INTERNACIONALES: POR MIKE BROWNFIELD

El fracaso de Barack Obama en Irak

Al oír cómo describe el presidente Barack Obama la retirada de las tropas americanas de Irak, uno podría pensar que se trata de una largamente anticipada victoria política, la culminación de una promesa hecha cuando hacía campaña para llegar a la Casa Blanca...

24 de Octubre de 2011

Pero su anuncio la pasada semana de que las tropas americanas en Irak volverían a finales de año es el resultado de un serio fracaso de la administración Obama que minará los intereses de Estados Unidos en Medio Oriente.

Hablando desde el Ala Oeste el viernes, el presidente Obama no perdió ni un segundo para recordarle al pueblo americano que: “Como candidato a presidente, prometí llevar la guerra de Irak a su fin de forma responsable”  y que, como comandante en jefe, estaba cumpliendo su promesa a tiempo para las festividades navideñas. Lo que el presidente no mencionó, sin embargo, era la historia que se esconde tras el titular: que la administración intentó negociar con el gobierno iraquí la ampliación de la presencia de las tropas americanas allá para asegurar la seguridad y estabilidad del país – y no pudo. El punto de conflicto de las negociaciones fue la inmunidad de las tropas de Estados Unidos en Irak. James Phillips, de Heritage, lo explica:

Hasta el viernes, la administración Obama insistía en que iban bien las negociaciones para ampliar la presencia de una pequeña fuerza residual que los líderes militares americanos e iraquíes habían acordado que era necesaria para apoyar las operaciones iraquíes en áreas clave como contraterrorismo, apoyo aéreo, recolección de datos de inteligencia, logística y formación. Pero el viernes, en un durísimo articulo en el blog The Cable, Josh Rogin informaba de que la administración había echado a perder las negociaciones.

Esas negociaciones se estancaron, escribe Phillips, porque los líderes políticos iraquíes no querían arriesgarse a las consecuencias políticas de la concesión de inmunidad a las tropas de Estados Unidos. Y dada el ansia de la administración Obama por retirarse de Irak y la falta de voluntad para enfrentarse a Irán, ellos no querían jugarse políticamente el cuello. Ahora, como resultado, los intereses de seguridad de Estados Unidos sufrirán — la cooperación bilateral Estados Unidos–Irak para combatir a al-Qaeda en Irak y las milicias chiítas radicales y pro-iraníes será limitada; y la capacidad de contener a Irán se debilitará. El senador John McCain (R-AZ) criticó a la administración el domingo, calificando la decisión de la retirada “un serio error” y culpó a la Casa Blanca por su incapacidad para negociar con el gobierno iraquí:

Nunca hubo negociaciones realmente serias entre la administración y los iraquíes. Creo que se podría haber negociado un acuerdo. Y estoy muy, muy preocupado por la creciente influencia iraní en Irak.

Barack ObamaDespués de esta decisión, la administración Obama está ya anticipando las consecuencias del vacío de poder que ha creado. En una serie de entrevistas el domingo, la secretaria de Estado Hillary Clinton advirtió a Irán de que aunque se retiren tropas, Estados Unidos mantendrá su presencia en la región. “Irán se estaría equivocando muy mal en sus cálculos si no ven la región al completo y toda nuestra presencia en muchos países de la región, tanto en bases militares, en formación, como con aliados de la OTAN, como Turquía”.

La realidad, sin embargo, es que Estados Unidos ha debilitado su presencia en un momento en el que menos se puede dar la región ese lujo. Y retirar las tropas americanas es un pronunciamiento más contundente que cualquier palabra dicha en los programas dominicales de noticias. James Carafano, de Heritage, explica que la decisión de la Casa Blanca es señal de una administración en retirada — y también explica por qué esta retirada es tremendamente peligrosa:

Con Siria en caos, Irán avanzando, un Israel más aislado y políticas cada vez más ambivalentes de Turquía, ahora es el peor momento para ver una disminución de la influencia de Estados Unidos que asegure un continuado progreso en Irak. Una total retirada de las tropas dejará a las fuerzas iraquíes de seguridad mucho más vulnerables al terrorismo, el conflicto sectario y la intromisión iraní – y los dejará en mucho menor capacidad de luchar contra al-Qaeda en Irak y las milicias chiítas pro-iraníes.

Ningún americano quiere ver tropas de Estados Unidos estacionadas en Medio Oriente y sujetas a peligros más allá de lo que sea necesario. Pero, desafortunadamente, su prematura retirada de Irak podría poner en peligro el avance por el que tantos hombres y mujeres de este país han luchado y muerto. Aunque el presidente ahora tiene un argumento con el que hacer política en su campaña electoral, lo ha conseguido a expensas de los intereses de la seguridad nacional. Y son las políticas de la administración Obama y negociaciones echadas a perder las que tienen toda la culpa.

Por Mike Brownfield, Libertad.org / The Heritage Foundation