas de ayuda social.

La información fue ordenada a criterio de identificar a la base central chavista (un aproximado de 5.2 millones de votantes) y a aquellos cuya lealtad depende de ayuda gubernamental (2.7 millones). El último grupo ha sido objetivo del equipo de movilización chavista, que puede interferir la base de datos para hallar dónde reside cada persona, dónde trabaja, y dónde vota. Trabajando en connivencia con la Comisión Nacional Electoral, la maquinaria chavista ha identificado a un aproxmado de 3.400 de entre los 13 mil sitios para sufragar, que concentran los esfuerzos de movilización de sus votantes. La CNE asigna miembros bien entrenados del Frente Miranda para asistir, no ya como observadores sino como funcionarios a cargo de la elección, al objetivo del proceso del voto en esos centros bajo vigilancia.

Aún antes de que los primeros votos fueran conocidos en la elección del 14 de abril, las autoridades electorales chavistas comenzaron a suprimir el resultado, a través de la reasignación arbitraria de residentes en los puntos fuertes de la oposición hacia centros de votación alejados de sus hogares; las estimaciones reflejan que una cifra cercana al 1.2 millón de votantes acusó el impacto de esta táctica en octubre de 2012.

El día del comicio, miles de operativos chavistas con alto entrenamiento rastrearon y reportaron los resultados de la votación por vía de mensajes de texto (SMS) -entregando a los líderes del partido [PSUV] la información que precisaban para determinar en qué distritos su espacio no devolvía los resultados esperados (esta red incluso permite al equipo chavista conocer qué sitios de votación se encuentran desatendidos por los observadores de la oposición).

Si un distrito específico exhibe resultados contrarios a los esperados por los militantes chavistas, el centro de comando -basándose en un servidor de Cristina Kirchner y Nicolás Maduroordenadores denominado "Roque 2"- genera información detallada de contacto sobre aquellos votantes que, siendo objetivos, aún deben presentarse a su sitio de votación respectivo. El votante ausente es contactado por vía telefónica, y vehículos militares u oficiales son despachados a su domicilio para transportarlo al sitio donde deberá emitir su voto.

El pasado 14 de abril, todo se encontraba listo para asegurar una victoria electoral chavista, tal como sucedió en octubre. No obstante, la maquinaria no pudo compensar los fallos de Nicolás Maduro para apelar a su base de votantes. Así las cosas, el sistema detectó una derrota inminente, justo a tiempo para alterar el voto; ello se llevaría a cabo en sitios de votación donde se conocía de antemano que los observadores opositores estarían ausentes.

Es sugestivo que, desde la noche de la elección, la CNE evitó reportar en su sitio web las tendencias en cada distrito. Sin embargo, los observadores de la oposición recogieron actas de, al menos, el 60% de los centros de votación, incluyendo algunos que mostraban una caída de entre el 15 y el 30% en los resultados de los bastiones chavistas, al comparárselos con la última elección. Los informes que citan que el aspirante de la oposición, Henrique Capriles Radonski, ganó en algunos de los vecindarios más pobres del país, sugieren que Maduro fue derrotado ruidosamente.

La CNE no perdió tiempo en rechazar los reclamos de Capriles Radonski, en el sentido de que las papeletas debían ser recontadas. Militares uniformados comenzaron a incendiar material de votación y a disparar y a atacar a ciudadanos que se manifestaban pacíficamente. El presidente de la Asamblea Nacional [Diosdado Cabello] silenció a miembros de la oposición y se apresuró para juramentar a Maduro.

En los días que siguieron al comicio, Capriles Radonski canceló, abruptamente, una demostración de votantes de la oposición en las calles porque se le advirtió que los chavistas insertarían infiltrados para incitar al enfrentamiento y, así, conseguir un pretexto para la represión.

Al construir una sólida performance de campaña, el frío modo en que Capriles Radonski administró la crisis post-electoral contrasta agudamente con la retórica polarizante de Nicolás Maduro y la violenta represión de que el gobierno echó mano. Conforme la evidencia relativa al fraude y a la interferencia cubana comienza a hacerse pública, la falta de legitimidad y la incompetencia de Maduro podría hacerle imposible administrar los numerosos problemas económicos y de seguridad en el país.

Incluso los propios chavistas -muchos de los cuales se han visto molestos por la mano dura empleada por La Habana durante la administración de la sucesión de Chávez- podrían mirar a Capriles Radonski como el hombre que los venezolanos eligieron para rescatar al país.

 

* El autor, Roger F. Noriega, es analista invitado en el American Enterprise Institute (AEI). Ha servido como Secretario Adjunto del Departamento de Estado para Asuntos Hemisféricos y como embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA) durante la Administración de George W. Bush.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Link al artículo original en inglés (The Miami Herald): http://www.miamiherald.com/2013/05/05/v-fullstory/3381857/venezuelas-cubanochavista-electoral.html

 

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Por Roger Noriega -American Entreprise Institute (AEI)-. Publicado originalmente en The Miami Herald. Link original