ECONOMIA INTERNACIONAL: PATRICK J. MICHAELS

Si no tienen maíz, deberían comer... ¿etanol?

…Aquí vienen las rebeliones por el maíz. Las políticas para el cambio climático —mucho más que las variaciones en el clima— ahora están empezando a crear las inestabilidades que las cabezas más frías habían venido advirtiendo durante años.

13 de Agosto de 2012

Patrick Michaels es Académico Titular de Estudios Ambientales para Cato Institute.

…Aquí vienen las rebeliones por el maíz.

Las políticas para el cambio climático —mucho más que las variaciones en el clima— ahora están empezando a crear las inestabilidades que las cabezas más frías habían venido advirtiendo durante años.

Los precios del maíz en la Cámara de Comercio de Chicago ahora están en o cerca de niveles récord, alrededor de $8,30 por fanega para contratos de entrega inmediata. El alza en las últimas semanas ha sido dramática, afectada por la percepción de rendimientos decrecientes ocasionados por condiciones calientes y secas, principalmente en el norte de la región central de EE.UU.

Maiz y etanolLa mayoría de este maíz ya no se puede vender en grano. Las temperaturas altas dejan al polen del maíz estéril y la breve temporada de polinización —usualmente alrededor de diez días en determinados campos— determina que una vez que este momento ha pasado, probablemente habrán muy pocos granos en cada espiga. Mientras que la lluvia podría permitir que la planta se recupere, su valor como alimento caerá dramáticamente.

La región de cosecha de maíz en EE.UU. tiene una extensión masiva, de manera que algunos rendimientos residuales siempre son preservados. La sequía de mediados de 1950s fue un evento generalizado y de múltiples años, pero solamente redujo los rendimientos (la cantidad producida por acre) en alrededor de 20%. La sequía actual es comparable en extensión, pero no en magnitud ni duración. Todavía.

En ese entonces, el rendimiento promedio era de alrededor de 45 fanegas por acre (una fanega es 56 libras de maíz pelado) y crecía a una tasa relativamente constante que empezó con la adopción a gran escala del maíz híbrido, que empezó en la década de los treinta.

A pesar de las quejas de Paul Ehrlich y sus cansinos compatriotas, no habían grandes hambrunas debido a algunos imaginarios “límites al crecimiento” que se predecía que pronto serían rebasados. En cambio, los rendimientos del maíz continuaron su escalada constante. Un buen año ahora rinde alrededor de 160 fanegas. Entre ese entonces y ahora, ha habido varios años malos causados por sequías, calor, plagas y casi cada uno de estos ha efectuado la misma caída porcentual sobre los rendimientos, alrededor de 25% del valor máximo esperado en ese momento.

La proyección del Departamento de Agricultura del 11 de julio prevé una reducción de 9% de esa cifra nominal de 160. Pero ha hecho mucho calor y ha habido mucha sequía desde que se hizo esa última estimación (con datos de muchos días antes del 11 de julio), así que las cosas caerán todavía más, razón por la cual los precios del maíz continúan aumentando.

Esto nos trae al etanol. Este procede del maíz. La cantidad a ser producida es un mandato, no una elección libre. Esta cantidad es de 13.200 millones de galones este año. El año pasado quemamos 40% de nuestra cosecha. Este año, dadas las reducciones esperadas en el rendimiento, fácilmente podríamos destruir más de la mitad de nuestro maíz.

EE.UU. es por mucho el productor más importante del mundo y nuestra abundante oferta es un factor crítico para mantener bajo el precio del grano de alimentación más abundante del mundo —generalmente en alrededor de $3,00/fanega. Eso fue antes de que George W. Bush decidiera que la respuesta al calentamiento global era producir etanol del maíz. Esto explica el alza del precio de maíz que comenzó con la aprobación en 2007 de los mandatos de etanol, seguida pronto de rebeliones por alimentos alrededor del mundo. El precio de $8,00 de hoy probablemente provocará más de lo mismo.

El mal clima es un hecho de la vida en la agricultura. Durante las últimas cuatro décadas, el tiempo de concentración máxima y aumento de dióxido de carbono, no hay evidencia de un aumento en el número de años de cosechas malas, ni un cambio en la magnitud del porcentaje de caída en el rendimiento que se da. 2012 parece que va a ser un año horrible.

Lo que hemos visto es un cambio de política pública, no del clima. Ahora, la Arabia Saudita del maíz quema la mitad de su oferta, en lugar de vendérsela al mundo con hambre. Todo esto fue ocasionado por nuestros amigos más verdes y, si, los Republicanos, manipulando el proceso político juntos. Después, la comunidad ambiental se dio cuenta —como algunos de nosotros les habíamos venido diciendo por años— que el etanol hecho del maíz resulta en un aumento de emisiones de dióxido de carbono, no en un declive.

Por supuesto, hay poca probabilidad de que el desproporcionadamente influyente lobby agrícola vaya a aceptar cambiar el mandato de etanol dado que sus constituyentes están haciendo dinero fácil debido a una escasez producida artificialmente. También este es un año electoral. Pero, ¿no está simplemente demasiado mal que las personas pobres en México y alrededor del mundo de hecho sufrirán por la locura y depravación de nuestras políticas agrícolas y ambientales?

Este artículo fue publicado originalmente en Forbes.com (EE.UU.) el 22 de julio de 2012.

Patrick J. Michaels | The Cato Institute, sitio web