INTERNACIONALES: LIC. SANTIAGO PEREZ

Río de Janeiro: Manhattan brasileña

Eventos internacionales, crecimiento económico, boom petrolero y precios de inmuebles por las nubes. Transformaciones en la fisonómica carioca, el problema de la inseguridad y el futuro de Rio luego de los Juegos Olímpicos.

16 de Abril de 2013

No caben dudas de que Rio de Janeiro ha ingresado definitivamente en el circuito internacional. Durante junio, será sede del partido final de la Copa de las Confederaciones FIFA y, en julio, de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que contará con la visita del flamante Papa Francisco. Se espera que Twitter, Lic. Santiago Pérezel evento convoque a más de 3 millones de fieles de todo el mundo. Pero esto es solo el comienzo. En 2014, Rio recibirá la Copa del Mundo de Fútbol FIFA y, para muchos, el broche de oro: en 2016, será la primara ciudad en la historia de América del Sur en organizar los Juegos Olímpicos, acaso la máxima cita del deporte internacional.

Por supuesto que esta lluvia de eventos, sumado al buen momento económico por el que atraviesa Brasil, comienza a generar cambios en la fisonomía de la ciudad. La extensión de las líneas de subterráneo integra a nuevos barrios a la red y la construcción del TransCarioca, un sistema de transporte de estilo Bus Rapid Transit, permitirá un fácil acceso tanto al Aeropuerto Internacional de Galeao como a otros sectores anteriormente desconectados.

Pero, en lo que respecta al día a día de los locales es, quizás, la política de seguridad la medida de gobierno que más ha afectado Manhattan Tower, Rio de Janeiro(positivamente) sus vidas. Rio de Janeiro es conocida internacionalmente como la Ciudad Maravillosa (Cidade Maravilhosa). Apodo bien merecido por las bellezas naturales que la rodean, sus hermosas playas, selváticos morros, calidez de su gente e intensa vida diurna y nocturna. La contrapartida de todas estas virtudes era, efectivamente, el problema de la violencia. Las calles de Rio no solo padecían la delincuencia común, sino también las consecuencias de las virtuales 'guerras' entre grupos narcos que se disputaban a punta de pistola sitios estratégicos de venta de drogas. Afortunadamente, desde que el gobierno diera inicio al proceso de recuperación y posterior pacificación de las favelas, la situación ha mejorado. El accionar gubernamental ha permitido desplazar a los capos narcos del control de estas comunidades, transformándolas en lugares más seguros tanto para la población que allí reside como para la cotidianeidad de los barrios que las circundan. La seguridad urbana ha experimentado una sensible mejoría. No es casualidad que las políticas en la materia tanto del gobernador del estado (Sérgio Cabral) como del intendente de la ciudad (Eduardo Paes) gocen de una amplia aceptación popular.

Los factores hasta aquí citados, sumados al atractivo intrínseco de la ciudad y a la bonanza económica brasileña de los últimos años, han derivado en un radical incremento en el precio de las propiedades. El valor del metro cuadrado en la Zona Sur de Rio, principalmente en los barrios de Copacabana, Gávea, Ipanema, Jardim Botânico, Lagoa, Leblon, Leme y Urca alcanza -y en casos supera- los precios de las grandes capitales del mundo desarrollado. Según una investigación de la revista Forbes, si bien durante 2012 los inmuebles se apreciaron un 4% promedio a nivel mundial, en Rio lo hicieron en un 13%. The New York Times realizó un relevamiento sobre la evolución de los precios en los últimos cuatro años. El valor de un departamento de cuatro habitaciones en el exclusivo barrio de Ipanema se multiplicó por seis en el período 2008-2012, alcanzando un valor aproximado de 2.5 millones de dólares. Los precios también tienden a la suba debido a un factor espacial. La accidentada geografía carioca hace que la ciudad se encuentre 'atrapada' entre el mar, lagunas y montañas, los cuales limitan la superficie edificable. En otras palabras, la ciudad ya no tiene lugar para donde crecer.

Al mismo tiempo, el hallazgo de grandes reservas de petróleo en el subsuelo marino de las costas del Estado de Rio de Janeiro repercute sobe la valuación de los inmuebles. Las importantes inversiones en exploración off-shore han traído a empresas y ejecutivos internacionales a la ciudad, elevando la temperatura del ya recalentado mercado inmobiliario.

Esta realidad está comenzando a desplazar a sectores medios que solían residir en los mencionados barrios a aéreas más alejados. Los costos de adquirir o alquilar un departamento se han tornado prohibitivos. Es válida la comparación con Nueva York, donde Manhattan está reservada para quienes ostentan un elevado poder adquisitivo. Es común que sectores medios residan en Queens, New Jersey, Long Island o Brooklyn y se desplacen diariamente a trabajar o estudiar en la gran manzana. Es así que la Zona Sur de Rio, en donde se encuentran las más hermosas playas, los más agradables restaurantes y hoteles, los servicios públicos y privados de calidad y en donde la inseguridad es un problema menor, se ha transformado en el Manhattan de Brasil. Vivir en estos barrios es cada vez más un privilegio de pocos.


Y, ¿qué hay después de los Juegos Olímpicos?

Los JJ.OO. de 2016 serán el último de la seguidilla de eventos que albergará la ciudad. Una vez éstos hayan finalizado, la vida carioca volverá a ser la misma de antes, sin tanta atención internacional. Los locales suelen preguntarse si las mejoras obtenidas serán sustentables una vez que los ojos del mundo ya no están depositados en Rio. El principal temor radica justamente en la cuestión de la seguridad y si la política de pacificación y lucha contra las organizaciones vinculadas al narcotráfico se mantendrá. No hace mucho solo un 'capo' narco tenía el poder de cerrar todos los comercios de la ciudad y sembrar un pánico absoluto en la población. Unos pocos años atrás, el gobierno municipal no tenía el control de distintos puntos de su propia jurisdicción (inclusive dentro de la Zona Sur) los cuales eran gobernados de facto por líderes del tráfico de drogas.

Si las conquistas no lograran mantenerse en el tiempo, no sería de extrañar que el interés por los inmuebles en Rio disminuya y, con él, sus precios. Asimismo, subsisten interrogantes respecto del futuro económico de Brasil. Si el crecimiento se redujera, también lo haría la demanda de propiedades. Lo que sucederá o dejará de suceder en relación estos factores más allá del 2016 determinará si la Manhattanización de Rio se trata de un proceso coyuntural o, simplemente, estructural.


* El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales; es colaborador de numerosos medios en América Latina, e incluso ha hecho apariciones en NTN24 (Colombia) y TeleSur (Venezuela)

 

Lic. Santiago Pérez | El Ojo Digital Internacionales