INTERNACIONALES: POR MIKE BROWNFIELD

El provocativo lanzamiento del misil norcoreano

En un desafío a la presión internacional, Corea del Norte lanzó anoche un misil de largo alcance, subrayando la amenaza continuada del beligerante régimen para los intereses de Estados Unidos y la estabilidad en esta región de Asia...

15 de Abril de 2012

En un desafío a la presión internacional, Corea del Norte lanzó anoche un misil de largo alcance, subrayando la amenaza continuada del beligerante régimen para los intereses de Estados Unidos y la estabilidad en esta región de Asia.

El lanzamiento llega cuando este estado paria continúa su transición al nuevo liderazgo del dictador Kim Jong-un, que sustituyó a su padre Kim Jong-il tras su muerte en diciembre. Además de la prueba del misil, se ha informado de que Corea del Norte también puede estar en las “fases finales” de los preparativos de otra prueba nuclear, llevando a una escalada de tensiones que podría impulsar a Kim a emprender más acciones militares provocadoras.

Lanzamiento de misil balísticoEsto a pesar de haber prometido el 29 de febrero “una moratoria de las pruebas nucleares, de los lanzamientos de misiles de largo alcance y de la actividad de enriquecimiento de uranio en Yongbyon y permitir al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) monitorizar la moratoria del enriquecimiento de uranio mientras continúen los diálogos productivos”. La administración Obama fue criticada por aceptar estas vagas afirmaciones como un acuerdo bilateral sin insistir en un documento conjunto y detallado que trazara claramente los compromisos de ambas partes. A día de hoy, vemos sus resultados mientras que Corea del Norte está reivindicando que su prueba no ha violado los términos del acuerdo.

Según se ha informado, el misil de Corea del Norte falló poco después del lanzamiento, sin embargo esta acción exige una firme respuesta por parte de Estados Unidos. El analista de la Fundación Heritage Bruce Klingner comenta acerca del creciente peligro de los nuevos líderes del país, advirtiendo de que Kim Jong-un “tiene más posibilidades que su padre Kim Jong-il de cometer un error de cálculo durante una crisis, al no ser consciente de que hay más probabilidades que en el pasado de que Seúl tome represalias por un choque armado”. Klingner indica también que el presidente Obama ha socavado la capacidad de Estados Unidos de enfrentarse a la amenaza norcoreana:

“Las acciones de Corea del Norte están teniendo lugar al tiempo que la administración Obama no está recurriendo adecuadamente a su tan pregonada clave asiática. Las fuerzas de Estados Unidos retiradas en Europa y Afganistán no se están moviendo para afrontar las crecientes amenazas asiáticas: lo que es desvestir a un santo para no vestir a ningún otro. Las reducciones planeadas de las fuerzas armadas de Estados Unidos minan la capacidad de Washington para cumplir con sus compromisos de seguridad, incluso aunque Corea del Norte y China estén actuando más autoritariamente.

Mientras Corea del Sur pide medidas en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Klingner dice que hay varios pasos que Estados Unidos puede y debería dar en respuesta a las acciones de Corea del Norte. El primero y el más importante, Estados Unidos debería presentar una nueva resolución al Consejo de Seguridad la ONU requiriendo sanciones más amplias contra Corea del Norte y facilitando que los buques militares intercepten los barcos de Corea del Norte sospechosos de transportar misiles, armas, convencionales y nucleares, componentes o tecnología que estén prohibidos. Además, dice Klingner, Estados Unidos debería pedir que todas los miembros de la ONU implementen por completo los requerimientos de las resoluciones de la ONU para impedir la adquisición y exportación por parte de Corea del Norte de elementos y tecnología relacionados con misiles y armas de destrucción masiva, así como congelar los activos financieros de cualquier persona, compañía o entidad gubernamental extranjera o norcoreana implicada.

Hay más medidas que Washington puede tomar, tales como imponer sanciones de forma independiente contra cualquier compañía, banco o agencia gubernamental cómplices de la proliferación armamentística norcoreana, mientras se pide a otras naciones que lleven a cabo iniciativas en el mismo sentido. Mientras tanto, Estados Unidos debería financiar al completo sus necesidades de defensa y mantener una sólida presencia en Corea del Sur y Japón, mientras también se continúan desplegando defensas antimisiles y trabajando con Corea del Sur para que despliegue su propio sistema de defensa.

El lanzamiento del misil por parte de Corea del Norte es una severa violación de varias resoluciones de la ONU y no pedirle cuentas por sus acciones socavaría los intentos internacionales de mantener bajo control el comportamiento de este país. La administración Obama debe tomar medidas ya para neutralizar y disminuir la amenaza norcoreana.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Por Mike Brownfield, Libertad.org / The Heritage Foundation