Polonia, oasis en la Unión Europea: cómo construir un país exitoso

A lo largo de los últimos siete años, Polonia ha logrado convertirse en el protagonista obligado en el concierto europeo. Sus estadísticas macroeconómicas así lo reflejan: el crecimiento acumulado de su PBI supera holgadamente los veinte puntos porcentuales en el período 2007-2012 (incluso durante lo peor de la crisis). Lejos de ser caprichosas, las cifras ganan relevancia, en virtud de que la Eurozona padece una contracción económica de importancia: estos desbarajustes quedan fielmente expuestos en el proceso recesivo que aqueja a casi la totalidad de las naciones del bloque y que -entre otras variables- cobra fuerza en el elevado desempleo promedio (de entre el 15 y el 20%). Este tampoco es el caso de los polacos, cuya cifra de desempleados apenas roza los diez puntos, y que han sabido anticiparse a los actuales malos tiempos de la mano de un proceso obligado de reformas que dio inicio en la década del noventa. Esta serie de iniciativas observaron un doble objetivo: por un lado, reconvertir la devastada economía legada por el destructivo sistema comunista en una capitalista y productiva y, en segundo orden, cumplir con las exigencias planteadas para ingresar en la zona euro.

En tal sentido, Polonia se convierte en una suerte de paradoja para los críticos de las políticas liberales: las reformas pro-mercado convirtieron a la nación en un oasis, en apenas algo más de dos décadas. Es que, acostumbrados a la reconstrucción, los ciudadanos polacos no solo debieron -en su oportunidad- renacer de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial; la reconversión de la economía desde el improductivo comunismo hacia una vibrante economía capitalista y que hoy es modelo ha sobrevenido con un precio: hoy día, los polacos son quienes más horas dedican a su trabajo, solo después de sus pares en Corea del Sur. La productividad es la estrella en la economía, y este factor ha permitido llevar las exportaciones del país a casi US$ 200 mil millones durante el pasado 2012; el déficit comercial no solo es ostensiblemente bajo, sino que incluso puede ser tomado por buena noticia, conforme las importaciones mayormente se componen de bienes de producción y no de consumo. Cae -por propio peso- otro viejo eslogan; aquel que rezaba que "todo déficit comercial es malo". Tampoco es éste el caso.

De ser un país con una economía fundamentalmente rural en tiempos del comunismo, hoy Polonia produce maquinaria industrial, vehículos, productos químicos y derivados. En simultáneo, el sector de servicios se ha convertido en el más pujante, representando más del 60% del PBI. Su joven mercado de valores se esgrime en todo un símbolo: el edificio que empleaba hasta el año 2000 había sido, antiguamente, la sede del partido comunista local. En 1991, la sala listaba menos de una decena de compañías; hoy, las firmas que cotizan son más de trescientas. Incluso su mercado secundario -similar al NASDAQ estadounidense- ha compartido un remarcable progreso: en él, el sector informático es vedette.

Pero Polonia no solo ha escapado a los problemas que padece hoy la Eurozona debido a la alta productividad de su mano de obra; será necesario decir que el control del déficit fiscal se encuentra debidamente tipificado en la constitución del país. A diferencia de otras naciones del bloque, que hoy se notifican del error de haber resignado gran parte de sus decisiones en manos de Bruselas, sede del parlamento europeo.

Las bondades económicas de Polonia fueron repasadas en ocasión de la reciente conferencia brindada por la Vicecanciller Beata Stelmach -de reciente paso por nuestro país- en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Stelmach arribó a la Argentina acompañada de una comitiva de empresarios de su país, con la meta de multiplicar las oportunidades de negocios entre firmas locales y polacas. Por supuesto, la funcionaria inauguró su ponencia felicitando "al pueblo argentino por el reciente nombramiento de Jorge Bergoglio como jefe de la Iglesia Católica" (...) "Nuestro papa [Juan Pablo II, Karol Wojtyla, polaco] ayudó mucho a Polonia a liberarnos del comunismo y a convertir a nuestra nación en una democrática". Destacó también otras coincidencias con nuestro país, como ser la población (en el caso polaco, es de 38 millones) y la necesidad de magnificar el alcance de las relaciones comerciales: "Nuestras exportaciones, por ejemplo, a América Latina han crecido en un 17%, demostrando que existe un gran potencial, y por eso hemos venido (...) El intercambio con la Argentina, por el momento cercano a los US$ mil millones, debería ser mucho mayor, especialmente teniendo en cuenta el tamaño y la potencialidad de nuestras naciones. El intercambio sigue siendo pequeño".

Otros comentarios compartidos por la Vicecanciller al público presente:

* "¿Por qué invertir en Polonia? Nos encontramos en el centro de Europa, somos miembros de la Unión Europea, y exhibimos una posición estratégica en el continente. Desde hace 23 años, jamás hemos tenido recesión. Todo mundo en las calles de nuestras ciudades sabe de qué se trata la crisis, pero jamás la han vivido en todo este tiempo. La capacitación de los ingenieros polacos es muy conocida y, al mismo tiempo, los costos de producción se encuentran entre los más bajos del continente; lo cual da como resultado una alta productividad. Polonia es un buen lugar para instalar fábricas o polos productivos (...) Hemos transformado a la sociedad y la economía en libres; por ello, también nuestro país es el sitio idóneo para el inversor extranjero".

* "La razón para el crecimiento contínuo de nuestro Producto Bruto se debe a los bajos costos de producción. Otro de los pilares para este logro es nuestro importante mercado interno: la sociedad es muy demandante, sobre todo a criterio de mantenerse a la par del resto de Europa, y esto resulta en una motivación (...) La alta productividad y las exportaciones han sido y son claves para mantener ese crecimiento de nuestra economía (...)

* "Varsovia es el centro financiero obligado para Europa Central y Europa del Este hoy día; lograr este objetivo ha sido grandioso para nosotros (...) Hemos hecho de Polonia un sitio ideal para la instalación de firmas extranjeras"

Del evento llevado a cabo en la bolsa de valores porteña participaron también el Embajador de la República de Polonia en la Argentina, Jacek Bazański, Ricardo Wachowicz (presidente de la flamante Cámara de Comercio Empresaria Argentino-Polaca), y una amplia comitiva de empresarios; en ella, destacaron directivos de PKN Orlen y Grupa Lotos (petróleo y derivados), y BGK (Bank Gospodarstwa Krajowego, banco estatal del país que financia a empresarios con intenciones de exportar al mundo). Referentes de firmas del sector minero, de productos médicos, alimentación y construcción también dieron el presente.

La Vicecanciller Stellmach continuaba con su visita a la Argentina este miércoles, en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA).

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Información complementaria

- Embajada de la República de Polonia en la Argentina; links, información para intercambio económico y contacto: http://buenosaires.msz.gov.pl/es/
- Fotos del evento en http://buenosaires.msz.gov.pl/es/p/buenosaires_ar_a_es/actualidades/seminario_economico_polaco___argentino
- Acerca de la Cámara de Comercio Argentino-polaca: http://www.upranet.com.ar/_esp/?p=1264
- Enlace directo a la Cámara de Comercio Argentino-polaca (Español, English, Polski): http://www.camarapolaca.com.ar/
- Portal oficial de promoción de la República de Polonia (en español): http://es.poland.gov.pl/