POLITICA: POR EL LIC. GUSTAVO ADOLFO BUNSE

Obituario: el fallecimiento de la República

Ultimo responso por la nación desaparecida, que nos fuera quitada.

13 de Marzo de 2012

República Argentina (9/7/1816-15/3/2012). Q. E. P. D.
 
Los intrépidos partisanos de la República y la Diseñadora General de la organización L.A.D.R.I.S. (Latrocinio Alevoso De Rapiñeros Institucionales Sudaméricanos) participan a todos los países del mundo del fallecimiento de la República Argentina. Sus restos serán inhumados en el “Panteón de las Almas en Pena”, del Cementerio de Río Gallegos. Lugar donde se decretara su sepultura, por disposición estricta de las autoridades que ocasionaron su deceso. Este hecho tendrá lugar efectivo el próximo 15 del corriente a las 10 horas. No tendrá lugar ceremonia fúnebre ni rendición de honores.

PenaLos ciudadanos de la fallecida República Argentina quedan, pues, libres de permanecer desde hoy entre los escombros del territorio que ha dejado la Organización LADRIS, o bien de retirarse hacia cualquier otra región o comarca del globo que se encuentre en posibilidades de permitir la supervivencia.

Resulta obligatorio destinar el dinero de las ofrendas florales a un depósito del Banco Central de Angola (Cuenta CFK/MK/FK, LADRIS y Asociados).

No se ruega aquí ninguna oración en la memoria de la República fallecida, por cuanto, en rigor, debe señalarse que -con ardua prolijidad- esta organización se ha ocupado de que se borre todo y de que queden estrictamente prohibidos los homenajes a la difunta, eliminados absolutamente todos los símbolos y quemados sus blasones, sus estatutos fundacionales de honor y de orgullo nacional, sus arquetipos de Patria, sus recuerdos de epopeya y toda otra simbología que pudiere ocasionar algún peligro a sus verdugos, dándole eventual estímulo al renacimiento o a la mínima restauración de cualquier romántica sensiblería nacional.

Las instituciones serán inhumadas por separado, procediéndose luego a la ceremonia crematoria, única garantía de la fulminación de todo vestigio.

Casa de Sepelios: R. Ulloa, D. Varizat, D Peralta & Cristóbal López.

Impresión de las notificaciones y últimos avisos: Ciccone Calcográfica S.A.

SUMARIO POST MORTEM:

Casi todos los problemas importantes que golpearon con dureza a la Argentina hasta la fecha de su fallecimiento fueron las manifestaciones de un mal principal: el latrocinio, organizado desde el pináculo del poder.

DolorHasta tal punto es así que, cuando se examina la etiología de algunos de esos males de primer orden que enfermaron al país, se descubren unas características tales que permiten imputar sus causas y su desarrollo a personas, y no tanto a los factores íntimamente ligados a la lucha por el poder en medio de lo que era una completa discrecionalidad autoritaria, y también de una lamentable mansedumbre societaria.

La mujer que dirigió la operación es una gran manipuladora social.

Lo primero que se destaca en ese sentido es que ella hizo uso intenso de los derechos humanos como estandarte o medio de marketing político, y como patrimonio exclusivo de las prácticas populistas de su gestión.

Lo que falleció es el Estado (o sea, el conjunto de las instituciones) y su forma de sostén sistémico de los poderes independientes, denominado República.

El Estado ha fallecido como concepto político que se refiere a una forma de organización social soberana y coercitiva, formada por un conjunto de instituciones involuntarias que tenía el poder de regular la vida sobre un territorio maravilloso, situado aquí, en los confines de la América.

La muerte de la ArgentinaEse Estado experimentó una grave y creciente deformación cuando debió actuar en un medio político anarquizado y, al progresar su degeneración, transformóse en la causa más potente que contribuyó al colapso social, a la decadencia de la Nación, y a la agudización irreversible de los conflictos entre facciones.

La fractura social tuvo su quiebre junto y simultáneamente con el espinazo de la República.

El Estado -otrora símbolo de la autoridad- terminó siendo instrumento de fomento de la indisciplina.

El Estado -antiguo símbolo del poder- terminó siendo un factor esencial de la impotencia.

El Estado -antes símbolo de una idea moral superior- terminó hundiéndose aún más bajo que la moralidad colectiva media.

Por ese Estado penetró el terrible veneno de la inestabilidad política en el cuerpo social, ejerciendo sobre éste su efecto de caos terminal.        

Fue razón suficiente para ver diseminados los síntomas que delataban su degeneración, trayendo con ellos la crisis a una sociedad a la que tendrían que servir.

ArgentinaEn suma, la inconfundible degradación política en que una simple mujer sumergió la Argentina como derivación de la profundísima fractura civil y espiritual de sus grupos dirigentes, y la consiguiente desbandada, fue la que produjo una sumatoria de gigantescos efectos de descalabro que pegaron de lleno sobre una sociedad cansada.

¿Qué derecho han tenido para asesinar a la República, si no ha sido simplemente el de explotar en forma desalmada las trágicas falencias de la democracia porque sabían que, pese a cualquier cosa, siempre habría de ser preferible al totalitarismo o a la dictadura?

¿Estuvo bien la impavidez, en respuesta a que nos arrojaron a la ciénaga?

Para desgracia, o para ventura nuestra, la vida no tiene piedad de los sentimientos humanos y sus leyes no respetan los deseos de los hombres. El que quiere algo debe estar dispuesto a pagar el esfuerzo requerido; un esfuerzo que siempre implica renunciar a otra finalidad.

Cuando así no sucede, es que el espíritu de los dirigentes no ha llegado a aquel grado de evolución que les permite distinguir tajantemente entre el mundo de la fantasía y el mundo de los hechos tal cual son.
   
Ningún Estado podía salir adelante con estos perversos e incompetentes.

Cuando lo que se les había confiado era la administración y el gobierno, tenían en la cabeza robarse lo administrado... y gobernar para el dolo.

El resultado no podía ser otro: la catástrofe y la muerte de la República.


Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política
e-Mail
: gabunse@yahoo.com.ar
Twitter: http://twitter.com/gbunse
 

Por el Lic. Gustavo Adolfo Bunse, para El Ojo Digital Política