INTERNACIONALES: POR MIKE BROWNFIELD

Veinte años frente a la caída de la Unión Soviética y debate sobre Rusia

Hace veinte años, el mundo vio cómo caía la Unión Soviética. El régimen “plantado por bayonetas”, como en una ocasión lo describió el presidente Ronald Reagan, no consiguió arraigarse y finalmente el imperio que se amuralló tras una Cortina de Hierro para aislarse de Occidente no pudo escudar a su pueblo de la refulgente luz de la democracia.

16 de Noviembre de 2011

El próximo martes, cuando los candidatos republicanos a la presidencia se reúnan para discutir sobre política exterior y seguridad nacional en un debate auspiciado por la Fundación Heritage y el American Enterprise Institute en la cadena CNN, deberían recordar las lecciones que la caída de la Unión Soviética nos enseñó, pero deberían también mirar hacia adelante a los retos que restan en Rusia y en todo el mundo hoy en día. Entre esos desafíos está el principal reto que la administración Obama nos ha impuesto en su busca por un “reseteo” de las relaciones con Rusia.

En su discuro sobre “El Imperio del Mal” a la Cámara de los Comunes, en el Reino Unido en 1982, el presidente Reagan citó a Winston Churchill, quien dijo: “No creo que la Rusia Soviética desee la guerra. Lo que quieren son los frutos de la guerra y la expansión indefinida de su poder y de sus doctrinas. Pero lo que debemos considerar hoy aquí mientras hay tiempo es la prevención permanente de la guerra y el establecimiento de las condiciones de liberad y democracias lo antes posible en todos los países”. Reagan dijo: “Bien, ésta es nuestra misión hoy precisamente: preservar tanto la libertad como la paz. Puede que no sea fácil de ver, pero creo que vivimos ahora un momento crucial”.

Reagan estaba entre los que lideraron el mundo occidental cuando estaba en ese momento crucial. Llegó la victoria de la Guerra Fría y las razones del hundimiento de la URSS fueron muchas, desde su manía por el control económico piramidal a la opresión de su propio pueblo y sus intentos de mantener un imperio en Europa Oriental y Asia Central, pasando por el valor y liderazgo de disidentes rusos y líderes occidentales. El presidente Reagan estaba entre esos líderes que vio la maldad del régimen soviético tal como era y buscó replegar el avance comunista. Le hizo frente a la amenaza soviética de forma directa y finalmente Occidente salió victorioso de la Guerra Fría.

Ronald Reagan en la Puerta de BrandenburgoEn contraste, la administración Obama no puede ver el verdadero carácter de los que dirigen Rusia hoy día. De hecho, las victorias de 1991 no se ha afianzado y están bajo amenaza. El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner (R–OH), recientemente hizo pública una devastadora crítica de la estrategia de “reseteo” del presidente y dibujó la imagen de dónde está hoy Rusia:

En los pasados dos años y medio, Rusia ha sido el beneficiario de [una política de] acercamiento y compromiso. [Y sin embargo] ha continuado extendiendo su presencia física, política y económica…bajo la apariencia de… una ‘esfera de influencia’.

Dentro de Rusia, el control está a la orden del día, con industrias clave nacionalizadas, la prensa independiente reprimida y la leal oposición golpeada y encarcelada. Rusia utiliza sus recursos naturales como un arma política. Y tontea amigablemente con regímenes inestables y peligrosos.

El vicepresidente de Heritage Kim Holmes dice que la postura de la administración Obama respecto a Rusia ha fracasado porque el presidente esperaba más de lo que los rusos estaban dispuestos a dar de todas formas. Y todo eso a pesar de entrar en el peligrosamente mal diseñado tratado de defensa antimisiles Nuevo START y de cancelar defensas antimisiles clave en Europa. Holmes señala que la política del “reseteo” es un fracaso porque asume que los líderes de Rusia comparten nuestros intereses cuando, en realidad, Vladimir Putin y Dmitri Medvédev tienen objetivos muy diferentes: Amasar cientos de miles de millones de dólares y protegerlos indefinidamente. Holmes explica el impacto que esto tiene en las relaciones ruso-americanas:

Al final, Rusia da un vistazo alrededor y ve enemigos, rivales potenciales y clientes. Por eso trata tan mal a sus vecinos y por eso muchos de ellos desconfían de ella. Es por ello que necesita desesperadamente que Estados Unidos le rinda pleitesía a Rusia haciendo concesiones en las negociaciones de control de armas y cancelando programas de defensa antimisiles. Tras su actitud hacia Estados Unidos hay un conjunto de acciones muy pensadas en el interés propio para ganar ventaja financiera y geopolítica sobre otras naciones.

Estados Unidos —y aquellos que buscan la presidencia— deberían comprender la realidad de Rusia y el hecho de que Putin y otros en el poder operan bajo un sistema diferente de reglas. Por tanto, ofrecer concesiones en tratados como Nuevo START sacrifica la seguridad de Estados Unidos para ventaja de Rusia. La Fundación Heritage celebra hoy un encuentro especial para estudiar más profundamente estos asuntos en Legacies and Lessons from the 20th Anniversary of the Fall of the USSR (Legado y lecciones en el 20º aniversario de la caída de la Unión Soviética).

Y aunque el mundo recuerda la caída de la Unión Soviética, vale la pena recordar que la tiranía comunista sigue existiendo en el mundo – y sólo a unas pocas millas de la costa de Estados Unidos. A pesar de la interminable opresión contra el pueblo cubano por parte de su régimen comunista, los periodistas y la administración Obama le prestan poca atención.

Aunque la ideología comunista sufrió un golpe importante hace 20 años cuando cayó la Unión Soviética, la libertad del pueblo ruso no está ni mucho menos garantizada cuando vemos cómo el país va cayendo rápidamente en la autocracia. Igualmente, con un pueblo oprimido sufriendo bajo el régimen cubano, los líderes de Estados Unidos deberán tomar nota y hablar muy en alto en defensa de la libertad a la vez que defienden los intereses de Estados Unidos frente a la tiranía.

Por Mike Brownfield, Libertad.org / The Heritage Foundation