INTERNACIONALES: JAMES M. ROBERTS

La historia de la fragata argentina embargada

Ahora, es el receso de primavera en la Argentina y decenas de miles de manifestantes han tomado las calles para protestar por las políticas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner [el 16 de septiembre pasado].

26 de Octubre de 2012

Ahora, es el receso de primavera en la Argentina y decenas de miles de manifestantes han tomado las calles para protestar por las políticas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner [el 16 de septiembre pasado].

Los argentinos están molestos por el aumento del crimen, de la corrupción y por la prohibición virtual que su gobierno ha impuesto a la compra de moneda extranjera, en un intento por contener la creciente fuga de capitales inducida por el gasto descontrolado del gobierno y por la expropiación de empresas privadas. Miembros de la guardia costera [Prefectura Naval] y de las fuerzas armadas se han unido a los manifestantes, mientras los profesores han ido a la huelga para reclamar sus sueldos atrasados.

Y, como continuación de su campaña de provocación y acoso al Reino Unido por la cuestión de la soberanía de las Islas Malvinas, recientemente el gobierno de Fernández de Kirchner prohibió que los barcos británicos atracasen en puertos argentinos.

Sin embargo, el lugar donde está actualmente atracada la fragata ARA Libertad,-icono de la Armada argentina- es lo que simboliza perfectamente la tempestad política y económica que actualmente envuelve al estado argentino. La fragata fue embargada en Ghana el 2 de octubre.

Los trescientos miembros de la tripulación del navío han sido obligados a abandonar el barco y los altos cargos de la Armada, Defensa, Comercio y Exteriores de Argentina se están culpando unos a otros por esta humillación internacional, pese a que muchos de ellos eran conscientes de que si el barco atracaba en un puerto africano, podría verse sujeto a un embargo por parte de los denominados acreedores “resistentes”, que están demandando a la Argentina y tratando de recuperar parte de los $4,500 millones en bonos impagos que aún se les debe, por haber evitado afrontar masivamente su deuda nacional en 2001.

Sin embargo, según los informes de prensa aparecidos en diarios argentinos como Clarín y La Nación, la culpa real del fiasco debería recaer sobre Cecilia Nahón, una joven responsable del Ministerio de Exteriores que supuestamente propició el plan para una “Misión de Buena Voluntad” en Africa. Nahón es miembro de La Cámpora, la organización juvenil del Partido Peronista, fundada por el hijo de Fernández de Kirchner, Máximo Kirchner, en 2003.

Los miembros de La Cámpora tienen una influencia cada vez mayor y ya son vistos como un importante centro de poder dentro del gobierno, ocupando algo más de trescientos cargos dentro de este. Representan a la izquierda ideológica del Partido Justicialista (o Peronista) y son conocidos por su visión marxista que rehúye del sistema de libre mercado. El actual líder de La Cámpora, el viceministro de Economía Áxel Kicillof, es descrito por Reuters como el “cerebro izquierdista” que estuvo detrás de la nacionalización por parte del gobierno de YPF, una subsidiaria de la compañía privada española Repsol, a principios de este año

Para enderezar el rumbo del estado y devolverlo al camino correcto, la presidenta Fernández de Kirchner haría bien en poner algo de distancia entre ella y los ideólogos de La Cámpora, con el fin de poder normalizar sus inestables relaciones con la comunidad internacional.

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

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