INTERNACIONALES: POR MIKE GONZALEZ

Trayendo la luz de la libertad a Cuba

La sociedad que el Papa Benedicto XVI se encontrará cuando aterrice en Cuba la próxima semana será una sociedad indigente y postrada en muchos sentidos. Los antes orgullosos y relativamente ricos cubanos se encuentran ahora entre los más pobres del hemisferio, indudablemente entre los menos informados y, en consecuencia, entre los menos libres...

22 de Marzo de 2012

La sociedad que el Papa Benedicto XVI se encontrará cuando aterrice en Cuba la próxima semana será una sociedad indigente y postrada en muchos sentidos. Los antes orgullosos y relativamente ricos cubanos se encuentran ahora entre los más pobres del hemisferio, indudablemente entre los menos informados y, en consecuencia, entre los menos libres. Para los de fuera, Cuba es un relato aleccionador sobre lo que sucede cuando una minoría con armas toma el poder y trata de crear un paraíso socialista. Para los cubanos, que no pueden escapar, Cuba oscila entre el infierno y una existencia meramente tediosa.

Cuba está desconectada del resto del mundo, sea vía teléfono o por Internet, ya que los comunistas en el poder quieren que sea así. La información es poder y lo último que los generales en el poder quieren es una población empoderada. Y, por supuesto, Internet es el medio de comunicación más liberador de todos.

La HabanaLa Fundación Heritage y Google Ideas hicieron equipo hoy para patrocinar una conferencia sobre cómo llevar la conectividad a Cuba. El orador invitado a esta conferencia fue el senador Marco Rubio (R-FL), cuyos padres son naturales de Cuba y que ha utilizado su posición como miembro de mayor jerarquía del subcomité del Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores para convertirse en una poderosa voz en pro de los derechos humanos.

Las cifras de Cuba cuentan una triste historia. De acuerdo con el Banco Mundial, la penetración del teléfono celular en Cuba es pequeña: 8.91%. Y no, no es a la pobreza a la que se puede culpar de esta situación. El vecino Haití, con un producto interior bruto per cápita de $739, tiene una penetración del teléfono celular del 40.3%. En cuanto a Internet, de acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones, solamente alrededor de 1.7 de cada 100 cubanos están conectados. La penetración en Haití oscila entre 10 y 11.

Internet es la encarnación de la mano invisible de Adam Smith que avanza a través de la sabiduría de las masas. Los comunistas, de hecho incluso los socialistas, con su fervor por las decisiones controladas por los mandos y planeadas centralmente por las élites, no pueden soportar la fuerza liberadora que es Internet.

Y es mediante Internet que la gente puede filtrar imágenes y relatos de lo que el gobierno les hace. Piense en Neda Agha Soltan, la joven iraní cuyo asesinato en las calles de Teherán, recogido por un ciudadano periodista, llevó al mundo la obscenidad del régimen iraní.

Es por esto por lo que los guardianes comunistas de Cuba no pueden fiarse si su pueblo esté conectado. De hecho, es por esto por lo que se dispusieron a destruir el vibrante entorno mediático que se encontraron, al igual que tenían que destruir la cultura e incluso la arquitectura. Cuba en 1958 tenía sus problemas, sin lugar a dudas, empezando por un corrupto dictador como Fulgencio Batista. Pero en términos de PIB per cápita y de otros indicadores iba a la cabeza de Latinoamérica. E indudablemente esa era la situación de los medios de comunicación.

De nuevo, las cifras nos cuentan la historia. La Cuba pre-Castro tenía 58 periódicos diarios y era la octava del mundo en número de emisoras de radio, según el anuario estadístico de la ONU. Esto colocaba a la pequeña isla sólo por detrás de Brasil, México y Argentina, países con poblaciones que multiplican a la de Cuba.  A día de hoy, los cubanos deben lidiar con el monótono Granma, el Pravda de Cuba, que nadie lee.

En 1959, cuando Castro tomó el poder, la televisión era un medio nuevo y, de nuevo según la ONU, los 45 televisores por cada mil habitantes de Cuba estaban con mucha diferencia a la cabeza de Latinoamérica, sólo por detrás de Mónaco, Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Y los 23 canales le daban el primer lugar en Latinoamérica. A día de hoy existe la hora de Castro, seguida por la hora de Castro…

Volviendo a la visita del Papa. A su llegada, verá una sociedad conservada en galantina: los autos clásicos de las décadas de 1940 y 1950 son emblemáticos de una sociedad que paró de evolucionar cuando se convirtió en comunista.

El Papa puede realizar algún avance llevando el cambio a la isla si aceptara reunirse con los disidentes, algo que la jerarquía de la Iglesia Católica cubana ha dicho que no tendrá tiempo de hacer: aunque va a sacar tiempo para reunirse con el achacoso dictador Fidel Castro, si se lo pide desde su lecho de muerte.

La cabeza de la Iglesia Católica en Cuba, el cardenal Jaime Ortega, ha recibido críticas por su decisión de manera justificada. El Washington Post dijo ayer en un duro editorial que el cardenal Ortega “se ha convertido en un socio de facto de Raúl Castro, reuniéndose con él con regularidad y alentando sus limitadas reformas”.

De forma muy similar a como el Papa Juan Pablo II ayudó a llevar la luz de la libertad a los ciudadanos de Europa Oriental esclavizados por el comunismo, así también el Papa Benedicto XVI puede ayudar a difundir el mensaje de la libertad al pueblo que aún está cautivo por la arcaica opresión en Cuba.

La Fundación Heritage y Google empezaron hoy a esbozar juntos la búsqueda de nuestra propia solución. Al hacer que la gente se percate de cuál es la situación de Cuba, todos habremos comenzado a ayudar.

 

La versión en inglés de este artículo se publicó en Heritage.org.

 

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Por Mike González - Heritage Libertad