ESTADOS UNIDOS: HANS VON SPAJOVSKY

EE. UU. y el peligro de unas elecciones muy ajustadas

Con millones de americanos acudiendo hoy a depositar sus votos y las últimas encuestas mostrando todavía que estamos ante una contienda igualada, todos deberíamos esperar que cualquiera que sea el candidato vencedor de las elecciones presidenciales, lo haga con un margen decisivo e indiscutible.

06 de Noviembre de 2012

Con millones de americanos acudiendo hoy a depositar sus votos y las últimas encuestas mostrando todavía que estamos ante una contienda igualada, todos deberíamos esperar que cualquiera que sea el candidato vencedor de las elecciones presidenciales, lo haga con un margen decisivo e indiscutible. De otra manera, nos podríamos enfrentar a polémicos recuentos, a litigios sin precedentes y a un largo retraso para poder saber quién será nuestro próximo presidente.

Unas elecciones muy ajustadas suponen dos peligros. Uno de esos peligros fue expresado por la Corte Suprema en 2008 cuando ratificó la constitucionalidad de la ley de Identificación del Votante de Indiana. La Corte observó que Estados Unidos tiene una larga historia de fraude electoral, que había sido documentado por periodistas e historiadores y que dicho fraude “podría marcar la diferencia en unas elecciones ajustadas”.

Elecciones en Estados UnidosCuando recordamos que la contienda presidencial de 2008 se decidió por sólo 537 votos, no es difícil imaginar un escenario en el que algunos pudieran estar tentados a cometer un fraude electoral para ayudar a su candidato favorito, particularmente en algún estado en el que la contienda esté tan reñida como para poder decidir el vencedor. Esa inclinación a infringir la ley en pro de una ventaja política quedó definitivamente ilustrada en un reciente vídeo con cámara oculta en el que aparece el hijo de un congresista de Virginia contándole a un periodista encubierto cómo emitir votos fraudulentos en nombre de votantes registrados. John Fund y yo mismo ilustramos con otros ejemplos tal fraude en nuestro nuevo libro Who’s Counting? How Fraudsters and Bureaucrats Put Your Vote at Risk (¿Quién está haciendo el recuento? Cómo defraudadores y burócratas ponen en riesgo su voto).

El otro escenario problemático en unas elecciones muy ajustadas es la posible lucha en torno a los votos provisionales. Cuando el Congreso aprobó la ley de Ayuda al Voto en Estados Unidos de 2012, uno de los requisitos de la nueva ley era la posibilidad de emitir votos provisionales en todas las elecciones federales. El voto provisional se debe permitir a cualquier persona cuyo derecho a votar sea cuestionado o puesto en entredicho en las urnas. Estos votos se mantienen separados de los votos regulares emitidos por los votantes registrados. Luego, son examinados y revisados por los responsables electorales locales durante la semana posterior al día de las elecciones. Los responsables electorales investigan las circunstancias de cada caso y toman una decisión sobre si el votante realmente tenía derecho y estaba registrado para votar y si ese voto se debería contabilizar.

Los votos provisionales son un desarrollo beneficioso de la ley puesto que impiden que un votante pierda su derecho a votar si hay algún tipo de error administrativo por parte de los responsables estatales. Uno de los errores más comunes ocurre cuando una persona se registra para votar en una oficina estatal de concesión de permisos de manejar pero el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV) no remite el formulario de registro a los responsables electorales locales. En tales circunstancias, el voto provisional se debería contabilizar.

Pero no se tiene derecho a que se contabilice un voto provisional si se comete un error como votante, como cuando alguien tiene derecho a votar pero no se registra según los requisitos de la ley estatal. El Congreso no pensó en los votos provisionales como una táctica evasiva de los requisitos estatales de registro.

El número de votos provisionales emitidos en algunos estados rondan los cientos de miles. Si el número de votos provisionales de un estado excede del margen de victoria de uno de los candidatos, podría surgir un agrio enfrentamiento, especialmente si ese resultado pudiera decidir la presidencia. Es probable que tuviéramos a los abogados de ambos candidatos revisando (e impugnando) cada decisión tomada por los responsables electorales locales sobre cada voto provisional, de forma parecida a lo que sucedió con los votos de las tarjetas perforadas y el infame problema con los circulitos de cartón del año 2000 en Florida. Se podrían repetir unos litigios como los de Florida en torno a los votos provisionales de numerosos estados.

Esperemos que tengamos unas elecciones justas y tranquilas con un vencedor claro al final de la tarde, en vez de una larga lucha sobre el resultado de la que sólo sacarían provecho los abogados involucrados.

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org

Contenido Relacionado:

  1. Dinero sindical en las elecciones
  2. México: Elecciones que son de verdadera importancia
  3. ¿Cuál es el significado de estas elecciones para los hispanos?
Posted in Actualidad, Análisis, Constitucionalismo, Elecciones EE.UU. 2012, Estado de Derecho, Estudios, Featured, Gobierno de Estados Unidos, Historia de Estados Unidos, Opinión, Principios Fundacionales, Sociedad civil, Temas legales
 
Hans Von Spajovsky | Heritage Libertad, The Heritage Foundation