
España: sobre Banco Madrid y la demonización de los paraísos fiscales
El reciente escándalo de Banco Madrid y otros similares relacionados con el blanqueo de dinero procedente de...
El reciente escándalo de Banco Madrid y otros similares relacionados con el blanqueo de dinero procedente de...
El mayor éxito de Podemos ha sido envenenar el debate político con un tufo colectivista.
Las democracias occidentales, sobre todo las europeas, asisten a la emergencia de una creciente contestación al sistema. Aunque el gobierno del pueblo...
A ambos lados del Atlántico, se ha planteado un debate entre la austeridad, esto es, la necesidad de reducir el binomio déficit-deuda y el crecimiento. Esta polémica es falsa...
Repaso del legado de la ex primer ministro para el Reino Unido; nota publicada originalmente en 2009.
En su ensayo Sobre la libertad, John Stuart Mill escribía: "Una vez admitido el deber de imponer la obligación de la educación universal, se pondría fin a las dificultades acerca de lo que debiera enseñar el Estado y cómo debiera enseñarlo, que convierten hoy el tema en un mero campo de batalla para sectas y partidos".
Salvo un milagro y esta supraterrenal hipótesis de compleja materialización en economía, España se verá forzada a solicitar un rescate total, ante la imposibilidad de financiar y refinanciar su endeudamiento.
El debate entre la austeridad y el crecimiento planteado por el nuevo Presidente de Francia y, en buena medida, en la última reunión del G-8 es una falacia. Desde esta premisa es preciso responder a una cuestión: ¿Qué se entiende por complementar los planes de estabilización y de reformas con medidas para impulsar el crecimiento?
En las últimas semanas, el fantasma de un potencial rescate de la economía nacional ha retornado del ultramundo. Por el momento, las reformas impulsadas por el gobierno no han generado la confianza suficiente en los mercados, como lo refleja el aumento de la prima de riesgo de la deuda nativa frente a la alemana y la ampliación del diferencial entre el bono italiano y el español.
El gobierno del Partido Popular (PP) ha elaborado un primer paquete de medidas fiscales y presupuestarias con el objetivo de cerrar el déficit para el conjunto de las administraciones públicas en el 4,4 por 100 del PIB en 2012. Según las previsiones del gabinete, ese desequilibrio se ha situado en 2011, en el 8 por 100 del PIB, dos puntos más de lo previsto.
Hace unas semanas, el semanario británico The Economist publicaba un reportaje sobre el auge del denominado capitalismo de estado y proclamaba su conversión en una alternativa al capitalismo liberal, sobre todo a su versión más cercana al ideal, la anglosajona.
Francia y Alemania, apoyadas por la Comisión Europea, quieren introducir un impuesto sobre las transacciones financieras, una versión de la denominada Tasa Tobin o, en términos coloquiales, del llamado Impuesto Robin Hood...
¿Qué sucedería si el euro se rompe? Esta pregunta ya no es un escenario de economía-ficción, sino una hipótesis de improbable pero no de imposible materialización. En la práctica, la ruptura de la unión monetaria podría verificarse de dos maneras: primera, la desaparición pura y simple de la moneda única con un retorno de los países a sus divisas nacionales; segunda, la constitución de una Eurozona fuerte alrededor de Alemania y de los países centrales de la Unión Económica Monetaria (UEM).
La economía española se encuentra en una situación de extrema gravedad. La combinación de unos desequilibrios estructurales ni resueltos ni encauzados con la tormenta que azota la Eurozona coloca a España en un entorno crítico...
Es obvio que la Eurozona se encuentra en una situación de extrema gravedad. Se ha llegado a este punto tanto por la propia naturaleza de la unión monetaria como por la incompetencia con la que los líderes de la Unión Europea (UE) han gestionado la crisis desde sus comienzos.
La constitucionalización del principio de estabilidad presupuestaria certifica la quiebra intelectual y política del keynesianismo. La política de aumento del binomio gasto-déficit público para estimular la actividad no sólo no ha servido para conseguir ese objetivo, sino que ha situado la economía española al borde de una crisis de deuda.