ESTADOS UNIDOS: POR MIKE BROWNFIELD

La maquinaria de propaganda de la Casa Blanca se estrella

Ayer, el más reciente jefe de gabinete de la Casa Blanca, Jack Lew, se presentó en los programas dominicales para empezar a promocionar el presupuesto 2013 del presidente Obama que se publicó hoy. Pero justo cuando empezaba el calentamiento, Lew se estrelló cuando se vio forzado a defender el fracaso del Senado (controlado por los demócratas) en aprobar un presupuesto en los últimos 1,019 días.

14 de Febrero de 2012

“No se puede aprobar un presupuesto en el Senado de Estados Unidos sin 60 votos, y no se puede tener 60 votos sin apoyo bipartito”, dijo Lew en Estado de la Unión, de CNN. “Así que, a no ser que… a no ser que los republicanos estén dispuestos a trabajar con los demócratas del Senado, [el líder de la mayoría] Harry Reid no va a ser capaz de conseguir que se apruebe un presupuesto”. Lew repitió la alegación en forma ligeramente diferente en Meet the Press, de NBC, donde dijo: “Una de las cosas sobre el Senado de Estados Unidos que creo que debe comprender el pueblo americano es que se necesitan 60, no 50, votos para aprobar algo”.

El problema es que… Lew está totalmente equivocado. Como señala Jake Tapper, de ABC, los presupuestos sólo necesitan 51 votos del Senado para ser aprobados. El “comprobador de datos” del Washington Post, Glenn Kessler, intervino también, diciendo que Lew, que ha sido director de presupuestos por dos veces, “verdaderamente debería saberlo bien”. Cuando Tapper llamó a la Casa Blanca sobre el error, dice que no negaron que Lew estaba equivocado y a su vez intentaron la maniobra de culpar “el atasco general del Congreso que hace que conseguir incluso lo más básico sea casi imposible”.

Jack LewEl asunto, sin embargo, es más importante que saber si Lew jugó con la verdad sobre un asunto procedimental que probablemente escapa al interés de la vasta mayoría de americanos. El asunto es que el presidente Obama y sus aliados en el Congreso siguen consiguiendo que no se les tenga en cuenta que rehúsan hacer frente a uno de los mayores problemas de nuestro tiempo: Una crisis fiscal que se cierne sobre nosotros y que dejará a los americanos atados a unos niveles de gasto y deuda inaceptables. Según las proyecciones de largo plazo de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el gasto subirá hasta el 34% del PIB, los déficits serán un récord postguerra del 15.5% del PIB y la deuda en manos del público serán casi el doble del tamaño de la economía. Patrick Knudsen, de Heritage, dice que el presidente Obama debe enfrentarse directamente a estos problemas:

Nadie espera que el presidente Obama se transforme en un conservador. Pero no puede seguir ignorando los problemas fundamentales del gasto y deuda descontrolados y no puede ya pasar estos problemas a comisiones fiscales o supercomités. Si su presupuesto para el año fiscal 2013 quiere ser una política creíble, no sólo un elemento más de una campaña de relaciones públicas, debería:

▪ Presentar propuestas específicas de reforma de los derechos a beneficios y la reducción de otros gastos no sólo para los próximos 10 años sino para el largo plazo también.

▪ Impedir los inminentes y devastadores recortes de la defensa, debido a la Ley de Control Presupuestario, de carácter reductor de la deuda.

▪ Ofrecer soluciones permanentes a las políticas de grandes gastos e impuestos que siguen desconcertando a legisladores y ciudadanos. 

▪ Rechazar falsos ahorros presupuestarios y otros trucos.

Los primeros detalles del plan del presidente no son prometedores. Aparenta recortar el déficits en $3 billones en la próxima década, de los cuales más de $1.5 billones serán nuevos impuestos sobre corporaciones y los ricos y sin cambios estructurales de los derechos a beneficios. El plan del presidente ya está concitando ataques sobre sí. El presidente del Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes, Paul Ryan (R-WI), dice: “Parece que el presidente hace poco más que fomentar la envidia de clase y el mantenimiento del statu quo, lo que supone la mayor amenaza nuestra seguridad médica, nuestra seguridad de la jubilación, nuestra seguridad nacional y nuestra seguridad económica”.

En su presupuesto del pasado año, el presidente Obama alegaba ahorros gubernamentales importantísimos — muchos de los cuales eran ilusiorios y trucos engañosos, incluidos $1.09 billones en reducciones de gasto hasta 2021 por gastos en Irak y Afganistán que no se iban a producir nunca. Eso además de presumir de ahorros obligados sobre políticas existentes que son en realidad aumentos de impuestos o tasas. Mientras tanto, el presidente también ha encontrado “ahorros” al recortar drásticamente las fuerzas armadas, dejando a la nación con una fuerza militar hueca que no será capaz de ejecutar adecuadamente su misión de defender a Estados Unidos dentro y fuera del país.

La Fundación Heritage hará un análisis detallado de la propuesta presupuestaria del presidente que les presentaremos mañana en Libertad.org. A juzgar por cuán pronto ha activado su máquina propagandística la Casa Blanca —además de los comentarios de Lew en Meet the Press acerca de que “Hay bastante grado de acuerdo en que la hora de la austerirdad no empieza hoy”—, las noticias no van a ser buenas. Espere más de lo mismo por parte de la Casa Blanca — medias tintas y aumentos de impuestos sin molestarse en atender la crisis de gasto en derechos a beneficios.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org. 

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Por Mike Brownfield, Libertad.org / The Heritage Foundation