ESTADOS UNIDOS: POR HELLE C. DALE

El agitprop de Biden como eje de la política exterior estadounidense

El discurso del Vicepresidente Joe Biden en Nueva York la semana pasada reflejó el hecho de que el historial de política exterior de la Administración Obama así como la Doctrina Obama son tan débiles que no ofrecen mucho material para mostrar en año electoral...

04 de May de 2012

El discurso del Vicepresidente Joe Biden en Nueva York la semana pasada reflejó el hecho de que el historial de política exterior de la Administración Obama así como la Doctrina Obama son tan débiles que no ofrecen mucho material para mostrar en año electoral.

Hace tres años y medio, cuando el presidente Obama y yo asumimos el cargo, nuestro país estaba metido en dos guerras durante la mayor parte de la década. Teníamos una al-Qaeda emergente y a Osama bin Laden prófugo. Nuestras alianzas estaban desmoronándose peligrosamente. Y nuestra economía —la base de la seguridad de nuestra nación— estaba al borde de una nueva depresión….

El presidente Obama puso fin a la guerra en Irak de manera responsable. Estableció una estrategia clara así como una fecha de  finalización para la guerra en Afganistán. Redujo a la mitad el número de americanos que sirven en situación de riesgo. Diezmó a la cúpula dirigente de al-Qaeda. Reparó nuestras alianza y restauró la posición de Estados Unidos en el mundo. Salvó a nuestra economía del colapso con decisiones audaces, incluyendo el rescate de la industria automotriz y nos ha hecho más fuertes en el extranjero.

¿Nos ha hecho más fuertes en el extranjero? El nivel de la falta de honestidad del Vicepresidente es asombroso. Sí, el país estaba en guerra, pero la exitosa estrategia de aumento de tropas en Irak (en contra de la posición del entonces senador Obama) empujaba indefectiblemente a la guerra de Agitprop - Joe BidenIrak hacia una conclusión. Al-Qaeda no resurgía sino que estaba en retirada y aunque Osama bin Laden estaba prófugo, los datos de inteligencia que se estaban recogiendo permitirían más tarde al Presidente Obama autorizar la incursión americana contra el refugio de Bin Laden.

Las alianzas de Estados Unidos, particularmente en Europa, habían sido cuidadosamente reparadas en el segundo mandato del presidente Bush. La economía americana estaba resentida pero distaba mucho del colapso como reivindica la nueva administración demócrata para así justificar la apropiación por parte del gobierno de vastos sectores de la economía.

En cuanto a la precipitada reducción de tropas en Afganistán, tiene más que ver con el ciclo electoral de Estados Unidos que con el progreso en Afganistán, que estará mucho menos seguro después de que las tropas americanas se marchen. De hecho, los recortes masivos de Obama en defensa nos dejan a todos menos seguros.

Tan deshonesta como su defensa a la trayectoria de Obama fue la caricatura del historial republicano que pintó el vicepresidente. Biden dijo que un republicano en la Casa Blanca significaría “volver a una política exterior en la que Estados Unidos tendría que actuar en solitario. Gritarle al mundo que o están con nosotros o contra nosotros. Arremeter  primero y hacer las preguntas difíciles más tarde, si es que la hacen. Aíslar a Estados Unidos en vez de a nuestros enemigos. Malgastar cientos de miles de millones de dólares y arriesgar miles de vidas americanas en una guerra innecesaria. Y ver el mundo a través del prisma de la Guerra Fría es estar totalmente fuera de contacto con nuestros tiempos”.

Para poner las cosas en su lugar con respecto al historial del presidente Bush: Mientras que Afganistán fue inicialmente una acción militar americana, pronto la OTAN y la ONU se involucraron. Y en lo referido a Irak, el presidente Bush intentó incansablemente hacer partícipe a la ONU, cuyas resoluciones sobre las armas de destrucción masiva, violaba Saddam Hussein con impunidad. Cuando Estados Unidos finalmente y de manera decisiva entró en Irak, después de haber agotado todas las opciones, lo hizo con una coalición internacional, la cual contó en distintos momentos hasta con 39 países.

Por el contrario, la Doctrina Obama, que está basada en el multilateralismo, el desarme de Estados Unidos y la “humildad” en política exterior, ha logrado muy poco. La gestión de la más impresionante apertura internacional de la administración, los levantamientos en Medio Oriente, se caracterizan por debilidad, tropiezos y decisiones reactivas.

Como consecuencia de ello, los Hermanos Musulmanes están haciéndose con el control de Egipto. El movimiento por la democracia en Irán ha sido aplastado y el gobierno sirio está masacrando a su propio pueblo. Mientras tanto, en Washington, el presidente ha establecido un grupo inter-agencias como respuesta a dichas atrocidades. El enfoque de Obama, arraigado en el multilateralismo estatal, ha sido descrito incluso por el Washington Post como un enfoque que sufre de “una falta de pasión por la libertad.”

En estos días, el vicepresidente Biden está añadiendo un poco de calor al debate en lo que a política exterior se refiere, pero lamentablemente, no arroja nada de luz.

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Por Helle C. Dale - The Heritage Foundation / Heritage Libertad