Siria: escenario de enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos
Rusia se ha expedido con claridad. Considera inaceptable una intervención unilateral de los Estados Unidos y, eventualmente, de la OTAN en Siria. Este mensaje, dirigido directamente a Barack Obama...
Rusia se ha expedido con claridad. Considera inaceptable una intervención unilateral de los Estados Unidos y, eventualmente, de la OTAN en Siria. Este mensaje, dirigido directamente a Barack Obama, se hace público después de que el mandatario norteamericano amenazara con una operación militar en ese país por fuera del Consejo de Seguridad de la ONU y -por consiguiente- carente de cualquier legalidad internacional. Las declaraciones de Moscú se suman al bloqueo de proyectos que buscaban (en tres oportunidades) una intervención en Siria dentro del marco de Naciones Unidas.
El pasado Lunes, el presidente Obama se había manifestado en favor de que los Estados Unidos intervinieran unilateralmente en el convulsionado país del Medio Oriente. Dicha intervención solo se daría en el caso de que al-Assad decidiera usar armas químicas en contra de los grupos opositores al régimen.
Una invasión solitaria de Estados Unidos -violando cualquier principio de derecho internacional- no sería una gran novedad. Los norteamericanos lo hicieron en 2003 cuando dieron inicio al segundo capítulo de la Guerra del Golfo. Acaso lo novedoso dentro de este nuevo escenario político global tendría relación con que este tipo de acciones sean ejecutadas por Obama, puesto que la Administración demócrata ha intentado, dentro de lo posible, respetar las instituciones supranacionales. La principal diferencia entre el 2003 y hoy es que, allá por inicios de la primera década del siglo XXI, EE. UU. aún conservaba una supremacía global indiscutible. La Federación Rusa todavía se encontraba convalesciente, después de la devastadora perestroika. Casi diez años después, Rusia se ha recuperado y fortalecida, tras varios años de sólido crecimiento económico. El conflicto en Siria es una “excusa ideal” para mostrar al mundo a Moscú como un poder capaz de detener a los Estados Unidos (al menos en algunas regiones puntuales del globo).
Corresponderá, finalmente, seguir de cerca el desarrollo de los acontecimientos. ¿Se atreverá Barack Hussein Obama a intervenir de forma solitaria en Siria? Para el caso en que esto suceda, ¿se quedará Moscú de brazos curzados? ¿Intentará respaldar o defender de alguna forma al régimen de Damasco?
De lo que se trata es de un conflicto que lleva ya un año y medio de desarrollo, anotándose decenas de miles de víctimas. Algo que dio inicio dentro del marco de la Primavera Arabe, y con la iniciativa de perseguir reformas democráticas, fue gradualmente mutando en un enfrentamiento entre dos superpotencias. Si bien han pasado dos décadas desde el final de la Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia no han consolidado los niveles de cooperación suficientes para desactivar de manera definitiva las tensiones heredadas del siglo veinte. El equilibrio de poder continúa siendo un factor central en la relación entre estas dos naciones, y el debate en torno a Siria es una clara corporización de esta hipótesis.
Lic. Santiago Pérez | El Ojo Digital Internacionales
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* El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales