POLITICA: POR ALBERTO LESTELLE, PARA EL OJO DIGITAL

17 de Octubre: la Lealtad Peronista y su Líder

Un nuevo día peronista. Un nuevo 17 de octubre. Un nuevo día de la Lealtad Popular. Un 17 de octubre, en un día como hoy -pero de 1945-, el Pueblo se volcó a las calles para exigir la libertad de su Líder, el entonces Coronel Juan Domingo Perón quien, desde su puesto en la Secretaria de Trabajo en 1943, hacía renacer la esperanza de la clase trabajadora argentina.

16 de Octubre de 2010
Evita, la Leal Compañera, fue determinante para que el reclamo se hiciera efectivo, y para que el Líder diera inicio a ese extendido abrazo con sus "cabecitas negras". Se trató de la mayor demostración de lealtad de parte de todo un pueblo hacia un hombre, a quien luego elegiría como Presidente de la Nación. Para transformarse, finalmente, en el más Grande Presidente de la historia argentina. La Lealtad había sido el arma poderosa. Utilizada por los descamisados para dar vuelta la página de historia y así hacer transitar a los argentinos por el renovado sendero de los esplendorosos triunfos populares. Esos tiempos fueron testigo del nacimiento de los derechos de los trabajadores, de los derechos de la ancianidad, de los derechos de los niños, del derecho de la mujer al voto. Atestiguaron la gran obra pública, la ejemplar política de salud, de vivienda, de turismo. Fueron épocas de una política internacional ejecutada con seriedad, de un enaltecido desarrollo científico-tecnológico, del crecimiento del transporte público, del establecimiento de los ferrocarriles, etc. Estos son tan sólo algunos de los ejemplos que hoy tenemos a disposición y que podemos recordar. Ellos dieron origen a la Argentina del respeto, tanto en el plano local como en el internacional. La Lealtad de un pueblo, junto con la Conducción del General Perón y su inseparable Evita, forjaron una Nación distinta, sobre la base de la indisolubilidad entre la Lealtad y su Líder. Estuvimos entre las naciones más encumbradas del mundo, convirtiéndonos en un ejemplo a imitar por Latinoamérica. A mediados del siglo anterior -en 1950- y alejados de la rimbombancia del "bicentenario", los argentinos supimos fabricar aeronaves supersónicas. Desarrollábamos portentosas naves de ultramar. Y alimentábamos todo tipo de industrias vinculadas al desarrollo estratégico, característico de una Nación poderosa. Aún más: habíamos desarrollado y dominado la tecnología del agua pesada (químicamente denominada tritio), elemento esencial para la energía atómica y sus más variados usos. Ya sea que se destinaran para fines pacíficos o bélicos. Es decir que, hace sesenta años, la Argentina se hallaba en condiciones de proponérselo. Podía continuar sin límites su desarrollo en el avance nuclear y el poder que este adelanto significaba. Pasaron los años. Y -junto con los años- la historia. Evita fue lapidada. El General -a los efectos de evitar derramamiento de sangre entre argentinos- debió exiliarse. Su inmensa e incuestionable humanidad fue difamada. Su honra, arrojada a los perros durante interminables años. Su investidura de Soldado de la Patria, ultrajada. Su nombre y "derivados" fueron prohibidos y proscriptos. Pero sólo el tiempo -juez supremo e inapelable- hizo que la inmensa mayoría de los argentinos comprendieran la necesidad de su presencia en el país. Volvió, pues, para exhalar sus últimas bocanadas de aire. Para morir por su Patria. No sin antes poner las cosas "en caja". Algunos se enojaron. Nació, entonces, la deslealtad. Otros se olvidaron. Creció esa deslealtad. Muchos otros se equivocaron. Murió la Militancia. Otros tantos se abusaron. Nació la "maletancia". Los que quedaron, se aprovecharon. Se difundió la "maletancia". El Peronismo es un sentimiento. Y los sentimientos no mueren, aún cuando se los quiera matar. La Militancia se encuentra subyacente en el espíritu de cada uno de nosotros. Jamás permitamos que muera. La gran enemiga de la Militancia es la "maletancia". La Militancia está llamada a perdurar ante el desafío de los tiempos, pues es puro sentimiento. La "maletancia" se agota y languidece en el precio de los hombres. Los Peronistas de Evita y Perón no tenemos precio: ¡no existe "maletero" que nos pueda pagar! Pero, ¿qué ha sido de la Lealtad? ¿Dónde se encuentran los líderes? En un Peronismo carente de Lealtad, jamás podrán crecer líderes. En un Peronismo sin líderes, jamás existirá Lealtad. En el Peronismo escasean los líderes y, quizás por ello, abundan los candidatos. Porque los candidatos tienen fecha de vencimiento. Los Líderes, no. Y los líderes no se hacen; nacen. Compañeros: hagamos reverdecer un Peronismo que languidece. Hoy, 17 de octubre, Día de la Lealtad Popular, es el día indicado para que, no lejos, recuperemos la Lealtad y a su Líder. La Patria, el Movimiento y los Hombres nos lo agradecerán. Por Alberto Lestelle. Diputado Nacional (MC ). Ex Secretario Político PJ Pcia. Bs. As. Ex Consejero Nacional PJ. Ex Congresal Provincial PJ Bs. As. Ex Congresal Nacional PJ. Ex Presidente PJ Olavarría. Ex Secretario de Estado de la Nación. e-Mail: alestelle@sinectis.com.ar
Por Alberto Lestelle, para El Ojo Digital Política