INTERNACIONALES: MACARIO SCHETTINO

Industria petrolera: México y una revolución que se va

Lo sabe porque lo hemos comentado en estas páginas desde hace buen rato, y hemos hablado del gas de lutitas (shale gas) o del petróleo de esquisto (shale oil) o -como se dice en general- petróleo y gas no convencionales.

28 de Febrero de 2013

Macario Schettino es profesor de la División de Humanidades y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, en la ciudad de México y colaborador editorial y financiero de El Universal (México).

Lo sabe porque lo hemos comentado en estas páginas desde hace buen rato, y hemos hablado del gas de lutitas (shale gas) o del petróleo de esquisto (shale oil) o -como se dice en general- petróleo y gas no convencionales. La revolución, que hace un par de años era casi totalmente desconocida fuera de los especialistas, ya está en los titulares de los medios.

Y es que, en estos pocos años, en verdad se confirma que se trata de una revolución. Las técnicas de perforación horizontal y fractura hidráulica han permitido hacer viables las reservas de gas de lutitas, lo que significa que existe gas disponible para tres siglos, si seguimos consumiendo como hasta ahora. Eso no se sabía Méxicoantes de 2006, y todavía no quedaba claro en 2008. Por eso, en ese año, los precios de los energéticos se fueron a las nubes conforme las economías crecían: ya no había energía disponible, y eso significaba que se acabaría el crecimiento económico muy pronto.

La disponibilidad de energéticos que hoy tenemos en México es una garantía de que no se va a acabar el crecimiento; por el contrario. No es sólo en gas en donde hay un incremento significativo de producción. En petróleo, Estados Unidos y Canadá están incrementando su producción de forma muy importante, haciendo uso también de nuevas tecnologías que hacen económicamente factible el petróleo no convencional. La Agencia de Información de Energía de EE.UU. afirmaba hace unos meses que ese país superaría a Arabia Saudita en producción de petróleo para 2017. Pero los datos apuntan a que se equivocaron, y que a fines del año pasado ocurrió ese hecho. Mire Usted: en 2008, se producían en EE.UU. 8,5 millones de barriles diarios (mdb) de líquidos (no todo es petróleo, una parte es condensados, pero es lo mismo para todos los países). En ese mismo año, en Arabia Saudita se producían 10,8 mdb. Es una diferencia muy importante, pero que ha ido desapareciendo. En 2012 (los datos llegan a octubre, así que tomo noviembre 2011 a octubre 2012), Arabia Saudita ya producía 11,6 mdb, pero EE.UU. produjo 10,9 mdb. Es decir que Arabia Saudita incrementó su producción en casi un millón de barriles al día, EE.UU. lo hizo en 2,4 millones. Y si tomamos la información de los últimos meses de 2012, el asunto es increíble: en juli,o Arabia Saudita producía 900 mil barriles diarios más que EE.UU.; en agosto, eran 850 mil; para septiembre, eran 400 mil y, en octubre, fueron apenas 150 mil barriles diarios adicionales. Ya veremos noviembre y diciembre, pero no sorprendería que, en uno de esos meses, EE.UU. haya producido más petróleo que los árabes.

Indudablemente, la comparación es complicada. Arabia Saudita es el centro de la OPEP, y reduce o incrementa su producción en el ánimo de controlar el precio, de forma que lo que producen en un mes en particular, o incluso en un año determinado, no es tan significativo. Tienen margen para moverse. Por otro lado, Arabia Saudita exporta prácticamente todo lo que produce, mientras que EE.UU. sigue siendo un importador neto. Pero en esto también va avanzado EE.UU., que consumía 20 mbd de petróleo crudo, y ahora ha reducido ese consumo cerca de 18 mbd. Es decir que, si en la primera mitad de la década tenía un déficit de más de 10 mbd -la mitad de su consumo-, ahora, ese déficit ronda 6 mbd, que es la tercera parte del consumo.

Pero, al mismo tiempo, Canadá ha incrementado significativamente su producción. En el 2000, Canadá producía 2,7 mbd y consumía 2,1 mbd. En 2001 su consumo había subido a 2,2 mbd, pero su producción llegó a 4 mbd. Es decir que incrementó su capacidad de exportación en 200%, pasando de 600 mil a 1,8 mbd. Así que el déficit de EE.UU. es nada más de 4 mbd, si consideramos que todas las exportacinoes de Canadá llegan a ese país. Entre México y Venezuela aportan la mitad de esa cantidad, de forma que EE.UU. requiere sólo dos millones de barriles diarios de petróleo del resto del mundo. Esa cantidad llegará a cero muy rápido. La tasa de crecimiento en la producción de petróleo en Canadá es de 8% anual, y en EE.UU. es de 9%. Si esa tasa se mantiene nada más tres años, en 2015 entre ambos países producirán 20 mbd, justo lo que consumirán.

Es decir que EE.UU. y Canadá serán autosuficientes en producción de petróleo, y superavitarios en gas. Sin necesidad de México, serán una potencia energética, y más importante aún, no necesitarán invertir en cuidar las instalaciones petroleras de otros países, especialmente en Medio Oriente. Y no le estoy hablando de lo que ocurrirá en veinte años, sino en 2015, justo cuando Peña Nieto enfrentará la elección intermedia.

Mientras en esos países la producción de energía crece aceleradamente, la gran noticia en México es que la nuestra ya no está cayendo. En 2012, México produjo 2,5 mbd (sin condensados), lo mismo que en 2011. Casi la mitad de la producción viene de una región marítima, y la tercera parte de la producción total viene de un solo activo: Ku-Zapp-Maloob. Cantarell continúa su declinación, y dos de los mantos de KZM ya están en ese proceso. No se nos va a acabar el petróleo, pero es muy posible que para 2015, si las cosas siguen como van, tengamos ya muy poco para exportar. De hecho, se ha reducido el consumo interno a 1,3 mbd para poder mantener las exportaciones arribita de 1,2 mbd, y las importaciones de petrolíferos alcanzan ya 700 mil barriles diarios, de forma que nuestras exportaciones netas son de medio millón de barriles al día. No sé si llegan a 2015, pero aún si es así, somos marginales frente a nuestros socios del TLCAN.

La revolución energética es uno de los eventos más importantes en el futuro de la economía mundial. Nosotros, los mexicanos, nos estamos quedando fuera, no por falta de recursos naturales, sino por nuestra limitación mental. A ver si logramos salirnos de ella, antes de que sea demasiado tarde.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universal (México) el 26 de febrero de 2013.

 

Macario Schettino | The Cato Institute, sitio web en español