ESTADOS UNIDOS: DR. JAMES CARAFANO

La Administración Obama y su retorcida versión sobre el atentado en Libia

Washington es conocido por filtrar -al cierre del último día laborable de la semana- las noticias que no quiere que se examinen demasiado a fondo. De modo que el pasado viernes era el momento adecuado para que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) hiciera pública una declaración acerca de los conflictivos informes de la administración Obama sobre el ataque que acabó con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia.

01 de Octubre de 2012

Washington es conocido por filtrar -al cierre del último día laborable de la semana- las noticias que no quiere que se examinen demasiado a fondo. De modo que el pasado viernes era el momento adecuado para que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (ODNI) hiciera pública una declaración acerca de los conflictivos informes de la administración Obama sobre el ataque que acabó con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia.

Barack Obama y Hillary ClintonLa declaración de la ODNI tiene una apariencia intencionadamente vaga sobre exactamente qué sabía, cuándo lo supo y a quién se informó. Además, hace poco por abordar las dudas surgidas en torno a que los principales partidarios del presidente parecieran más preocupados por minimizar las críticas contra la Casa Blanca que por tratar la amenaza del terrorismo transnacional.

Por tanto, la pregunta sigue en pie: ¿por qué emitieron los altos cargos de la Casa Blanca informes erróneos y contradictorios sobre lo que sucedió durante el ataque contra el Consulado de Estados Unidos en Bengasi?

Al personal de inteligencia le llevó más de una semana el poder realizar un comunicado aclaratorio y su “explicación” llegó sólo después de que la administración empezase a recibir un chaparrón de críticas por restar importancia, en un primer momento, a la posible implicación de terroristas en el ataque de Bengasi. Esto plantea la duda frente a que la declaración de la ODNI sólo trate de proporcionar aún mayor cobertura política a la Casa Blanca, en lugar de responder a las graves preguntas suscitadas en torno a las erróneas declaraciones por parte de los voceros del presidente.

Desde el principio, hubo algo más que una pequeña confusión acerca de qué era lo que sabían los responsables del gobierno y cuándo lo supieron. Como observó el jueves la analista de la Fundación Heritage, Helle C. Dale:

Según se informa, las fuentes de los servicios de inteligencia de Estados Unidos sabían en el plazo de las primeras 24 horas tras el ataque que no sólo estaba involucrada al-Qaeda, sino también qué miembros de la misma e incluso dónde vivía cada uno de ellos. Y sin embargo, los responsables de la administración siguieron indefectiblemente la teoría de que los asesinatos fueron provocados por “La inocencia de los musulmanes”el vídeo publicado en YouTube.

Para entonces, la línea oficial de la Administración sobre los ataques a las embajadas ya estaba debilitada, tras los mensajes en Twitter, las declaraciones de prensa y otros pronunciamientos oficiales relacionados con el ataque a la embajada de Estados Unidos en El Cairo que fueron lanzados desde las páginas web del Departamento de Estado.

Pero lo peor fue la defensa de la Administración realizada por parte de la embajadora Susan Rice la semana pasada en televisión. Rice afirmó categóricamente que el ataque de Bengasi no estaba “premeditado”, incluso cuando ella debía haber sabido que altos cargos libios ya estaban declarando que los ataques habían sido planeados.

La respuesta de la Administración a los sucesos de Bengasi concitó incluso más atención en días posteriores, cuando el Presidente ofreció un confuso discurso ante la Asamblea General de la ONU, y que pareció estar más centrado en aplacar los sentimientos antiaestadounidenses que en expresar la lógica rabia por un atentado terrorista contra ciudadanos de nuestro país.

Hacia el final de la semana, quedó claro que la Casa Blanca estaba recibiendo un aluvión de críticas mucho mayor de lo que le gustaría por su manejo de las consecuencias del ataque de Bengasi. Y fue entonces cuando de repente apareció la declaración de la ODNI, indicando que inicialmente se había informado a altos cargos de la Casa Blanca de que “en los momentos inmediatamente posteriores, se tuvo información que nos llevó a afirmar que el ataque comenzó de manera espontánea”. Sólo después, añade la declaración, se recibieron pruebas adicionales que apuntaban a un ataque deliberado.

Está claro que reconocer que el terrorismo está vivito y coleando le sienta mal a la retórica de la Administración Obama, que ha retratado al presidente como la persona que ha hecho desaparecer a Osama bin Laden, dando así fin a la “guerra contra el terrorismo”. El caótico manejo de los ataques en Libia apunta a dos posibles culpables: la incompetencia o la deshonestidad. Y el pueblo americano se merece la verdad, sea cual sea.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

Contenido Relacionado:

  1. Lecciones de la historia sobre la enmienda del presupuesto balanceado
  2. Obama deja sin contestar las preguntas sobre Libia
  3. Cinco preguntas sobre Libia que Obama no ha respondido
Posted in Opinión
Dr. James Carafano | Heritage Libertad, The Heritage Foundation