ESTADOS UNIDOS: ERICKA ANDERSEN

Tiroteo en Fort Hood, Texas: fue terrorismo, no un episodio de "violencia laboral"

Tres años después de que un individuo relacionado con grupos islámicos radicales matara a doce personas mientras gritaba en árabe Allahu Akbar ("Dios es el más grande") en la base del Ejército de Fort Hood, Texas, el Departamento de Defensa de Estados Unidos aún rehúsa a denominarlo como acto de terrorismo.

24 de Octubre de 2012

Tres años después de que un individuo relacionado con grupos islámicos radicales matara a doce personas mientras gritaba en árabe Allahu Akbar ("Dios es el más grande") en la base del Ejército de Fort Hood, Texas, el Departamento de Defensa de Estados Unidos aún rehúsa a denominarlo como acto de terrorismo.

En cambio, el incidente está clasificado como un hecho de “violencia laboral”, a pesar de las pruebas que declaman que la persona que los disparos, el Nidak Malik Hasancomandante Nidal Malik Hasan, estaba supuestamente inspirada por el líder de la rama yemení de al-Qaeda, Anuar al-Aulaki, enemiga mortal de Estados Unidos.

Pero las víctimas de los disparos no se están tomando a la ligera tal denominación del incidente. Una asociación de 160 víctimas y familiares ha creado un video de quince minutos -tipo documental-, que cubre los sucesos de aquel día y explica por qué creen que la masacre de Fort Hood fue, en realidad, un caso de terrorismo.

En el video, los espectadores pueden escuchar al sargento Shawn Manning, que recibió seis disparos durante el atentado. Manning denomina como “vergonzoso” el que el Departamento de Defensa no reconozca el suceso como lo que realmente fue.

“Estaban luchando contra un enemigo interno, fueron asesinados y heridos por un enemigo interno, alguien que estaba allí ese día para matar soldados e impedir que fueran desplegados”, comenta Manning en el video. “Si eso no es un acto de terrorismo, no sé que lo es”.

Según el blog Stars and Stripes, debido a que el suceso no está considerado como terrorismo, las víctimas no reciben las mismas compensaciones que otros miembros de las fuerzas armadas heridos en acto de servicio, tales como las de discapacidad o la posibilidad de ser condecorados con el Corazón Púrpura o con medallas al valor. Y eso, para alguien como Manning, constituye un golpe demoledor.

Por su parte, algunos miembros del Congreso han estado luchando contra esta denominación de violencia laboral desde el principio, pero aún no han obtenido resultados.

El representante Peter King (R-NY) comentó que “Existe una amenaza evidente por parte de la radicalización islámica en varios aspectos de nuestra sociedad, incluso dentro de las Fuerzas Armadas y no nos podemos permitir que la corrección política nos impida exponer esta amenaza tal como es”.

La realidad es que el terrorismo está vivo dentro de Estados Unidos (y en todo el mundo), lo reconozca la Administración Obama o no. Estados Unidos, que se sepa de manera pública, ha frustrado 53 tramas terroristas contra nuestro país y la cuenta sigue avanzando.

Las causas sobre porqué la Administración tiene dudas a la hora de designar actos evidentes de terrorismo como tales, es algo desconcertante. Como es ahora por todos conocido, la Administración Obama intentó engañar al pueblo estadounidense sobre el asesinato de cuatro conciudadanos (incluido el embajador de Estados Unidos Christopher Stevens) en Libia el mes pasado.

Como explicó a principios de este mes el experto en política exterior de la Fundación Heritage James Carafano:

Está claro que reconocer que el terrorismo está vivo no encaja con la retórica de la Administración Obama, que ha caracterizado al presidente como la persona que ha vencido a Osama bin Laden y que, por tanto, la “guerra contra el terrorismo” ha llegado a su fin.

Ayer, en la Reunión Informativa de los Blogueros de la Fundación Heritage, oímos a Daris Long, que perdió a su hijo Andy Long, soldado del Ejército, en el tiroteo de Fort Hood. Long compartió la historia de su hijo con nosotros y expuso por qué cree que el ataque se debería haber clasificado como terrorismo.

Ahora que las víctimas están alzando la voz, ¿abandonará la Administración su costumbre de politiquear con la seguridad nacional de Estados Unidos?

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org

 

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Ericka Andersen | Heritage Libertad, The Heritage Foundation