INTERNACIONALES: POR LISA CURTIS

Afganistán: Una reducción apresurada puede poner en peligro la campaña aérea

El pasado lunes, el presidente Obama admitió públicamente por primera que Estados Unidos está llevando a cabo una agresiva campaña de misiles con aviones no tripulados contra enclaves terroristas localizados predominantemente en las zonas tribales de Pakistán que comparten fronteras con Afganistán.

02 de Febrero de 2012

En el pasado, los oficiales americanos han sido sumamente discretos con este tipo de operación, en parte por deferencia a las autoridades pakistaníes susceptibles a los ataques de Estados Unidos en su territorio soberano, y en parte para evitar abordar cuestionamientos internacionales sobre la legalidad de los ataques a control remoto.

Por tanto, ¿por qué ha elegido el presidente Obama hablar abiertamente sobre los aviones no tripulados en este momento? Las relaciones Estados Unidos-Pakistán siguen pasando por graves problemas, y es probable que las declaraciones del presidente Obama echen más leña al fuego e inflamará la ira pública pakistaní contra Estados Unidos.

Afganistán - Lisa CurtisUna explicación podría estar en el deseo del presidente Obama de vender abiertamente el éxito de estos ataques aéreos en el debilitamiento de al-Qaeda, especialmente cuando se acercan las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2012.

Varios funcionarios de la administración, notoriamente el vicepresidente Joe Biden, han tratado de hacer una distinción entre tener una presencia militar americana en Afganistán y llevar a cabo ataques aéreos con misiles – como si ambas fueran mutuamente excluyentes. Biden ha propuesto que Estados Unidos mantenga sus operaciones en el extranjero contra el terrorismo reduciendo los niveles de tropas americanas en Afganistán y confiando más en aviones no tripulados para abordar el problema del terrorismo en el sur de Asia.

La realidad es que para poder mantener una campaña efectiva de aviones no tripulados, Estados Unidos también debe tener una presencia militar en la región. Es el acceso a la inteligencia lo que da efectividad a una campaña de aviones no tripulados. Estados Unidos necesita buena información de inteligencia para determinar objetivos terroristas y limitar el daño colateral. Si las fuerzas americanas se retiran apresuradamente de Afganistán (es decir, antes de que los recientes logros contra los talibanes se afirmen y el ejército afgano esté lo suficientemente entrenado y equipado), perderá su peso en la región así como la capacidad para llevar a cabo ataques efectivos de aviones no tripulados.

Si los talibanes recuperan su influencia en Afganistán, que es muy poco probable que permitian que Estados Unidos organice ataques aéreos en territorio afgano o que tenga acceso para recoger información de inteligencia sobre objetivos. Los pakistaníes ya cerraron la base americana desde la que Estados Unidos lanzaba ataques aéreos en las Áreas Tribales bajo Administración Federal (FATA), tras el ataque del 26 de noviembre en el que la OTAN matara a 24 soldados pakistaníes – lo que obliga a Estados Unidos a lanzar ataques aéreos desde la FATA de Afganistán.

La efectividad de la campaña de aviones no tripulados es dictada en gran medida por el grado de acceso que Estados Unidos tiene en la región y el tipo de relaciones que tiene con los gobiernos en el poder. Si América retira sus tropas de Afganistán demasiado a prisa y/o mete la pata en la negociación de un Acuerdo de Asociación Estratégica con el gobierno de Karzai que permitiría a Estados Unidos mantener una presencia militar después de 2014, pondrá en peligro su capacidad para continuar con las eficaces operaciones contra el terrorismo en la región, como las de los aviones robot.

No se deje engañar por la retórica política que hace una distinción genérica entre la presencia de las fuerzas americanas y ​​la campaña de misiles con aviones no tripulados. Llevar a cabo una eficaz campaña de aviones no tripulados en una región sin presencia militar americana sería una tarea ardua, por no decir casi imposible. Los negociadores de Estados Unidos harían bien manteniendo estas realidades en mente a la hora de buscar un acuerdo político con la cúpula talibán que seguramente presionará para poner fin a los ataques aéreos.

Finalmente, Estados Unidos debe asegurarse de que siga habiendo un régimen amigo en Afganistán después de 2014 y de que Estados Unidos establezca la suficiente presencia americana a largo plazo allí para mantener a los terroristas a raya y huyendo de los aviones robot americanos.

 

La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.

 

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Por Lisa Curtis, Heritage Libertad