POLITICA: POR EL DR. ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO, PARA EL OJO DIGITAL

Deseos confesos

“La política es el arte de obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres, con el pretexto de proteger a los unos de los otros” (anónimo).

22 de May de 2011

La semana pasada estuvo marcada por algunos hechos que nos deberían hacer reflexionar acerca de la apatía general que nos afecta como sociedad.

El primero, y tal vez el más grave, fue la llamativa indiferencia respecto a las declaraciones públicas de don Roberto Feletti, viceministro de Economía de la Nación, que confesó, urbi et orbi, que –si el kirchnerismo logra perpetuarse- el próximo paso de la tan mentada “profundización del modelo” consistirá, lisa y llanamente, en apropiarse de la renta privada.

Como todos sabemos -al menos, es lo que ocurría hasta la muerte de don Néstor (q.e.p.d)- nadie, en este gobierno, habla sin permiso. Entonces, y dado que la señora Presidente no lo ha desautorizado ni despedido, resulta necesario adjudicar dicha intención a la cúspide de la pirámide oficialista.

Esto, como ha dicho Ricardo López Murphy (el único que se enfrentó al funcionario en cuestión públicamente), reviste una gravedad extrema, que no parece ser percibida por la población, en general, ni atendida por aquéllos que, en un país normal, serían considerados clase dirigente.

Ya he explicitado, en notas anteriores, cuál es mi pobrísima opinión sobre los pseudo capitantes de la industria, la banca y el comercio argentinos. Lo hice, últimamente, cuando la Presidente, para poder disponer de los dividendos de Techint, modificó una ley mediante un DNU, que nada tenía de urgente y que, si hubiera tenido algo de necesario, hubiera debido ser enviado al Congreso para su tratamiento.

Porque, en lugar de plantarse ante esa nueva muestra de arbitrariedad y de avasallamiento de las instituciones de la República, esos verdaderos fantoches se atropellaron en la alfombra roja presidencial para aceptarla, con el infame y artificial argumento de que un director más o menos no conseguiría torcer la voluntad de los órganos de administración de las empresas. ¡Cuánto me hubiera gustado ver la reacción de la Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (FIESP) si a Dilma Rousseff se le hubiera ocurrido algo similar!

Pero, que a esas indignidades se sume la estrepitosa indiferencia ante un anuncio tan concreto acerca de cuál es el futuro que el kirchnerismo quiere para la Argentina –que, para concretarse, requerirá de la estatización del comercio internacional de granos, por ejemplo- no deja de ser llamativo, porque implica un suicidio colectivo.

Parecería que el cortoplacismo de nuestros empresarios es de tal magnitud que están satisfechos con contar con un ambiente amigable –que les permite ingentes ganancias- hasta las elecciones es preferible a un escenario de largo plazo, con seguridad jurídica. Claro que su miedo acerca del futuro se expresa en la falta de inversiones y en la fabulosa fuga de capitales argentinos, que ha llegado a los US$ 60.000 millones en los últimos cuatro años.

Otro hecho que ha transformado a la semana pasada en un hito es, a mi modo de ver, la prolongada batalla de los “cristinistas” contra don Hugo Moyano.

“El hombre del camión”, por ahora, ha asimilado el golpe y sólo ha manifestado su incomodidad al retirarse, anticipadamente, de la reunión del PJ que encabezaba con Don Danielito. Es cierto que, como contó en su ‘Panorama’ del sábado Jorge Raventos, no se discutió siquiera el reclamo de la CGT de lugares en las listas, básicamente porque aún hay tiempo para hacerlo, pero no lo es menos que el fantasma de la cárcel debe complicar el sueño de la familia Moyano.

Hay quienes piensan que, en realidad, toda la pelea y el distanciamiento entre doña Cristina y el líder sindical no es más que un montaje para el consumo de la clase media, que sigue repudiando, con su opinión al enriquecido y patotero dirigente gremial-empresario y que, cuando llegue el momento, éste obtendrá una vez más lo que busca: impunidad y más poder. No coincido con esa opinión, y la guerra contra Clarín, el mejor aliado de don Néstor (q.e.p.d.) hasta la crisis del campo, me parece la mejor muestra.

Por el contrario, creo que se trata de una verdadera lucha de poder entre dos bandas, la que encabeza con Zaninni y acompaña ‘La Cámpora’ y la otra, comandada por don Hugo y don Julio de Vido, ésta con más problemas internos, derivados del odio que el Secretario General despierta entre sus pares.

En mi concepción, al menos por ahora, va perdiendo la segunda, y por goleada. El súbito despertar de Oyarbide, el juez de pasado prostibulario, y de su colega Bonadío, tal vez se deba al sonambulismo de otro Fernández, hermano del Senador kirchnerista, tan afecto a caminar de noche por los pasillos de Comodoro Py, en especial cuando la “pingüinera” lo envía, dan una pauta confirmatoria.

La conformación de todas las listas de candidatos del FPV a la ciudad de Buenos Aires es un hito importante en esta guerra, ya que han quedado fuera de ella prácticamente todos aquéllos que no forman parte de “La Cámpora”, ese engendro que constituye el desteñido –a fuerza de cargos y cajas- espejo donde se miran los presuntos herederos de los jóvenes asesinos de los setenta.

Dicen en los pasillos que, para protegerse de tanto avance en su contra, don Hugo ha dado manos libres a los gremios para que reclamen aumentos de sueldos sin respetar la pauta del 24% (el verdadero número final alcanzado es sensiblemente mayor, de todos modos) fijada por la negociación con los camioneros y tan festejada por doña Cristina.

Si es así, pronto veremos agudizarse el conflicto gremial en calles, rutas, yacimientos y establecimientos fabriles. Pese a la tranquilidad económico-financiera que le produce al Gobierno el precio internacional de la soja, podríamos ver surgir un problema político que complicaría seriamente al “modelo”, que no parece tener nubes amenazadoras desde la economía en el corto plazo.

Otro hecho fue la nueva lección que la República Oriental del Uruguay nos dio a los quienes vivimos en la otra orilla. Pese a la enorme presión del gobernante Frente Amplio y a la errática conducta del propio “Pepe” Mujica, el Congreso rechazó desconocer la voluntad popular, expresada dos veces en sendos referenda, y derogar las leyes de pacificación nacional vigentes.

Como se ve, los argentinos vivimos tiempos interesantes, algo que los chinos desean a veces a quien no quieren bien. Hoy, uno de los procesos que marcará la intensidad de los próximos meses se está dirimiendo en la Provincia de Santa Fe.

Cuando se conozcan los resultados –y se hayan probado las virtudes de la boleta única- sabremos más de la realidad y, sobre todo, de cómo percibe la ciudadanía en general la peligrosísima vocación chavista del Gobierno.

Algunos, entre los que me cuento, sabrán además si han predicado en el desierto, y si la capa adiposa -que supo definir Leopoldo Lugones- nos impide, como sociedad, ver más allá del plasma comprado en cuotas.
 

Por el Dr. Enrique Guillermo Avogadro, para El Ojo Digital Política