ESTADOS UNIDOS: HELLE C. DALE

John Kerry: un diplomático no muy diplomático

En su primer gira internacional a Europa y Medio Oriente, John Kerry ha sido noticia con cada uno de sus comentarios, algo que no hacen sino reafirmar que su nominación fue una elección cuestionable del presidente estadounidense Barack Obama.

03 de Marzo de 2013

En su primer gira internacional a Europa y Medio Oriente, John Kerry ha sido noticia con cada uno de sus comentarios, algo que no hacen sino reafirmar que su nominación fue una elección cuestionable del presidente estadounidense Barack Obama.

Hace pocos días, en París, el secretario de Estado Kerry expresó que Irán tiene un gobierno al que tenemos que respetar. "Irán es un país con un gobierno que fue elegido y que se sienta en las Naciones Unidas", comentó Kerry. Agregó: "Y, para nosotros, es importante tratar con los estados-nación de un modo que actúe en beneficio de los intereses de todos en el mundo".

Esta es la postura clásica de la Administración Obama pero, en rigor, la declaración de Kerry va incluso en contra del propio informe sobre derechos John Kerry, Secretario de Estado de EE.UU.humanos en Irán desarrollado por el Departamento de Defensa; éste -en 2010- afirmaba que "Mahmud Ahmadineyad, miembro del partido político Alianza de Constructores, fue reelegido como presidente en junio de 2009 en elecciones multipartidistas que, en general, no se consideraron ni libres ni justas. Se produjeron numerosos casos en los que elementos de las fuerzas de seguridad actuaron independientemente del control civil".

Considérese, por ejemplo, la grave situación de los periodistas iraníes que se encuentran actualmente encarcelados y acosados por su propio gobierno como medida preventiva ante las elecciones de este verano. O la grave situación de los cientos de miles de manifestantes del Movimiento Verde, que tomaron las calles de Teherán tras las corruptas elecciones presidenciales de junio de 2009. Encarcelados, exiliados o asesinados, los activistas del Movimiento Verde han pagado un alto precio por sus exigencias de tener un gobierno realmente elegido por el pueblo de Irán.

Pero éste no es el primer comentario de Kerry que provoca que más de uno arquee las cejas ante las consecuencias del viaje inaugural del máximo diplomático de Estados Unidos. El martes en Berlín, en ocasión de dirigirse a una audiencia conformada por estudiantes, Kerry les regaló un ambiguo cumplido a los Padres Fundadores de Estados Unidos, mostrándose incapaz de expresar su respaldo a la Primera Enmienda sin insultar a sus compatriotas. Pero, tratándose del principal responsable de la diplomacia pública de la nación (a cargo de explicar al mundo Estados Unidos y sus valores), sus palabras resultaron particularmente inapropiadas.

"A veces, la gente se ha preguntado por qué nuestra Corte Suprema permite que un grupo u otro marche en una manifestación aunque sea por la cosa más provocadora del mundo y porten símbolos que son un insulto para un grupo u otro", comentó Kerry. "La razón es que eso es libertad, libertad de expresión. En Estados Unidos se tiene el derecho a ser estúpido, si alguien quiere serlo". Esa frase arrancó las risas de su audiencia alemana, pero llamar 'estúpidos' a sus compatriotas hará poco por fomentar el respeto a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero.

Y el lunes próximo-pasado -en Londres-, Kerry dijo a los presentes en la embajada de Estados Unidos que se siente como un "ciudadano del mundo", al haber crecido en el seno de una familia de diplomáticos que se trasladaba de un cargo internacional a otro. De hecho, Kerry alardeó de que su educación le había dado un entendimiento único y exhortó a su embajada a que se sintiera de la misma manera.

La pericia en los asuntos internacionales es esencial para un Secretario de Estado americano, pero también lo es la pasión por los valores de su país, la Constitución de Estados Unidos y la lealtad a sus compatriotas. Desafortunadamente, los comentarios de John Kerry dejan dudas en relación a ambos aspectos.

 

Helle C. Dale | Heritage Libertad, The Heritage Foundation