INTERNACIONALES: KWEKU BOAFO

El verdadero rostro de Naciones Unidas

El organismo precursor de Naciones Unidas fue diseñado por el ex presidente estadounidense Woodrow Wilson...

15 de Noviembre de 2023

 

El organismo precursor de Naciones Unidas fue diseñado por el ex presidente estadounidense Woodrow Wilson, quien supo trasladarse a lo largo de Europa para 'construir la paz' así como también para promover la 'creación de la Liga de las Naciones', a efectos de cumplimentar con el primer objetivo.

Naciones Unidas, Corrupción, Ruanda
Este episodio tuvo lugar en la periferia de la Primera Guerra Mundial y, gracias a su incansable esfuerzo, Wilson fue recompensado con el Premio Nobel de la Paz, en 1919. Irónicamente, la primer organización intergubernamental global cuya raison d’être coincidió con mantener la paz mundial, fracasó miserablemente.

El desastre legado por la Segunda Guerra Mundial condujo a la edificación de una organización igualmente inepta, amparada en idéntico utópico concepto de impedir futuras guerras mundiales: nos referimos a Naciones Unidas.

El siglo XX es conocido hoy como el más sangriento en la historia humana, en razón de la multiplicidad de conflictos bélicos que azotaron al planeta. Uno ciertamente no necesita recurrir a expertos para certificar que Naciones Unidas ha fracasado en este frente, entre otros tantos.

En rigor, Naciones Unidas se ha convertido en el epíteto perfecto de corrupción e ineptitud.

Cuando menos, otras organizaciones internacionales -como la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) y el Comité Olímpico Internacional- han podido cumplir con su misión, a pesar de la rampante corruptela que les es propia.

¿Cómo es que la organización intergubernamental más importante, a la que se le ha encargado garantizar y promocionar la paz mundial, ha invertido gran parte de su existencia comportándose con flagrante beligerancia hacia uno de sus Estados-miembro?

Desde 2015, Naciones Unidas -integrado el organismo por 193 Estados-miembro y dos Estados observadores- ha adoptado 140 resoluciones en contra de Israel. En 2022, la Asamblea General ONU adoptó más resoluciones críticas contra Israel que contra todos los otros países combinados.

Para ponerlo en persepctiva, Israel -la 'nación startup del mundo'- es apenas más pequeño que el estado americano de Nueva Jersey. Sin embargo, Israel ha sido forzado a tolerar el abuso de naciones más poderosas, desde la concepción de su Estado el 14 de mayo de 1948.

Volviendo al tópico de la corrupción y la ineptitud que tiñen al comportamiento de Naciones Unidas: durante el genocidio de Ruanda en el año 1994, cuando los soldados hutu masacraron a al menos 800 mil ruandeses de la etnia tutsi en apenas cien días, la persona a cargo de supervisar los esfuerzos de mantenimiento de paz en ONU, Kofi Annan, fracasó estrepitosamente, cuando más imperativo era resolver el problema.

En efecto, Annan ordenó al Teniente General Roméo Dallaire, del ejército canadiense, por entonces comandante de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Ruanda, que procediera a retirarse. Annan sancionó esa orden, a pesar de que, reiteradamente, Dallaire envió información de inteligencia que exigía la provisión de tropas, logística y armamento adicionales -necesarios para contener la violencia que iba en escalada.

Dallaire escribiría, ya en 2014: 'Impedir aquel genocidio era posible; era nuestra obligación moral'. El general canadiense agregaría: 'Y se trata de un fracaso que me ha acosado cada día, durante los últimos veinte años'.

En 1995, un año después de finalizado el genocidio ruandés, más de ocho mil hombres y niños musulmanes bosnios fueron masacrados por el Ejército Nacional Serbo-bosnio, en lo que daría en llamarse luego el genocidio de Srebrenica. Una vez más, Annan -encargado de supervisar las acciones de mantenimiento de paz- fracasó en su misión.

A pesar de estos groseros fallos, Annan fue recompensado con el puesto de mayor importancia, al ser designado Secretario-general en 1997. Sin que ello representara sorpresa, tanto él como la propia ONU se hicieron acreedores al Premio Nobel de la Paz, en el año 2001.

Decidido a emular a su padre, el hijo de Kojo Annan se involucró en el escándalo de petróleo por alimentos en 2004, tras recibir pagos de parte de una firma de origen suizo que había ganado un lucrativo contrato con ONU para ejecutar un programa de alivio que morigeraría los padecimientos de ciudadanos iraquíes (afectado su país por las sanciones económicas contra Bagdad).

Acelerando ya en el tiempo y llegando al pasado mes, la Asamblea General de ONU adoptó una resolución para exigir a Israel que favorezca 'una tregua humanitaria sostenida con miras a cesar en las hostilidades'. El mismo organismo fracasó a la hora de aprobar una resolución que condenara a la organización terrorista Hamás, reconocidos perpetradores del presente conflicto entre la misma y el Estado de Israel, tras el homicidio de más de mil cuatrocientos civiles el 7 de octubre pasado.

Más aún, Irán, que financia a Hamás y es hoy el principal Estado patrocinador de terrorismo, fue designado durante el año en curso para presidir el Foro Social anual del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

No sorprende, pues, que la decisión del ex presidente estadounidense Donald Trump de poner fin a la participación de los Estados Unidos de América en el citado Consejo ofendió a los medios de comunicación y a las élites progresistas.

A pesar de que Naciones Unidas es un receptáculo de adulación y elogios de parte de sospechosos individuos en el concierto internacional, hoy es hora de prestar atención al verdadero rostro de este órgano intergubernamental.

El hecho es que, tal como ha sido constituída, Naciones Unidas cumple con las descripciones que la presentan como una élite progresista global que jamás rinde cuentas, y cuyo propósito es jaquear la soberanía de aquellas naciones que no aceptan someterse a sus reglas.



Artículo original, en inglés

 

Nativo de Ghana, Kweku Boafo, es ex director para asuntos de Estado en America First Works, vinculado al America First Policy Institute. Durante la Administración Trump, Boafo se desempeñó como director de Peace Corps Response, desarrollando iniciativas estratégicas en el seno del Cuerpo de Paz.