Alfonso Prat Gay: "Estamos cayendo en la misma trampa de los noventa y Martínez de Hoz"
Amén del debate con respecto a la expropiación de YPF y al autoabastecimiento energético -crucial para el presente y futuro de Argentina, cualquiera sea su desenlace-, muchos analistas advierten también que la economía nacional afronta otros frentes de tormenta, no sólo derivados de la crisis externa.
Amén del debate con respecto a la expropiación de YPF y al autoabastecimiento energético -crucial para el presente y futuro de Argentina, cualquiera sea su desenlace-, muchos analistas advierten también que la economía nacional afronta otros frentes de tormenta, no sólo derivados de la crisis externa. Uno de aquéllos es Alfonso Prat Gay, ex presidente del Banco Central entre 2002 y 2004 , quien trabajó en la Banca J.P. Morgan, además de actual diputado de la Coalición Cívica, quien disertó en Córdoba invitado por Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
En diálogo con Comercio y Justicia expuso su diagnóstico acerca de las “inconsistencias” de largo plazo del programa económico, entre las cuales puntualizó el atraso cambiario y la alta inflación.
- ¿Por qué considera que estamos ante una “nueva encrucijada cambiaria”, como viene proponiendo?
- Ése es el secreto menos explorado del análisis económico. En general, los economistas y políticos estamos un poco llevados por la discusión coyuntural y no estamos haciendo un buen trabajo por analizar a fondo la inconsistencia del programa económico. Para mí, la principal inconsistencia –no quiere decir el problema más urgente o grave- del programa económico es que estamos cayendo en la misma trampa de los noventa y de la “tablita”, que es recurrir al atraso cambiario como única manera de contener la inflación y estimular el consumo. En esto la política actual es un calco de la de los 90 y de la de Martínez de Hoz, mal que le pese al que no lo quiera escuchar.
Todos sabemos que es insostenible en Argentina y en cualquier país del mundo un esquema en el cual los precios suben 25% y el tipo de cambio, 6% o 7% por año.
Básicamente, este esquema de inflación en dólares es insostenible para cualquier productor argentino, ya sea que sustituye importaciones o es exportador. Si como productor todos los años los costos suben 20% más que lo que le suben al competidor, llega un momento en que no se puede competir más. Eso ya esta pasando en Argentina, sólo que no se nota porque la soja sigue subiendo y porque ayuda un poquito Brasil con su propio ciclo, sobre todo por el lado de su tipo de cambio.
Entonces, si me abstengo de cualquier discusión coyuntural y miro una economía que tiene precios récord para sus exportaciones, en la que desaparece en cuatro años el superávit comercial y se intensifica en esos cuatro años –a pesar de que es el mismo Gobierno- la salida de capitales, puedo encontrar muchas explicaciones pero seguro que una de ellas es que el dólar está barato.
- Ese sería, básicamente, su diagnóstico.
- Sí, pero supongamos que no es compartido, vamos entonces a lo que los economistas llamamos la “preferencia revelada”: ver qué hacen para ver qué es lo que piensan. En ese caso hay que considerar lo que ha hecho el Gobierno desde las elecciones hasta ahora: control de cambios, control de las importaciones, control del giro de dividendos, reforma de la Carta Orgánica del Banco Central –que es el que tiene las reservas- y expropiación de YPF. Todo eso tiene un único objetivo: por un lado, defender la caja de dólares – que se fue agotando-, y por el otro, defender la caja en pesos.
Para defender los dólares hacen cosas extraordinarias: liquidar la importación aun al costo de caída de la actividad económica; y la otra es expropiar YPF con la lógica de que como no pueden imprimr los dólares pueden sacarlos del subsuelo.
- De todas maneras, coincidirá con que el Estado necesita dólares para evitar restricciones externas. ¿Qué otras opciones caben en ese sentido: devaluar, endeudarse, atacar la inflación?
- Vuelvo al meollo de la cuestión: faltan dólares porque el dólar está muy barato. Lo que hay que corregir es el atraso cambiario y eso no es consecuencia del tipo de cambio nominal sino de la inflación. El tema de fondo es cómo hacer para ir bajando gradualmente la inflación de manera creíble, en un marco en el que sea posible el lujo de que el tipo de cambio suba más que los precios, porque eso es lo que hay que corregir.
Alfonso Prat Gay, sitio oficial
Web: http://www.alfonsopratgay.com/
Entrevista publicada en http://www.comercioyjusticia.com.ar/